La Virgen de las Angustias de Los Gitanos se trasladó en rosario público a la Catedral para celebrar hoy domingo la misa estacional con motivo del XXV aniversario de la coronación canónica de esta dolorosa.
Estaba previsto el pasado viernes, pero por las inclemencias meteorológicas la junta de gobierno que preside José Moreno lo modificó, al igual que el regreso que se hará hoy. El propio hermano mayor hizo la primera levantá al paso, previamente, se dirigió a sus hermanos para acordarse de los hermanos que no podían estar allí en ese momenteo hitórico y de la junta de gobierno de Manuel Ortega Ezqueleta, que gobernó esta cofradía hace veinticinco años.
La dolorosa de Fernández Andes salió a la una y cuarto de la tarde de su Santuario ante un gentío que esperaba paciente en sus puertas. Iba exquisitamente vestida por Antonio Bejarano, igual que hace veinticinco años con la saya de Elena Caro y el manto de Carrasquilla. Lucía corona y puñal de oro y los escudos de San José Obrero, Gran Poder o San Gonzalo, portando además, dos rosarios de coral y oro con medallistas de grandes devociones de Andalucía y el que regaló la Macarena en la coronación.
Un cirio con la leyenda “Lágrimas de vida” dedicado a los donantes se situó entre la candelería del paso de palio, que iba exornado con varios tipos de rosas blancas y romero.
El cortejo estuvo formado por más de cuatrocientos hermanos. Se cambió el recorrido inicial para discurrir por la zona de la Alfalfa y no por la Encarnación. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Escolanía y capilla de María Auxiliadora que interpretó un cuidado repertorio con piezas de Haendel, Cristóbal Morales, Purcell, Vivaldi o Kodály.
La Virgen entró en la puerta de los Palos a las cinco menos cuarto de la tarde. Minutos más tarde se entronizó en el altar del jubileo. Con la “Salve Madre” cantada por todos los presentes se cerró este traslado que resultó brillante y sobrio.