La Hermandad de Labradores-Paso Azul de Lorca abrirá en 2015 el museo más grande de la ciudad para exhibir los bordados de Semana Santa y otras piezas de su patrimonio histórico artístico en el complejo formado por el antiguo convento de San Francisco y el hospital de beneficencia San Juan de Dios.
La primera piedra del futuro museo ha sido colocada hoy por los miembros de la hermandad y las autoridades municipales en el "carrerón" que separa la iglesia barroca de San Francisco del convento del mismo nombre, que ahora será reconvertido en el Museo Azul de Semana Santa (MASS) con una inversión de más de cuatro millones de euros.
El mayor coste del proyecto corresponde a la restauración y reconversión de este inmueble barroco del siglo XVI en museo, ha dicho Juan de Dios de la Hoz, el arquitecto autor del proyecto, que ha resaltado que el MASS "será el mayor museo de la ciudad -con más de 3.500 metros cuadrados- y uno de los espacios expositivos más importantes de la Región".
Según ha explicado, contará distintas salas para exposición permanente y otros espacios destinados a exposiciones temporales, con el aprovechamiento del patio central del antiguo convento, que también permitirá que el uso museístico del edificio sea compatible con el trabajo de las bordadoras de Semana Santa, el almacenamiento de los ropajes que salen en los desfiles bíblico-pasionales y la celebración de actos sociales y religiosos propios de la cofradía.
El viejo convento fue levantado por la orden franciscana en 1561 y el conjunto que conforma con la iglesia de San Francisco fue declarado monumento histórico nacional en 1982 y pertenece al conjunto de bienes de interés cultural de la Comunidad Autónoma.
Al acto de colocación de la primera piedra, que ha estado precedido por un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela, han asistido, entre otras autoridades el alcalde de la ciudad, Francisco Jódar, y la comisionada del Gobierno de España para la recuperación de Lorca tras los terremotos de 2011, Inmaculada García.
Historia de la Hermandad
Para describir la historia de la Hermandad debemos remontarnos al siglo XVI, cuando un siglo después de la reconquista del Reino de Granada, la ciudad de Lorca empieza a "normalizar" su vida cotidiana tras doscientos años de frontera sometida a incursiones y revueltas. Durante este siglo se produce en nuestra ciudad un florecimiento de entes cofrades y una de las primeras en aparecer es nuestra Cofradía matriz, la Archicofradía de la Vera Cruz y Sangre de Cristo, en un primer momento ubicada en el convento de Dominicos de la alberca y poco después en el de Franciscanos de la Puerta de Nogalte.
Estas primeras cofradías estaban formadas por las clases más altas de la ciudad y entre sus miembros figuran apellidos de una oligarquía descendiente de los caballeros que acompañaron a "el Rey Sabio" en la conquista de nuestra ciudad, y que consiguieron importantes patrimonios en los diferentes repartimientos gracias a sus méritos de armas.
En la mitad del siglo XVIII, la economía local consigue empezar a crear una nueva "clase" formada por artesanos, pequeños y medianos propietarios de tierras y algunos profesionales, lo que podemos definir como el germen de la clase media, paralelamente los oligarcas archicofrades han ido cayendo en decadencia, y cada vez les resulta más costoso sacar las procesiones penitenciales de Semana Santa. Para aliviar sus gastos deciden dar cabida en sus archicofradías a entes menores que se hagan cargo de sacar en procesión determinados pasos, manteniendo los archicofrades el guión de procesión y la calidad de mayordomos.
Nacen de este modo, en prácticamente todas las archicofradías, diferentes hermandades, entre ellas en 1752 ya se tienen noticias de la existencia de la HERMANDAD DE LABRADORES LORQUINOS, bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Dolores, incluida dentro de la Archicofradía de la Vera Cruz y Sangre de Cristo, en un primer momento en la Hospitalidad de San Juan de Dios y poco después en el Convento de franciscanos de la Calle Nogalte.
Esta Hermandad, ente primigenio del actual Paso Azul, firma en el año 1800 documento de concordia con la Archicofradía por el cual esta le cede el derecho de presidir la Procesión del Viernes de Dolores, corriendo con los gastos de cera, manteniendo los archicofrades el derecho de portar el guión y de participar como mayordomos con cruceta.
Esta situación se mantuvo durante toda la primera mitad del siglo XIX, hasta que por razones desconocidas, aunque probablemente por cuestiones de protagonismo o quizás de devoción, en 1854 un grupo de miembros de otra cofradía deciden incorporarse a la Hermandad de Labradores para, según unos autores revitalizarla y según otros refundarla, naciendo dentro de ella el Paso de Nazarenos Azules, conocido así por el color de sus túnicas.
Dos años después, la Hermandad de Labradores rompe la tradicional humildad de las procesiones lorquinas al bordar las túnicas de sus nazarenos y dos años más tarde incorpora a su procesión nuestro primer grupo bíblico "La Calle de la Amargura", ya encontramos en este momento dos de las características de las procesiones lorquinas, el bordado y los grupos bíblicos, analizar la tercera, la rivalidad, superaría la capacidad de estas páginas, pero servirá de motor para que las cofradías entren en una carrera en pro del mayor esplendor y riqueza.
De este modo la procesión Azul se va enriqueciendo con nuevos bordados y grupos bíblicos, históricos y alegóricos. La Guerra Civil supondrá un triste paréntesis en nuestra historia, durante ella las cofradías vieron disminuir su patrimonio y para el Paso Azul supuso la perdida de la imagen de su Titular obra del artista local Manuel Martínez del Siglo XVIII.
Una vez concluida la contienda la Hermandad intenta volver a la normalidad, pero se decide que hasta que no se posea en propiedad una nueva imagen de la Virgen de los Dolores ésta no seria absoluta, por lo que no se participaría en la procesión. En esta tesitura en el año 1941 se le encarga al artista valenciano D. José Capuz una nueva imagen, que es entronizada en el altar del lateral del Evangelio el año 1942. Ese año las túnicas y el patrimonio del Paso Azul vuelven a participar en las procesiones.
Fuente Original
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