Ante la pregunta “¿cuál es el día más importante del año para ti como cofrade?” casi con toda seguridad se nos viene a la cabeza dos respuestas concretas, donde la mayoría de la gente coincide, para algunos el día más importante del año es el Domingo de Ramos, cuando se abren las puertas de San Lorenzo para inaugurar nuestra Semana Santa llenando las calles de palmas y pequeños hebreos que acompañan a Ntro. Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal y a Ntra. Sra. de la Palma. Para otros el día más importante del año como cofrades es, sin duda, el día de salida de su hermandad, acompañando a sus Titulares por las calles de la ciudad.
Si me realizaran a mí esta misma pregunta tengo muy claro que la respuesta no coincidiría con las dos que a casi todo el mundo se le pasa por la cabeza. Para mí cualquier día del año puede ser el más importante como cofrade. Está claro que las dos respuestas anteriores son perfectamente válidas, así como cualquiera de las respuestas que cada uno tenga en su mente, ya que, esos días, seguro que están marcados en rojo en nuestro calendario.
Quizá, cuando uno es más pequeño tiende siempre a recordar con especial interés la Cuaresma y todos los días previos al día de salida, así como el mismo día, donde aun se mantienen ciertas tradiciones familiares de preparación para la Estación de Penitencia, algunos comen en familia, otros visten su túnica y cubrerrostro, amigos que quedan para preparar sus costales y fajas y músicos que afinan sus instrumentos para ese día grande. Todo esto puede hacer pensar que tan solo ese día es el más importante del año, pero cuando vas creciendo te vas dando cuenta que, aunque ese día es importante y señalado, hay otros días que pueden ser mucho más importantes que el día de salida.
Con la madurez uno va creciendo como cofrade y empieza a buscar esos “otros días” que sin duda serán importantes en su vida cofrade, aquí empiezan a cobrar una notable importancia los cultos de su Titular, unos días donde las iglesias y capillas se engalanan con altares exornados de flor y cera para realce y gloria de Nuestros Sagrados Titulares. Uno va buscando ese momento tan especial en un besamanos, donde es Él o Ella quien “baja a la Tierra” y nos permite disfrutar de su presencia, frente a frente, se cruzan miradas y diálogos en silencio que culminan rindiendo pleitesía de la forma más bonita que desde pequeño nos han enseñado, con un simple beso. Para mí quizá este puede ser uno de los días más importantes del año, pero no el único.
Cuando tienes la oportunidad de trabajar por y para Ellos, colaborando en los montajes y preparativos para los cultos o el día de salida, o simplemente adecentando y manteniendo limpio durante todo el año el lugar desde donde presiden nuestras iglesias, capillas o altares, es ahí cuando puedes sentir que cualquier día puede ser el más importante del año en tu vida como cofrade y seguro también como persona. Es en esos momentos en los que trabajas en la iglesia con una luz tenue, un lugar casi siempre frío y solitario, es cuando encuentras el calor de una mirada que se cruza y se clava en el corazón, es cuando abrimos el alma y hablamos en la soledad de aquel instante, cuando rezamos y al mirar a los ojos sabemos que nunca nos van a abandonar, que son Ellos los que cuidan de nosotros y nuestros familiares, quizá sea tan solo una cuestión de segundos, quizá sea algo más de un minuto, pero cuando vivimos ese instante sabemos ya que para nosotros ese será el momento y el día más importante del año y de nuestras vidas; y es cuando intentaremos buscar el momento de repetirlo en más ocasiones, recordando siempre ese día tan especial.
Es por esto que, cuando uno ha tenido la suerte de acercarse a Ellos y vivir este momento, podemos responder a esta pregunta y te das cuenta que cualquier día puede ser el más importante del año.
Paco Afán
Recordatorio Entre lo Divino y lo humano