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jueves, 28 de marzo de 2013

La música del Jueves Santo

Tras el ecuador de la Semana Santa quiero hablar de la música cofrade de manera muy breve y tratando de transmitir una idea clara y concreta. Confieso que soy un admirador de todo lo que tenga que ver con las cornetas, tambores, agrupaciones musicales y bandas de música, así como de la música de capilla. Conozco muchas bandas de lugares muy distintos y siempre me gusta saber cómo evoluciona el mundo de las marchas y de diferentes bandas que admiro.

Pero este Jueves Santo quiero hacer una llamada de atención a los componentes de este mundo, y pido que nadie se ofenda por ello. Simplemente es una opinión que he querido comentar desde siempre y gracias a que ahora tengo un foro donde hacerla pública, aprovecho la oportunidad para expresarla.





Para mí, el mundo de la Semana Santa tiene dos vertientes: la moral y la estética. La moral tiene que ver con la espiritualidad, los sentimientos, las emociones, la oración; la estética, con los exornos florales, dorados, pasos voluptuosos, varales labrados al más mínimo detalle, bordados… Y la música. Bien es cierto que cualquier músico tiene sus sentimientos hacia las Hermandades a las que le toca, no lo pongo en duda. Mi crítica va hacia aquellos músicos y/o corporaciones que pretenden ser más importantes que el Señor y su Madre bendita. Esto, fomentado por algunas bandas, también es culpa del espectador, que sólo ve en la Semana Santa el folclore de las cornetas, los platillos, los solos floreados… Y el espectáculo que generan en el andar de ciertos pasos.




Pensemos en lo que es realmente la Semana Santa, no dejemos que los árboles no nos dejen ver el bosque. La música es un componente bellísimo para las Cofradías, a día de hoy se hace complicado imaginarse una Semana Santa en silencio absoluto. Es como si todos los titulares fueran en humildes parihuelas, sin luces que iluminen su rostro de noche… Los músicos colorean de distintas tonalidades, según se adecue a las características de cada Hermandad, la Pasión de Jesús y el dolor de María. En la parte estética, son indispensables. Pero la parte estética en ningún caso puede sobrepasar a la moral. Por eso, cuando me doy cuenta de que algunas bandas cobran más importancia que quien va sobre el paso pienso que algo estamos haciendo mal. No sé si es culpa de las bandas, culpa de los espectadores… Seguramente parte y parte. Pero es un tema sobre el que debemos reflexionar todos. Seguid disfrutando de la Semana Santa en este ecuador en el que comenzamos a mirar hacia atrás pero sin perder de vista lo que está por venir, que es muy grande. Los importantes no son en ningún caso los “de atrás” o “de abajo”, sino SIEMPRE los “de arriba”.

José Barea




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