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sábado, 16 de noviembre de 2013

Juan Ignacio Reales, Hermano Mayor de la Hermandad Matriz de Almonte: "La procesión por el centro de la ciudad será inigualable"

En vísperas de acabarse este Año de la Fe, las filiales rocieras de la Diócesis de Córdoba celebran mañana un acto que se prevé multitudinario. ¿Cómo valora que se organicen de celebraciones extraordinarias dentro del calendario que la Iglesia ha dispuesto para profundizar en el contenido de la Fe?

Esta Magna Rociera ha rebasado ya, por su importancia y trascendencia, los límites inicialmente marcados. El Simpecado de la Hermandad Matriz estará presente en todos los actos de mañana, en representación de toda la familia rociera. Me parece, sin duda, una muy acertada y oportuna iniciativa. Córdoba se convertirá mañana en la capital de todo el movimiento rociero.

Primer Año Jubilar de la historia, procesión extraordinaria de la Patrona de Almonte con ocasión del bicentenario del Rocío Chico y traslado de la Virgen al pueblo han sido citas ineludibles para los rocieros en 2013... ¿Cree que han contribuido estos acontecimientos a universalizar la esencia de esta devoción mariana?

Sin duda alguna, estos acontecimientos, la gran repercusión que han tenido y el hecho de que, gracias a la Virgen, todas las actuaciones programadas se hayan podido celebrar de forma satisfactoria, han contribuido a engrandecer más la devoción rociera. El Año Jubilar ha sido determinante, un año de gracia para El Rocío. Ha supuesto un salto cualitativo para nosotros y ha abierto las fronteras naturales de este fervor mariano a otras muchas realidades que, aunque tienen sus devociones particulares, encuentran un referente, un atractivo especial en la imagen bendita de la Virgen del Rocío.

Una reliquia del Beato Juan Pablo II formará parte desde mañana del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Córdoba. Este año se ha celebrado también el vigésimo aniversario de la visita de este Pontífice a la aldea. ¿Cómo se honra en Almonte la memoria de quien fue el primer Papa rociero?

Quedó para siempre vinculado a la historia del Rocío al ser el primer Papa que oró ante la Virgen aquel inolvidable 14 de junio de 1993. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión en la historia y consiguió enterrar definitivamente muchos prejuicios que algunos sectores tenían contra esta manifestación de piedad popular.

¿Qué aportación piensa que han realizado las filiales rocieras cordobesas a lo largo de su ya casi centenaria historia?

Han contribuido de manera muy notable al crecimiento y expansión de la devoción a la Virgen del Rocío. La celebración de mañana es fruto de esa experiencia acreditada en el tiempo. La inigualable procesión por el centro de Córdoba de las cinco carretas con los Simpecados de las filiales cordobesas y la asistencia de miles de personas pondrán de manifiesto la brillantez y el esmero de la organización.










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