Creo que hablo por todos cuando digo que siempre, recordaremos a muchas personas como “padres cofrades”, personas que por una razón u otra consiguen como un padre biológico, nuestro cariño, respeto, y cómo no, seamos fieles seguidores de sus ideas, sus pasos, y gustos.
El “padre cofrade” puede ser aquel que desde pequeño, si nuestro padre no es el que nos introdujo en nuestra Hermandad, Banda de Música, etc, haya conseguido que busquemos nuestro sitio en un “grupo que busca servir al Señor o su Madre” de una forma u otra.
Todos estos “padres cofrades” tienen unas ideas, son partidarios de un tipo de capataz, si es que este “padre cofrade” no da la casualidad que sea capataz en ese momento. Tienen un gusto musical, una forma de ver a su Hermandad, unos cambios en mente, diferentes maneras de entender la caridad a los más necesitados, etc...
Con estos “padres” creo que nos hemos criado todos, sin excepción, hasta como en mi caso, teniendo un PADRE como el mío. Alguien que ha sido sin duda alguna, mi referente sin paliativos en el caminar en las Hermandades a las que pertenezco, incluso, sin estar conmigo en algunas.
El hablar de los “padres cofrades”, me da una pena inmensa. A quién con el paso de los años no se nos ha caído, nunca mejor dicho, el mito. Si me dijeran cuáles son mis “padres cofrades”, están las cosas más que claras. Porque una cosa es un “padre cofrade” y otra cosa un referente.
Yo podría tener claros referentes en mi vida, referentes con los que me crié, como por ejemplo, grandes Hermanos Mayores con grandes atributos para el cargo, como la seriedad y las cosas hechas por derecho, en la persona de Salvador Hurtado Mantero, y la facilidad, por su forma de ser, de hacer que todos fuéramos Hermandad y nos sintiéramos en Hermandad de Don Juan Manuel Rodríguez García.
No conocí a Don José Gálvez Galocha de Hermano Mayor, pero si la Hermandad de la Paz y Esperanza es lo que es, a día de hoy, es porque dedicó gran parte de su vida a su Hermandad, tanto él como mi querida Doña Carmen Jurado, como he repetido hasta la extenuación, la estampa que me viene cuando hablo de ella, es a mi Virgen de la Paz y Esperanza de frente, y ella a su ladito, con una sonrisa siempre de cariño, y admiración.
A parte del Honor, tuve la suerte de conocer como capataz a Don Rafael Muñoz Serrano, creo, que no para mí, referente para casi todos los cofrades, y si no, para todos los costaleros que como yo, empezábamos o habían empezado años atrás, con él en activo, delante del Palio de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza.
Y aquí, ven, como les he dicho, los referentes que todos hayamos podido tener en una u otra Hermandad, para mí, estos, que hay muchos más, son algunos de ellos, quizá, los ponga porque sean los más conocidos, y así, todos podamos entender lo que es un referente.
Vas pasando años en una Hermandad, o en este mundo, y conoces a gente que te marca, como por ejemplo, por poner a otro, unos de nuestros colaboradores. Don Antonio Alcántara Zafra, o Don Antonio Morales Vega, los cuales, con mucho mimo, realizaban el Boletín de la Hermandad, que luego Antonio Alcántara me ayudó a mí en su momento a realizar con tantas y tantas horas juntos en la redacción y maquetación del mismo.
Con Antonio Alcántara Zafra, vemos el primer ejemplo, y con mayúsculas de “padre cofrade”. Y ligado a él desde que tengo uso de razón, aparece otro hombre que siempre marcó mucho mi camino en la Hermandad de la Paz y Esperanza, Don Juan Berrocal Peligros, que dejando de lado su cargo como capataz durante tantos años, y con el cuál empecé, siempre me aconsejó, enseñó, y supo guiar por este camino incierto a veces de las Hermandades.
