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domingo, 21 de abril de 2013

El Cirineo: 70 años de Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza

El 18 de Octubre de 2009 se produjo un hecho que bien podría ser catalogado, en nuestra humilde opinión, de insólito en la historia de la Hermandad de la Paz y Esperanza. La Junta de Gobierno presidida por el actual hermano mayor, decidió conmemorar una efeméride que no suele ser celebrada por una corporación. Lo habitual es festejar los veinticinco, cincuenta, setenta y cinco, cien años de existencia... celebrar un setenta aniversario puede ser tildado de original siendo suave u ocurrente, siéndolo menos.


La fecha elegida también resulta cuanto menos curiosa. Salvo desconocimiento por nuestra parte, (sabido es que la naturaleza reparte cualidades de forma desigual entre los seres humanos), no hay hecho destacable en la historia de la hermandad capuchina que haya tenido lugar un 18 de octubre, festividad de San Lucas Evangelista.

Para poderlo trasladar a nuestros queridos lectores, nos encantaría que quien tenga constancia, nos informase del motivo de ambas elecciones; celebración de un septuagenario y elección del día señalado, ya que estamos convencidos de que tuvieron que existir importantes razones para tomar ambas decisiones y no pudo ser fruto del capricho ni la casualidad.


El citado día, tal y como indica el cartel que se publicó para difundirlo, la Reina de la Paz, sobre una parihuela, caminó en Rosario matinal desde Capuchinos hasta la Parroquia de San Andrés pasando por la plaza de la Corredera y deteniéndose en la Iglesia de la Piedad. Que sepamos no existe vínculo ni con la plaza ni con la iglesia en cuestión. Sí lo hay con la parroquia donde residen la Esperanza y el Buen Suceso; La Virgen de la Paz fue bendecida y estuvo unos meses allí. Sin embargo, una vez más en nuestra humilde opinión, ya que se decidió transitar fuera del barrio, hubiese tenido más sentido acercarse hasta San Lorenzo, no mucho más allá, parroquia a la que pertenecía la desaparecida ermita de San Juan de Letrán donde se fundó la hermandad y en la que se encuentra la imagen del Señor de la Humildad en torno a la cual se constituyó, por la que, dicho sea de paso y que se sepa, no ha habido jamás intento alguno, aunque hubiese sido infructuoso, por darle culto y convertirlo en Titular. 


El hecho de elegir San Andrés como destino del Rosario y origen de un Traslado, causó otra situación inusitada. Como se quiso que la Señora volviese al Santo Ángel sobre su paso, y al no permitir sus particulares dimensiones a causa de las ochavas, atravesar el dintel de la puerta,  se decidió que el regreso se realizase sin palio. Sin entrar en valoraciones subjetivas (el gusto es personal e intransferible) ni artísticas (no nos corresponde valorar la hechura de un paso concebido para llevar palio, sin él y con unos llamativos candelabros arbóreos y faroles prestados), resulta curioso que una Imagen que jamás había salido a la calle en su paso sin palio, lo hiciese por vez primera, solamente porque, por algún motivo que nuestra ignorancia nos impide descifrar, había que volver de San Andrés sobre el paso. A nuestro entender, hubiese bastado con regresar en la misma parihuela en que se llegó para evitar la extraña postal.


Finalmente, un último detalle llamó poderosamente nuestra atención aquella tarde. La Banda Municipal de Huévar, que llevaba desde nada menos que dieciséis años tras el manto de nuestra Madre y que, casualmente había estrenado la cuaresma inmediatamente anterior una de las marchas que componen el patrimonio musical de la Paloma de Capuchinos, A mi Reina de la Paz, no fue invitada a un acto que quiso revestirse de una importancia a nuestro juicio excesiva. Se contó en cambio con la Banda de Música María Santísima de la Esperanza, habrá quien diga que porque el punto de partida de la comitiva era San Andrés, su casa. Otros dirán que se estaba gestando un contrato para el Miércoles Santo que finalmente no se materializaría por cuestiones pecuniarias, y que pasaba por dejarle claro a nuestros hermanos de la localidad aljarafeña que se estaba determinado a dejar de contar con ellos si no rebajaban una vez más y drásticamente sus pretensiones económicas... las cosas de la rumorología...


Tal y como hemos escrito en ocasiones anteriores nos parece muy importante rememorar nuestro pasado y colaborar, con nuestro humilde granito de arena, a que la historia sitúe cada circunstancia en su justa medida y poniendo a cada cuál en su sitio.

De nuevo la rumorología, prácticamente convertida en certeza, advierte de que un hecho similar se podría producir con el imagen del Rey de Capuchinos, al cumplirse setenta años de su bendición en los primeros meses de 2013. La hermandad ha cometido ya el disparate de celebrar en 2009 un setenta aniversario. ¿Es absolutamente imprescindible cometer el mismo desatino con la Imagen del Señor en 2013?; ¿Sería posible hacer las cosas bien y celebrar el setenta y cinco aniversario como es lógico y normal?; ¿Saldremos de nuevo en 2015?; ¿Es necesaria tanta salida extraordinaria?. Alguien podría pensar que hay que celebrar el setenta aniversario porque para el setenta y cinco la vara dorada habrá cambiado de mano. Como estamos convencidos de que no es así, por favor que no lo parezca.


Guillermo Rodríguez


Recordatorio Cambios de rumbo
Recordatorio A mi Reina de la Paz



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