El municipio de Luque recuperará en breve la imagen de Jesús de la Pasión, después de que haya permanecido 36 años en la localidad de Lucena.
Treinta y cinco años han pasado desde que, en 1977, el constructor lucentino Antonio Rodríguez Delgado llevase a Lucena desde la localidad vecina de Luque la imagen del Nazareno de la Pasión, conocido como «El Derribo», que algunos atribuyen a Verdiguier.
Rodríguez buscaba una imagen para el desfile de procesiones infantiles y la suerte quiso que el entonces párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Luque, el lucentino Manuel Cuenca, le llevara ante una abandonada en un desván de la parroquia, que la familia asegura que iba a ser destruida. La talla llegó a Lucena sin nada, tras la firma de un documento en el que se indicaba que solo volvería si el pueblo lo demandaba, escrito que fue avalado por el propio obispo de la diócesis, Monseñor Cirarda.
La familia Rodríguez la restauró, adquiriendo buena parte de sus actuales enseres, y el pueblo de Lucena la adoptó como propia. Hoy está integrada en la Cofradía de la Pasión Franciscana tras haber pasado por distintos templos. Ha salido cada año en procesión y recibe veneración en la iglesia de la Madre de Dios.
Sin embargo, todo hace indicar que en pocos días volverá a Luque. El vicario episcopal de la campiña, David Aguilera, informó hace tres semanas al hermano mayor de la cofradía franciscana, Jorge Roldán, y al prior de los Franciscanos de Lucena, fray Joaquín Pacheco, sobre la marcha inminente de Nuestro Padre Jesús de la Pasión.
Según las últimas informaciones, la propiedad de la imagen de Cristo corresponde a una fundación privada del municipio de Luque, vinculada de facto con la Iglesia católica, aunque formalmente desligada de ella. Jorge Roldán señala que la decisión está tomada por parte del Obispado de la Diócesis de Córdoba.
«Vamos a tener que acatar el mandato, no tenemos más remedio», asegura Jorge Roldán. Así, ya se han cumplimentado todos los requisitos para que la talla regrese a Luque casi 36 años después.
