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sábado, 20 de abril de 2013

Mi padre siempre decía que la Virgen era una, que sólo cambiaba el nombre

Raquel Medina Rodríguez, nació en Córdoba el 10 de Abril de 1984, siendo por extensión la pregonera más joven hasta el momento. Es hermana de las Penas de Santiago, de la Paz y del Rocío.. Maestra por vocación. Ha bailado más de quince años con Antonio Mondéjar y ha pertenecido más de una década al coro de la Hermandad del Rocío de Córdoba. El arte y el sentimiento recorre sus venas desde siempre. Raquel Medina: Pregonera de la Romería del Rocío.

Es una tarde muy calurosa, de esas que nos han sorprendido como suele hacerlo la primavera de esta ciudad, sin avisar. Descafeinado con leche fría y un vaso de agua y un comentario sincero desde la amistad... "Estoy nerviosísima..." A medida que la conversación se desarrolla, se detecta nítidamente que los nervios se convierten en responsabilidad, en madurez, en saber a ciencia cierta que es su momento y que pondrá todo lo que hay que poner para que los suyos se sientan orgullosos de ella este día tan especial.


¿Cuáles son tus sentimientos ante lo que se te viene encima?

Es un sentimiento de responsabilidad, de miedo incluso. Pero es bonito sentir esto, es señal de la importancia que tiene para mí.

Cuéntanos cómo será el día del pregón. ¿Cómo lo vivirás?

Supongo que será un día de nervios, llamadas, de preparativos. Aunque me gustaría tener un momento de soledad, para ir a la iglesia con serenidad.

¿Llevarás algo especial contigo?

Llevaré todas mis devociones y una foto de mi padre.

¿Aún se puede sorprender con un pregón?

Dependerá de la experiencia, la edad... Se podrá innovar en el punto de vista.

¿Piensas que el mundo cofrade se siente cercano al rociero? ¿Se comprenden y respetan mutuamente?

Ambos mundos viven encontrados y juntos siempre. Somos muchos los cofrades y rocieros. Además la Hermandad del Rocío ha trabajado y lo seguirá haciendo, para que las relaciones con el mundo cofrade sean buenas y podamos hablar de un sólo mundo. El mundo cristiano.
Referente al respeto, espero y deseo que sí. Si no fuera así, las personas que no lo hagan no son dignos de pertenecer a ninguno de estos dos mundos.

¿Qué cambiarías en el mundo de las hermandades?

Pregunta complicada. Cambiaría el afán de protagonismo de algunas personas. Las prisas por hacer las cosas. El poco respeto que hay, a veces, entre hermanos, por pensar distinto.
El no tener una línea de continuidad. No estoy de acuerdo cuando un Hermano Mayor y otra Junta de Gobierno entran y deshacen todo lo que se ha realizado anteriormente.
Por otro lado, en el mundo cofrade, me gustaría una Carrera Oficial diferente que permitiera hacer Estación de penitencia ante el Santísimo y centrándome en la Hermandad del Rocío de Córdoba, bajar el día de salida al Juramento.

¿Qué similitudes y qué diferencias encuentras entre la devoción rociera y tus otras devociones?

Ambas son parte de mí. Mi familia me enseñó a querer a mis devociones por igual, además mi padre siempre decía que la Virgen era una, que sólo cambiaba el nombre.
¿La única diferencia? La vestimenta, no me veo llegando al Rocío con cubrerrostros y capa (risas), ni saliendo en Semana Santa con el traje de flamenca.

¿Qué opinión te merece el hecho de que la Hermandad haya tenido que cambiar de sede canónica?

Era sí o sí. Teníamos que irnos. En mi opinión, hemos acertado. Es una iglesia céntrica, con mayor horario de misas. Todos los que queremos acercarnos a la capilla lo podemos hacer más fácilmente.
Desde aquí decir también que los Hermanos Claretianos nos han acogido maravillosamente.

¿Tu recuerdo más hermoso?

Tengo muchísimos. No podría quedarme con uno sólo. Presentaciones. El Lunes por la mañana ante la Virgen. Caminos. El año que besé el manto de la Señora recién posada en el altar después de la procesión. Traslados con mi padre andando hasta llegar al Chaparral. El día que vi entrar el Simpecao en la Plaza de Capuchinos...

¿Tu sueño por cumplir?

Ir al Rocío con mis nietos y mis hijos, evidentemente.

¿Y tu sueño imposible de cumplir?

Que mi padre y mi abuelo estuvieran sentados escuchando mi pregón al lado de mi familia.

¿Eres feliz?

Sería una desagradecida si dijera que no, con lo que está cayendo y teniendo lo que tengo. Tengo todo lo que se necesita para ser feliz... amigos, salud, mi familia, trabajo... ¿qué más puedo pedir? La respuesta es sí.




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