Dios tomó al hombre y lo
colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara. Y dijo al hombre: Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol
del conocimiento del bien y el mal no comas (...) La serpiente (...) el animal más
astuto de cuantos (...) había creado dijo a la
mujer: ¿Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín? La
mujer contestó: (...) Podemos comer de todos los árboles del jardín;
excepto del árbol que está en medio (...) La serpiente replicó: (...) Dios sabe que, en cuanto comáis de él, se os abrirán los ojos y
seréis como Dios, versados del bien y del mal. (...) La mujer (...) tomó fruta del árbol, comió y se la ofreció a su marido, que
comió con ella. Se les abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban
desnudos; (...) Dios preguntó al hombre (...) ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol
prohibido? El hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio el fruto y comí. El Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué has hecho? Ella respondió:
La serpiente me engañó y comí. (...) Y el Señor Dios los expulsó del jardín del Edén, para
que labrasen la tierra (,,,). (Génesis 2 ; 15 - 3)