La del domingo era una celebración especial en la sede de los Hermanos de la Cruz Blanca. Las tradicionales migas navideñas tenían sabor a justicia y un nombre propio: el hermano Manolo que, tras tres años de «calvario» judicial por una acusación de abusos y malos tratos a varios de los internos del centro de la que finalmente ha sido absuelto, no podía evitar emocionarse ante las innumerables muestras de cariño y apoyo de autoridades y voluntarios que se acercaron a la sede de la congregación.
«Es hora de poner un antes y un después a todos estos años. De cerrar este capítulo. Hoy lloramos, pero de alegría y es momento de decir que el perdón hace mucho bien y que la herida está cerrada por fin, aunque haya dejado cicatriz», señaló el hermano Manolo que, con una amplia sonrisa, fue el encargado de servir el primer plato de las tradicionales migas de agradecimiento a la labor de cuidadores y voluntarios de su agrupación.
Hasta allí se desplazaron unas 200 personas que destacaron el alivio que ha supuesto el cierre del caso sin sentencias condenatorias. Entre los presentes, los socialistas Soledad Pérez, Juan Pablo Durán, Isabel Baena, Francisco Alcalde y Rosa Aguilar. Pepa Contreras, por parte de IU; el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y los ediles del gobierno municipal Luis Martín, Rafael Navas, María Jesús Botella y el alcalde, José Antonio Nieto, por el PP, destacaron que «este día es importante para Córdoba no sólo para los hermanos de la Cruz Blanca. Lo hemos pasado mal y este año es motivo de doble celebración. El proceso ha finalizado como todos deseábamos con la inocencia de quienes fueron injustamente acusados. La Justicia funciona, aunque sea lenta en nuestro país», indicó Nieto.