El 2 de mayo de 1981 se procedió a la Bendición de la portada y espadaña o campanario del Santuario de Nuestra Señora del Rocío que consta de dos cuerpos con cuatro campanas en total. La campana que culmina la espadaña recibe el nombre de Blanca Paloma Lirio de las Marismas. Fue financiada por la Hermandad Matriz de Almonte. Los nombres de las tres campanas que ocupan el segundo cuerpo se deben a Manuel Robles Ortiga que realizó la donación. La del centro se llama Virgen del Rocío, la de la izquierda según se mira a la Ermita San José y la de la derecha, la que da a la marisma, El Salvador. Se da la circunstancia de que los padres del Sr. Robles se llamaban Josefa y Salvador, de ahí el nombre de las campanas.
La espadaña va rematada por una cruz de cerrajería obra del almonteño Genaro Faraco Romero y es una réplica a mayor escala de la expuesta en el barrio sevillano de Santa Cruz, realizada por el también almonteño Sebastián Conde a fines del siglo XVII. Los tres azulejos que se pueden observar encima de la concha y debajo de las campanas, que representan la venida del Espíritu Santo, fueron colocados en 1999.
Desde entonces corona el hogar de la Reina de las Marismas, convirtiéndose en parte sustancial de su fisonomía y en elemento diferenciador que anuncia desde la lejanía al peregrino que ha llegado a la Tierra Prometida, a la Gloria misma...
El Salvador prometido
bajó del Cielo a la tierra
y un Jardín aun no florido
eligió para la Siembra,
y le pusieron Rocío.
San José fue Peregrino
de sueños enamorados,
Rociero en un Camino
que nunca fue transitado,
porque así Dios lo ha querido.
Un Lirio de la Marisma
peregrinó al Santuario
y a la Señora Divina
pidió un hogar a su lado
para el resto de su vida.
Rocío es Madre y Pastora
que consuela a su rebaño,
Virgen de aquel que le implora,
y del Espíritu Santo,
por eso es Blanca Paloma.
Cuatro Campanas a Gloria
rezan desde la espadaña
rebuscando en su memoria
mil pedacitos de historia
que atesoran sus entrañas.
Guillermo Rodríguez
Recordatorio Puerta del Cielo
