El tono ocre, ya desvaído por los muchos años que la iglesia estuvo en segundo plano, es el color con el que los cordobeses asocian la iglesia de San Pedro Alcántara, en la plaza del Cardenal Salazar. Sin embargo, el templo, consagrado a finales del siglo XVII, se restaura en estos días y adquiere colores inéditos: el blanco predominante y el rojo almagra en las cornisas, los que probablemente tuvo en su origen.
Desde el año 2012 el templo pertenece al Camino Neocatecumenal y al seminario Redemptoris Mater, que ha iniciado los trabajos de restauración del templo. El rector de este seminario, José Julio Martín, explicó que los trabajos cuentan con el permiso preceptivo de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.
Precisamente «de la mano» con los técnicos de Cultura se hizo un estudio estratigráfico para conocer cómo había estado revestida la fachada a lo largo del tiempo, y se encontró que los restos más antiguos, probablemente los originales, eran de color blanco. «Sabíamos que sería llamativo para la gente, pero fue la recomendación que hizo la Junta de Andalucía, recuperar el color original», explicó José Julio Martín sobre la restauración.
El resultado ya está a la vista, aunque los andamios todavía muestren que los trabajos sigan sin curso. Junto con el blanco de la fachada llama la atención el color rojo almagra presente en las cornisas, y que también ha aparecido en el análisis estratigráfico. Se trata de un tono común en la arquitectura de la época, como en la plaza de la Corredera, rigurosa coetánea de este templo, que ahora vuelve a estar presente, después de un tiempo en que lo que estaba a la vista era un enfoscado muy deteriorado por el paso de los años. Sólo hay una parte que quedará en piedra, la de la pequeña portada situada frente al antiguo hospital del Cardenal Salazar. Se ha mantenido en el material liso para que armonice con la de la vecina Facultad de Letras.
Espadaña e imagen
Los trabajos también han restaurado un elemento que no es visible desde la plaza del Cardenal Salazar. Se trata de la espadaña, que, como recordó el rector del seminario Redemptoris Mater, sólo es visible desde el patio del Albergue Juvenil.
También se han recuperado restos de una cenefa en la cúpula, en unos trabajos que afectarán a todo el edificio, tanto a su aspecto exterior como al interior. La imagen de San Pedro Alcántara de piedra que estaba sobre la portada principal se ha retirado para una restauración, aseguró José Julio Martín, que además resaltó que en los próximos meses la iglesia, situada en pleno corazón de la zona declarada Patrimonio de la Humanidad, tendrá una nueva iluminación.
Será una nueva etapa para un templo consagrado en 1696 como convento de los franciscanos alcantarinos. Desde la desamortización, en 1835 fue también convento de monjas. En los últimos años era auxiliar del Sagrario.
