sábado, 23 de marzo de 2013
Esperanza
He sentido el frío de la ausencia
peregrinando por mis entretelas. He sufrido la carencia, el miedo y la
tristeza. He prostituido mis creencias por salvaguardar mis posesiones. He
renegado de los que me tendieron su mano y se ofrecieron a pecho descubierto
por defenderme, aún a riesgo de perder todo lo que tenían, su libertad y su existencia.
He preferido despeñarme por el abismo de la desolación antes que levantarme y
luchar por lo mío, por mi Fe, por mi Dios.
Y mientras el Hijo del Hombre
yace inerte en el sepulcro de mis fracasos, te tengo a mi lado, Pastora de mi
alma, Altar de mis sueños, Consuelo de mis desventuras. Para amarrar la quilla
de mi barca al muelle de tu regazo y alimentarme de la dulzura de tu mirada con
el néctar divino de la Esperanza que derramas por donde caminas. Esperanza en
el tercer día, en la llegada del Reino del Padre y en que algún día, este maldito
e ignorante planeta aprenda a respirar Amor, a beber Paz y a vivir la Verdad de
Dios…
La Madrugá del pánico del año 2000
Transcribimos a continuación el Informe Oficial de la Hermandad del Señor de Sevilla acerca de los tristemente célebres sucesos de la Madrugá del año 2000. La intención no es otra que la de alertar de este tipo de situaciones para ser capaces de reaccionar si alguna se vuelven a repetir.
Informe Oficial
Esta hermandad había iniciado su estación de penitencia a la Santa
Iglesia Catedral saliendo exactamente su cruz de guía a las 12:45 de la
Madrugada del Viernes Santo, día 21 de abril del presente año. La estación
discurrió con absoluta normalidad hasta el momento de producirse los hechos de
todos conocidos, no obstante hay que reseñar por si fuese de interés que en la
plaza de San Lorenzo, justo en el momento de iniciarse la salida, se produjo un
conato de invasión de las sillas que esta hermandad coloca en la plaza para
recaudar limosnas con destino a la Bolsa de Caridad, intento efectuado por
parte de un grupo de personas que estaban fuera de ellas y que fue abortado por
los agentes de la Policía Nacional que se encontraban en el lugar en aquel
momento, sin que hubiera más incidencias.
Formaban la cofradía un total
aproximado de 2.450 personas, incluyendo nazarenos, costaleros y personal
auxiliar (capataces, capilleres, contraguías, aguadores, encendedores, etc.).
Se cumplieron los horarios de la carrera oficial, incluso saliendo de la
Catedral con cinco minutos de adelanto sobre el horario oficial. Como quiera
que la información meteorológica vaticinaba cierto riesgo de lluvia, creciente
conforme avanzase la Madrugada, los responsables de la marcha de la cofradía
tenían instrucciones del Hermano Mayor de acelerar dicha marcha cuanto fuese
posible, una vez quedase expedito nuestro camino. Sí hay que destacar que se
notó bastante falta de fuerza policial en la calle y que, en concreto, en la
confluencia de Arfe, García de Vinuesa y Castelar, al llegar la cruz de guía
estaban circulando coches, y que un grupo de individuos jóvenes montados en
motos pretendieron entrar a través de la cofradía subidos en dichos vehículos y
en sentido contrario al discurrir de la hermandad, impidiéndolo enérgicamente
el agente de la Policía Nacional único que prestaba su servicio en la cruz de
guía, a cuyo agente la hermandad quiere felicitar por su extraordinaria
eficacia e inmejorable disposición.
Los Incidentes en la Campana de la Madrugá de 2000
Está fue la secuencia de los hechos y el desconcierto generalizado de los medios de comunicación. Hemos intentado localizar la grabación de Canal Sur que emitía en directo, como cada año y no se encontraba en publicidad cuando sucedió la primera avalancha que se notó en Campana, pero nos ha sido imposible. Si algún lector dispone de ella, sería muy interesante que nos la hiciera llegar. La calidad de las imágenes no son excesivamente buenas porque proceden de una grabación de vídeo.
Tal y como comentamos en el artículo La Madrugá del Pánico, pretendemos ilustrar acerca de lo que sucedió para que todos estemos alerta y en la medida de nuestras posibilidades, si realmente fue provocado intencionadamente, no permitamos que vuelva a suceder.