Cuando el 5 de mayo la Virgen de El Rocío salga en procesión por el municipio de Almonte, ataviada con su sin par traje de reina, el municipio volverá a recibirla preñado de belleza. Una majestuosa de decoración de arcos, flores y templetes le hará el cortejo que se repite cada siete años coincidiendo con la fecha de su traslado.
Entre tanto, más de setenta mujeres se afanan por volver a levantar la catedral efímera que coronará la plaza Virgen del Rocío, frente a la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, desde donde partirá la imagen.
La construcción es uno de los emblemas más representativos de la venida de la Patrona a su pueblo, y también un reclamo turístico de primer nivel en esta primavera. Esta obra, construida en 2005 por el carpintero Juan Antonio Acosta, recrea el estilo gótico de las grandes catedrales europeas y representó en su momento un hito por la magnífica factura y ejecución, digna de una imagen que encarna la devoción mariana de toda Andalucía. Se trata de una estructura que se extiende a lo largo de los 60 metros de largo por 7,5 de ancho que ocupa la céntrica explanada, a la que corona una cúpula central y flanquean sendas naves laterales.
Ello conlleva un arduo trabajo que desempeña un grupo de mujeres contratadas por el Ayuntamiento. Su tarea no es otra que forrar con papel rizado todos los arcos y estructuras que darán forma a la catedral, que engalanará la procesión por Almonte y el posterior regreso el domingo 12 de mayo hacia la aldea.
Fuentes del Ayuntamiento han recordado que estos trabajos tienen una doble vertiente: de un lado se logra que el municipio presente una imagen más atractiva para todo el que les visita; y, de otro, las contrataciones permiten paliar la situación económica de muchas familias que sufren verdadera carestía.
Pero más allá del elemento social, para la mayor parte de mujeres que interviene en esta construcción es un privilegio contribuir a que el municipio presente la mejor estampa, perpetuar las raíces culturales y, frente a todo, escenifique el amor y la fe que le procesan los almonteños a María.
No en vano, en paralelo a la construcción de la catedral los vecinos de Almonte trabajan de forma altruista para adornar calles y barriadas que durante la jornada dominical visitará la Blanca Paloma, a quien dará la bienvenida arcos y templetes forrados de papel y romero.
En cuanto al trabajo municipal este año se desempeñan en los almacenes municipales en la carretera de Rociana, donde se desarrollan dos turnos: uno de mañana y otro de tarde. Una contrarreloj en los que cuatro encargados coordinan y marcar las tareas que comienzan con el doblado del papel. Seguidamente se procede a un corte en forma de peine que se realiza gracias a una máquina de troquelado. Una vez el papel adquiere la forma deseada, en forma de rizo, se procede a pegar las tiras y forrar las piezas de madera en función de las necesidades de montaje de los arcos en el paseo. En paralelo y ya en la plaza, los carpinteros marcan y levantan una estructura que es como un puzzle de infinidad de piezas.
El Ayuntamiento explica que la construcción comienza con el levantamiento de la cúpula central. Desde la misma se procede a continuar con el ensanche hacia el frontal de la Casa Consistorial para, finalmente, continuar construyendo la catedral en dirección a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Este trabajo de 'ingeniería' finalizará con el levantamiento de las dos portadas centrales a los dos extremos de la plaza. Sin embargo, en función de las posibles inclemencias meteorológicas esta hoja de ruta puede variar los plazos y programa de trabajo.
Recordatorio Doñana