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lunes, 22 de julio de 2013

La Sorprendente Patrona de Sevilla

Muchas personas creen que la patrona de Sevilla es la Virgen de la Hiniesta, mientras otras piensan que la Virgen de los Reyes. Vamos a aclarar esta cuestión de patronazgo o de los patronazgos con que cuenta la Muy Noble, Muy Leal y Mariana ciudad de Sevilla.

¿Cuál es la patrona de la ciudad de Sevilla?, a cualquier sevillano que se le haga esta pregunta no dudará en responder que la Virgen de los Reyes en un gran porcentaje quedando muchas respuestas también para la Virgen de la Hiniesta, yo mismo hubiera dado una de estas respuestas de no haber tenido la suerte de haber leído un libro que desde aquí recomiendo a los que ya no lo hayan hecho, “Tradiciones y Leyendas Sevillanas”, de José María de Mena, académico de Las Reales Academias de Historia y de Bellas Artes de San Fernando, entre otros títulos académicos, quien sorprende a propios y a extraños al aclarar esta cuestión de patronazgo.

Cuenta José María de Mena en su libro que hacia el año 40 de nuestra era, el apóstol Santiago llegó a Sevilla en su labor evangelizadora. Al grupo que consiguió evangelizar le puso un líder al que nombró obispo de éstos dándole el nombre de Pío, de profesión escultor, conocido por su honestidad, misericordia y piedad, convirtiéndose en el primer obispo de Sevilla.

Decidió el apóstol Santiago partir hacia tierras tarraconenses después de evangelizar Granada y Córdoba, pidiéndole a Pío que le acompañase. Se pusieron en camino por las calzadas romanas hacia el norte. A la altura de Zaragoza, el apóstol Santiago se encontraba desconsolado por la falta de adeptos hacía su mensaje.

Junto al río Ebro, se les apareció la Virgen María, puesta de pié sobre una columna de piedra. Aquella visión les consoló y animó a seguir con su obra. Santiago, no considerando a partir de ese momento necesaria la compañía de Pío, mandó a éste que volviera a Sevilla y que tallara la imagen de la Virgen que habían visto puesta de pié sobre un pilar y que la colocase en el altar de su iglesia, teniéndola como patrona, y con su protección, cristianizar a toda la ciudad.

Doscientos años después, el cristianismo fue autorizado y entonces se construyo la basílica, hoy parroquia de San Vicente, donde se trasladó a la Virgen del Pilar, patrona de Sevilla. Allí permaneció hasta la invasión musulmana, año 711, ignorándose que ocurrió con la imagen de la patrona de Sevilla.

Reconquistada Sevilla por el rey San Fernando, el obispo don Remondo entronizó a Santa María de la Sede como patrona de la sede episcopal, pero no de la ciudad.

Siglos más tarde se nombraron copatronas de Sevilla, las mártires Justa y Rufina. En el siglo XVII se halló en un monte de Valencia, escondida en una cueva, una imagen de una virgen acompañada de un papel que decía: “Soy de Sevilla, de un templo que hay junto a la puerta de Córdoba”. Dado que la iglesia más próxima a la puerta de Córdoba era la parroquia de San Julián, quedó allí depositada con el nombre de Nuestra Señora de la Hiniesta. El ayuntamiento de Sevilla la designó patrona suya, pasando a ser la patrona de la Corporación Municipal, pero no la de la ciudad.

A finales del siglo XX, el cardenal don Pedro de Seguro y Sáenz, designó a la Virgen de los Reyes patrona de la Archidiócesis Hispalense, pero no de la ciudad.

Por tanto, la patrona de la ciudad de Sevilla es la Virgen del Pilar, puesta por el primer obispo de Sevilla, san Pio, siendo copatronas las santas mártires Justa y Rufina.

Bibliografía. “Tradiciones y Leyendas Sevillanas” José María de Mena. Ed. Plaza y Janés.

Capilla de la Virgen del Pilar de la Catedral de Sevilla






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