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sábado, 5 de octubre de 2013

Un auténtico Vía Crucis Magno



“Yo sueño que estoy aquí, 
destas prisiones cargado, 
y soñé que en otro estado 
más lisonjero me vi…”

Esto debió ser lo que nos sucedió el pasado sábado, 14 de septiembre de 2013 cuando nos dispusimos, un grupo de amigos y familiares, a disfrutar de un hito sin precedentes en la historia cofrade de Córdoba: íbamos a participar en el Vía Crucis Magno y a fe mía que pasamos todo un Vía Crucis en la tarde noche del sábado 14 de septiembre, un auténtico Vía Crucis Magno versus Parón Magno por culpa de quienes han demostrado no ser competentes para organizar un acto de esta envergadura. Os relato como fue mi sueño, porque sueño ha tenido que ser, ya que según todos los medios de comunicación de masas, el Viacrucis Magno fue un gran acontecimiento donde la Córdoba Cofrade se mostró urbi et orbe.

Nuestro sueño comenzó antes de este magno acontecimiento cuando leíamos, con asombro, que no todo el mundo iba a poder participar de este evento sin igual en la dilatada historia cofrade cordobesa, solamente los que pasaran por taquilla iban a participar del Magno acontecimiento y no todos, únicamente los que pagaran 10 euros y tuvieran traje negro a tono iban a estar presentes en la lectura y rezo de las diversas estaciones… porque en nuestro sueño, la religiosidad popular, esa que representan las cofradías, tiene clases, y los de a diez euros la silla, son las personas VIP del mundo cofrade, se los distingue por ser auténticos hombres de negro, se colocan en sitios estratégicos no para ver y participar sino… para ser vistos por los demás transmitiendo el mensaje de que son personas importantes aunque los demás no los conozcamos ni nos importe lo que hacen, a los demás nos gusta más una cofradía por la Cuesta del Bailío o por los jardines de la Merced que esa misma cofradía entrando en Tendillas o en la Mezquita de Córdoba y digo bien, Mezquita, porque debido a las dimensiones de los pasos, las cofradías penitenciales cordobesas, no pueden acceder a la Catedral de Córdoba, que como todo el mundo sabe, está en el Centro de la que fuera Mezquita Aljama de la ciudad califal.


¡Hombre!, decía uno de los amigos que nos acompañaba, todo el mundo no puede estar en la Puerta del Puente, esto es como la carrera oficial en Semana Santa, si te quieres sentar, debes pagar tu silla o tu palco… pero mi amigo, en mi sueño, se equivocaba… según los más puristas de la Semana Santa, la estación de penitencia comienza cuando sales de tu casa y por el recorrido más corto, llegas a la sede canónica de tu hermandad, realizas la procesión y vuelves a tu casa también por el camino más corto. Por tanto, desde que sale la cofradía de su templo hasta que regresa, está realizando su estación de penitencia y podemos contemplar esa estación donde queramos y por donde queramos… pero el Vía Crucis no, el único sitio donde se podía rezar y participar era en el recinto acotado para cofrades VIP de a diez euros la silla, los demás, los que pagaron ocho euros, los que pagaron seis euros, los que no pagaron y no pudieron entrar al recorrido oficial del Vía Crucis Magno esos… no pudieron participar en el rezo, no pudieron participar en un acto celebrado como culmen del año de la fe. ¿Veis la diferencia entre la carrera oficial y la puerta del puente?

Cuando el Papa Francisco se ha desplazado a Río de Janeiro, para que todo el que quisiera pudiera participar de la eucaristía que presidió, no se celebró ésta en una catedral, sino en una playa y aunque había sitios VIP, pudo participar en esa misa todo el mundo; ya sé, en Córdoba no hay playa, pero mis inteligentes lectores me entienden.

Estuvimos acompañando a varias cofradías hasta que llegamos lo más cerca posible de la Cruz del Rastro y allí fue cuando vivimos los momentos más increíbles de nuestra ya dilatada vida cofrade, literalmente nos dio ganas de llorar cuando vimos como el Remedio de Ánimas hacía su entrada en la Ronda de Isasa a destiempo y era aparcado literalmente en el lado derecho de la calzada, sector de sillas de a seis euros, mientras que era adelantado, por la izquierda, por otros pasos para seguir el orden del vía crucis, un pequeño fallo…  pues no porque lo mismo le ocurrió a la Expiración que también fue aparcado tras el Remedio de Ánimas mientras otros pasos los adelantaban; todo un espectáculo visual. Digo yo que alguien no llegaría como estaba previsto por la calle de La Feria o por Lucano y como allí no se puede adelantar, pues la mente brillante del lugar decidió hacer esta peculiar carrera cofrade magna.

En cuanto a los horarios… pues retrasos acumulados de dos o tres horas, mucha gente en la calle para arriba y para abajo con sus librillos de a un euro o con sus hojas impresas de internet que cuando llegaban al Portillo o al Conservatorio Superior de Música veían, con desilusión, que la cofradía o banda de sus amores, no había llegado y cuando preguntaba a alguien con móvil de esos que se conectan a la red de redes qué pasaba, le decían que iban a llegar con cerca de dos horas de retraso… y Córdoba llena de gentes venidas desde todos los rincones de Andalucía y de fuera de Andalucía, toda una imagen de seriedad, organización y buen hacer de los responsables del evento, los mismos que al día siguiente se felicitaban por lo bien que había ido todo, que no hacían ninguna autocrítica y que seguían sosteniendo que, debido al éxito, hay que cambiar la carrera oficial y todas las cofradías a la Mezquita para que volvamos a vivir estos momentos tan cofrades y emocionantes que se han quedado como recuerdo indeleble de una jornada inolvidable.

Menos mal que es sólo un sueño, porque si todo lo que se ha descrito aquí no lo fuera, alguien debería de haber presentado su dimisión por no haber sido competente para organizar un acto de esta envergadura y por haber dado una imagen de Córdoba que no se merecen ni los cordobeses ni la ciudad, pero así es la vida…


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son”.










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