Arrancaron las rosas del rosal de los pensamientos olvidados. Quemaron el retablo de las oraciones escondidas alimentando el odio por los rincones. Se marchitó el vergel de los sueños de libertad por el rencor de unos pocos convertido en la sangre de muchos... y ahora os niegan repudiando el recuerdo, martirizando de nuevo vuestra causa, pretendiendo apagar la llama que encendisteis, desconociendo la eternidad de vuestro legado y el poder infinito de los corazones más puros...
Por eso, Madre Mía, cuando atraviesas el cancel de San Hipólito cada Madrugada y tus ojos se cruzan con los míos, mientras mis pulmones se impregnan de la ofrenda sublime trasmutada en incienso que embriaga tu Divina Majestad, comprendo que nada es en vano, y que su recuerdo estará siempre presente en la fe del pueblo que jamás arrincona a quienes su existencia entregaron por la libertad, en nombre del Dios Verdadero del Amor y la Vida... porque cada gota del agua bendita de tu maravilloso venero se convierte en inabarcable río de fe, que mueve el molino de mis sentimientos... y me hace quererte, y querer a tu Hijo cada vez con mas fuerza.
Bendita seas Reina de los que dieron la vida por Él... y Bendita la herencia que nos dieron...
Por eso, Madre Mía, cuando atraviesas el cancel de San Hipólito cada Madrugada y tus ojos se cruzan con los míos, mientras mis pulmones se impregnan de la ofrenda sublime trasmutada en incienso que embriaga tu Divina Majestad, comprendo que nada es en vano, y que su recuerdo estará siempre presente en la fe del pueblo que jamás arrincona a quienes su existencia entregaron por la libertad, en nombre del Dios Verdadero del Amor y la Vida... porque cada gota del agua bendita de tu maravilloso venero se convierte en inabarcable río de fe, que mueve el molino de mis sentimientos... y me hace quererte, y querer a tu Hijo cada vez con mas fuerza.
Bendita seas Reina de los que dieron la vida por Él... y Bendita la herencia que nos dieron...