Ya os he puesto algunos ejemplos de “Referentes” y otros, de “Padres Cofrades”, o los que yo ahora mismo recuerdo. Pero ahora, si querría ir más allá, el tercer grupo, el que quiere ser “padre cofrade”.
El que quiere ser, o dice haber sido tu “padre cofrade” es aquel que te acompaña y en actos de Hermandades, el que te alaba, el que te dice guiar, el que comulga contigo sin interesarle lo más mínimo tu idea, o tu opinión. Su opinión, no la dice nunca, o al menos, al 100%. Tantea cuál es la tuya, para hacer de la suya, la que comenta, no la que piensa en realidad, lo más cercana posible a la que tu has dado, así, te va ganando poco a poco, tanto la confianza, como (si eres un poco manejable, o careces de personalidad) hasta las propias ideas en un futuro, que si no andas listo, es bastante próximo en el tiempo.
Suelen ser personas, que van y vienen, que nunca están ahí esté quién esté comandando la Hermandad, si seguimos apoyándonos en mi caso, con el ejemplo de la Hermandad de la Paz y Esperanza, podemos ver otro referente como es Don José Campos Fernández, aunque con “Pepe Campos y Doña Pilar Peña” podemos dejar de lado lo de “referente” porque me han criado y me he sentido siempre uno más de sus nietos.
Los que se nombran “padres cofrades” suelen ser personas que tienen en mente un objetivo, a fin de cuentas. Prepárense los jóvenes cofrades que me lean, para cuando llegue entonces su objetivo. Ese día, o amigos para siempre, o enemigos y hasta nunca.
Puede ser que se presenten a Hermano Mayor, puede ser, que vayan en alguna Junta de Gobierno con algún que otro cargo, sobre todo, de renombre, (es lo que ellos aceptan y buscan) puede que vayan a desarrollar el cargo de capataz, en definitiva, el cargo que sea, ahí, llega la hora de en realidad, quitarnos todos la careta y ver de verdad quién era esa persona que decía aconsejarte, quererte y ayudarte.
Llegará como siempre, te propondrá si va en algún cargo de Junta, formar parte del cambio a mejor para la Hermandad del que van a participar, él, y los que van con él en la Junta de Gobierno, y del que tú, vas a ser testigo. No habrá habido ni Junta de Gobierno más preparada, ni mejor situación en un futuro para la Hermandad. Imaginen ya, cómo va a andar el Paso de Misterio o de Palio, al que aspiran.
Por supuesto, se nos vaya a ocurrir, hablarles de la otra candidatura para comandar la Hermandad, o los otros nombres que se barajan para conseguir el tan ansiado llamador.
Aquí, puede que nos utilicen, esa ha sido su función durante tantos años, o puede que no, ya, decidan ustedes. Si tragamos, miel sobre hojuelas, si nos desmarcamos, no sólo perdemos su amistad, si no, pasamos a formar parte del otro lado, el lado contrario, cosa mala si tenemos en cuenta que teníamos cariño por esa persona, y nos vemos totalmente defraudados cuando comienzan las hostilidades contra ti, y los que piensan como tú. Triste, pero cierto.
En fin, cuidado con todos esos que se hacen llamar “padres cofrades”, pues son los que no quieren más que dirigir en la sombra, y no entienden de más sentimientos que los que les da el saber que tienen el control, empezando por las personas, pero buscando controlar a las Hermandades.
Yo, por si acaso, sigo añorando a algunos referentes que se me fueron, disfrutando de los consejos y solamente con la compañía de mis “padres cofrades” y sabiendo con seguridad y a ciencia cierta cada día más, que todos, quedan relegados cuando es mi PADRE biológico el que habla, pues siempre habla con la sabiduría que dan los años, el amor a los Titulares, y el amor hacia ti.
Con la suma de esas cosas, tienen que salirnos las cuentas de la razón, y las cosas hechas con el corazón.
Fernando Blancas Muñoz
Recordatorio La Chicotá de Nandel La Madurez de una Generación