Aún queda para que en nuestra ciudad florezca la flor de azahar. Aún queda para ir en avalancha, como el primer día de rebajas, a las casas de Hermandad para recoger nuestra túnica o ver si podemos ir acercándonos al paso del Señor o de la Virgen. Aún quedan muchos meses para que en nuestras casas se vean colgados nuestros hábitos de nazarenos, nuestros costales y zapatillas... Aún falta mucho para salir de nazareno.
Cuando toda esa semana pase y la cosa vuelva a ser como, por ejemplo, ahora mismo, guardaremos todo lo que hemos ido preparando para un día, para una semana, y la ciudad quedará muda y nuestra mente rebosante de recuerdos, vivencias y sentimientos. Ya no seremos penitentes de luz. Sin embargo...¿cuántos seguirán trabajando por la Hermandad? ¿Cuántos seguirán siendo penitentes?
No tenemos que ser nazarenos de día, sino nazarenos de año.
Este año que ha finalizado ha sido, como todos saben, “El Año de la Fe”. Creo que se ha demostrado con creces la fe de la Córdoba cofrade y rociera, pero...¿y ahora qué?
La fe, según la RAE es "la primera de las virtudes teologales: luz y conocimiento sobrenatural con que un ser se cree lo que Dios dice y la Iglesia propone", pero cuando los cristianos hablamos de fe no sólo nos referimos a eso, sino en confiar, en ser fiel a alguien.