Primero fue un goteo, después una riada y finalmente una marea humana tomó ayer la calle San Fernando para ver llega a las 18 hermandades participantes en el Vía Crucis Magno hasta la Cruz del Rastro. Dado que la mayoría de las cofradías debían bajar hacia la Ribera a través de la conocida calle de la Feria, lo que inicialmente eran numerosos grupos de turistas o cordobeses viendo llegar a los primeros pasos se convirtió en un enorme tapón formado por miles de personas que impedían a las hermandades avanzar en su recorrido y que, por momentos, pudieron provocar algún problema mayor.
El colapso, que se veía venir durante todo el día, se fue incrementando a medida que se acercaba la hora de inicio del Vía Crucis Magno y acudían más pasos a la zona de encuentro. A las miles de personas congregadas en la calle de la Feria y alrededores se unía cada vez que entraba una hermandad a la calle San Fernando una multitud de fieles que acompañaban a sus titulares en su profesión de fe. Junto a ello, el hecho de que los cortejos fuesen más numerosos de lo aconsejable, así como el acompañamiento de las bandas de música, llegó por momentos a producir una verdadera sensación de claustrofobia a no pocas personas allí presentes. El exceso de público provocó también que el calor se hiciera presente y los abanicos ganasen terreno. Calor no sólo en el ambiente, también se caldearon los ánimos, lo que provocó que se vivieran varios conatos de enfrentamiento dada la tensíon y el agobio que la masificación provocaba entre los allí concentrados.
Pasadas las 21:00 la Agrupación de Hermandades decidió modificar el itinerario del Remedio de Ánimas para tratar de conseguir algo de aire. De hecho, el inicio del Vía Crucis ya se había tenido que retrasar y el vicario de Cofradías, Pedro Soldado, pidió por los altavoces "tranquilidad y paciencia" al público asistente.
Tampoco estuvo exenta de tensión la llegada a la zona de la carrera oficial, ya que hubo varias denuncias de entradas duplicadas y se produjo algún que otro forcejeo que obligó a actuar a la Policía Nacional para poner paz.