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jueves, 18 de julio de 2013

La Vera+Cruz de Utrera restaura el antiguo paso de las Tres Caídas de Triana

La Iglesia de San Francisco se ha convertido en un improvisado taller, al estar acogiendo la restauración del paso de misterio de Jesús Atado a la Columna, titular de la hermandad de la Vera-Cruz de localidad sevillana de Utrera y que perteneció a la Hermandad de la Esperanza de Triana, hasta el año 1972, que fue enajenado a la corporación utrerana. Por aquellas fechas, se le realizó una limpieza y se doró, aunque desde entonces no se ha acometido ninguna intervención de envergadura como ésta sobre dichas andas procesionales.  

Durante estas fechas está desarrollándose un proyecto que permitirá, en esta primera fase, poner fin al ataque de insectos xilófagos que sufre.

La restauradora e historiadora del arte, Sara Agnoletto, explicó a Utrera Digital que la carcoma es el principal problema que presenta actualmente dicho paso procesional. Esta larva va comiendo la madera y creando unos huecos, desde el interior hacia la zona externa, lo que puede provocar incluso que termine dañando el dorado el recubre los respiraderos y canastilla, al quedar suspendido en el aire, sin el soporte que le confiere la madera.

Dada las dimensiones del paso, y teniendo en cuenta que hay partes que no se pueden despiezar, la vera-Cruz ha optado por acometer el proyecto en el interior de su propio templo. Los primeros trabajos han consistido en la limpieza de toda la madera, por su parte interior, eliminando los repintes que la recubrían, y que obstaculizarían los posteriores tratamientos. Estas labores iniciales “han sido más rápidas de lo que inicialmente esperábamos, ya que lo que hemos encontrado ha sido pintura plástica, de una época moderna”, comentó la restauradora.

Tras ello, llegará una segunda actuación, que dejará una imagen curiosa. El paso será introducido en una burbuja, que permitirá acabar con la carcoma a través de la técnica de la atmósfera controlada. Para ello, a la citada burbuja se le extraerá el oxígeno, dejándolo por debajo del 0,02%, y se sustituirá por nitrógeno. Así permanecerá a lo largo de un mes, siendo controlado por el técnico que, cada semana, comprobará que las condiciones de temperatura y de humedad del paso son constantes.

Una vez superada esta intervención, el insecto podría volver a contaminar la obra. Para evitarlo, se le aplicará un tratamiento que reservará al paso de los ataques xilófagos. Esta última fase de consolidación de la madera y de reconstrucción volumétrica traerá consigo también la inyección de resina en los huecos que ya existen debido a la presencia de la carcoma. Además, “la salida procesional provoca que las condiciones ambientales de humedad se disparen. La madera es sensible a ello, por lo que el tratamiento terminará con un barniz protector”, explicó Agnoletto.

Está previsto que este proyecto de restauración llegue a su fin a mediados del mes de septiembre. Coincidirá con la reapertura normal de la capilla, que estas últimas fechas ha venido abriendo a través de la sacristía. Así, los fieles que han querido han podido acceder al templo para rezar ante sus imágenes titulares, ya que se ha habilitado un espacio con bancos para poder hacer uso de la iglesia sin problemas.

Por otro lado, Sara Agnoletto indicó que el dorado del paso se encuentra “muy sano, salvo algunos rasguños y golpes puntuales, sobre todo, en los respiraderos”. Por ello, dicho dorado, que está fechado a mediados de los años 70 del pasado siglo, únicamente requiere una limpieza. Para confirmar el buen estado, la restauradora llevará a cabo una prueba, limpiando una pequeña parte para comprobar el resultado.

El hermano mayor de la Vera-Cruz, Juan Espinosa, explicó que al proyecto que ahora se está acometiendo deberán unirse otras fases con posterioridad, aunque no está previsto realizarlas por el momento debido a la actual situación económica. Precisamente para poder sufragar el coste de los trabajos, recordó que está disponible una cuadrícula, en la propia iglesia, para que todos aquellos que lo deseen puedan colaborar, aportando la cantidad simbólica de cinco euros por cada casilla. A ello se unen otras actuaciones, como la venta de pulseras, que también están disponibles para todos aquellos que lo deseen. “Esperamos que ahora, que se está viendo la intervención que se está realizando sobre el paso, la gente se vuelque y colabore a sufragar este proyecto”, comentó Espinosa.











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