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miércoles, 22 de mayo de 2013

Una Procesión Histórica

Menos de siete horas ha estado la Virgen del Rocío en su anual procesión por las calles de la Aldea almonteña, una hora menos que en 2012.

A las tres y veinticuatro de la mañana, casi cinco minutos después que en 2012, se producía el salto a la reja, después de la celebración del Rosario en el que las Hermandades filiales pasaron ante la Virgen, hasta la llegada del Simpecado al altar Mayor, portado por su Presidente, Juan Ignacio Reales, instante en que los almonteños salían a llevar en volandas a la Virgen. 

Cordón de seguridad

En el interior del Templo por segundo año consecutivo, los almonteños disponían de un cordón de seguridad, dejando un pasillo incluso más amplio que el del año anterior con una nave central sin público para que la Reina de las Marismas hiciera su salida sin ningún tipo de problema. 

El salto a la reja fue algo más descafeinado al no contar con tantas personas como en otras ocasiones pero siendo una salida muy ordenada y muy preparada.


Procesión

Una procesión con menos parones. En poco más de media hora, la Virgen llegaba en la Casa de Hermandad de Villamanrique. Poco antes de las seis de la mañana, lo hacía ante el Rocío de Triana. Amaneció en los eucaliptos, ante el Simpecado del Rocío de Sevilla.

Mientras la Virgen continuaba su andar por las calles de la aldea, muchas Hermandades tuvieron que ir en busca de la Blanca Paloma con rapidez al ir con un ritmo más acelerado  de lo habitual.

En torno a las nueve de la mañana, la Virgen se situaba al final de la calle Almonte, visitando todas las filiales a excepción de la Hermandad de Huevar y la Casa de Hermandad de la Matriz.

El final de la procesión si fue algo más pausado, haciendo su entrada a las diez y veinticinco de la mañana, algo provocado al ser avisado de un riesgo de agua a partir de las doce del mediodía aunque esto quizás ha sido al ser la tercera vez que la Virgen está en la calle en tres semanas, con la procesión Gloriosa por las calles de su pueblo de Almonte y el posterior traslado a la Aldea.

En estas tres salidas, la Virgen del Rocío ha estado en la calle algo más de cuarenta y tres horas. Aún queda una más, será el 19 de agosto en conmemoración de los doscientos años de la celebración del Rocío Chico.

Otras de las notas predominantes lo hicieron las bajas temperaturas y las pocas caídas de la Virgen durante todo el recorrido, manteniendo el orden en todo momento en algo preparado de antemano.



Manto

Portó el Manto llamado de los Apóstoles, diseñado en 1952 por Joaquín Castilla Romero, bordado en oro fino sobre tisú de plata. A raíz de confeccionar esta pieza, la Hermandad Matriz decide hacer un Besamanto el día de la Función Principal.

Hoy día podemos observar a niños que se acercan hasta la Virgen para tocar o besar el manto que suele portar cada lunes de Pentecostés.

El elemento principal es el del Espíritu Santo sobre el texto, “Veni Sancte Spiritus et emitte coelitus lucís tuaé  radium” (Vine del cielo, el Espíritu Santo, envía el resplandor de tu luz).

Aparecen varios símbolos marianos bíblicos como la Casa de Oro, el Espejo de la Justicia, el Lirio entre Espinas, el Asiento de la Sabiduría, el Pozo de Aguas Vivas, etc. Figura una estrella de mar por la tradición marinera de la Virgen, la ermita, los apóstoles (José, Joaquín, David, Juan Evangelista, Abraham o Lucas) o los escudos de algunas Hermandades en el que aparece entre otros, el del Rocío de Sevilla. 


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