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jueves, 30 de mayo de 2013

El curioso origen de La Tarasca

Faltan solamente horas para que la Tarasca salga a la calle. El traje que vestirá este año sigue siendo un secreto, tal vez el secreto que mejor se guarda en la ciudad. Gigantes y cabezudos aguardan también ya en el patio del Ayuntamiento. Pero, ¿cuál es el origen de la Tarasca?

Si hay un personaje característico de las Fiestas del Corpus en Granada ese es, sin lugar a dudas, la Tarasca. Es uno de los elementos más propios de nuestra Feria, aunque su origen llega desde tierras francesas. Si a nuestro Corpus le faltara algún día la presencia de La Tarasca, tal vez ya no sería nuestro Corpus. Y es que las salida a la calle cada miércoles de feria de éste popular maniquí sobre su dragón alado es uno de los momentos más esperados del año y uno de los instantes más genuinos de las tradiciones granadina. 

Por todos es sabido que el maniquí de La Tarasca cada año cambia su vestuario, convirtiéndose así en una singular modelo cuyo vestuario no deja indiferente a nadie, a unos porque la consideran inspiradora de tendencias y a otros porque nunca les convence la ropa con la que se viste a ésta conocida granadina que pasea por las calles cada Feria.

De todos modos, la historia del desfile de la Tarasca, es algo que muchos granadinos desconocen. Según los historiadores, su presencia en las fiestas de la ciudad se da desde la propia época de los Reyes Católicos, los que quisieron que la festividad del Corpus fuera la principal fiesta de Granada y que incluso dieron a los habitantes de la ciudad aquella famosa orden de que se divirtieran tanto que parecieran que están locos. La Tarasca es una alegoría del triunfo del bien sobre al mal y su nombre proviene de la región francesa de Tarascón, donde se dio origen a la fiesta en el siglo XIV. Desde allí la tradición se extendió por muchas otras ciudades francesas y españolas, sobre todo en la parte del Mediterráneo. 

Aunque con diferencias sustantivas de una ciudad a otra, las Tarascas fueron muy comunes en distintos puntos geográficos, aunque con el paso de los siglos en muchos de estos lugares la tradición fue perdiéndose. Por fortuna, en Granada se ha sabido mantener y aún hoy en día cada año durante las fiestas del Corpus la Tarasca sale siempre a las calles, primero en la jornada del miércoles de feria anunciando la festividad litúrgica del Corpus, y luego el jueves abriendo la procesión del Santísimo Sacramento. 

Leyenda

El origen de La Tarasca proviene de una antigua leyenda de origen céltico. Según se cuenta “la Tarasca” era un animal monstruoso, muy fiero, mitad serpiente mitad mujer, que engañaba a los hombres que cedían a sus encantos devorándolos o mutilándolos horriblemente. 

También existe otra vertiente de la leyenda en la que la protagonista es Santa Marta. La Tarasca (del francés Tarasque, y éste del topónimo de la localidad de Tarascon, en Provenza, Francia) es una criatura mitológica. Según se cuenta esta criatura horrible habitaba en Tarascón y tenía atemorizada a toda la población, ya que destrozaba los campos y provocaba el miedo de todos. Se dice que era como una especie de dragón con seis cortas patas parecidas a las de un oso, un torso similar al de un buey con un caparazón de tortuga a su espalda y una escamosa cola que terminaba en el aguijón de un escorpión. Su cabeza era descrita como la de un león con orejas de caballo y una desagradable expresión. En definitiva, un monstruo al que todos temían, incluso al propio Rey de Tarascón, quien hasta había llegado atacar a La Tarasca con todas sus filas y su arsenal, pero sin éxito. De todos modos aparece el personaje de Santa Marta, quien encantó a la bestia con sus plegarias, y un día apareció en la ciudad con la bestia domada y subida sobre ella. Los habitantes aterrorizados atacaron a la criatura al caer la noche, que murió allí mismo sin ofrecer resistencia. Entonces Santa Marta predicó un sermón a la gente y convirtió a muchos al cristianismo.

Esa representación de Santa Marta sobre el monstruo fue evolucionando con el paso del tiempo, y en el caso de la ciudad de Granada terminó convirtiéndose en la singular representación que ahora cada año desfila por la calles de la ciudad en los días más importantes del Corpus. 



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