Es 25 de diciembre, estoy viendo como la lluvia cae desde el interior de mi casa y mi cabeza no para de dar vueltas a esto de la Navidad.
Me da por preguntarme si María y José se encontrarían con una noche como la de ayer. Una noche, en la que nadie le daba posada y se veían sin un techo donde cobijar al que, María, como mujer que era, sabía que vendría al mundo en breve. ¿No os recuerda a nada? Miles de personas en las calles, pasarían la noche sin techo, pero se consolarían pensando o nosotros también, “Bienaventurados los pobres, porque de ellos será el Reino de los Cielos”. Aunque bueno, viendo lo que he visto en las noticias, doy por hecho, que a muchos dirigentes, les da igual que personas que atraviesan por ese trance, tengan o no un techo donde comer, ya que están por echar a personas solidarias de un techo por haber ocupado un espacio público desocupado hace tiempo.
Sigo viendo llover y, en la televisión anuncian mal tiempo, lluvias, vientos…, en algún lugar se fue hasta la luz, ¿qué más luz que aquella que nos dio Aquél que nació a eso de la media noche?
Pienso que estuve con mis seres queridos.
Siempre me ha dado igual si la mesa estaba llena o vacía de ricos manjares. En esa mesa he tenido todo lo que puedo desear, mi familia. Sí, sé que muchos os preguntaréis como puedo decir eso si falta uno de mis pilares. Pues mirad, os cuento: me sigue encantando la Navidad, sigo teniendo esa ilusión que mi padre me transmitió por esta fiesta y, además, no tengo que esperar a navidad para sentir su falta. Además, como cada día del año le sigo sintiendo cerca. Aparte tengo que estar agradecida por tener lo que tengo, recordar que el Rey de la Humanidad vino al mundo sólo acompañado de María, José, un buey y una mula y yo, cada día y más en estas fechas, estoy más que acompañada.
Siempre me ha dado igual si la mesa estaba llena o vacía de ricos manjares. En esa mesa he tenido todo lo que puedo desear, mi familia. Sí, sé que muchos os preguntaréis como puedo decir eso si falta uno de mis pilares. Pues mirad, os cuento: me sigue encantando la Navidad, sigo teniendo esa ilusión que mi padre me transmitió por esta fiesta y, además, no tengo que esperar a navidad para sentir su falta. Además, como cada día del año le sigo sintiendo cerca. Aparte tengo que estar agradecida por tener lo que tengo, recordar que el Rey de la Humanidad vino al mundo sólo acompañado de María, José, un buey y una mula y yo, cada día y más en estas fechas, estoy más que acompañada.