Lemas de movimientos feministas han sido plasmados en los muros del templo de San Julián y en los de las cofradías de Viñeros, Penas y Paloma
Cuatro templos del Centro Histórico situados muy cerca unos de otros amanecieron el pasado lunes con varias pintadas proabortistas y con los retablos cerámicos de las imágenes a las que se rinde culto en ellos embadurnados con pintura roja. La iglesia de San Julián, sede de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, y las de las cofradías de Viñeros, las Penas y la Paloma han sido las víctimas de esta acción de vandalismo que se produce tras el anteproyecto de reforma de la ley del aborto aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy el pasado día 20 de diciembre. Con este giro normativo, los supuestos para abortar se reducen a dos: daño psicológico o físico de la mujer y delito contra su libertad sexual.
Las pintadas, efectuadas con una plantilla, reproducen el lema 'Saca tus rosarios de mis ovarios', utilizado por los movimientos feministas para oponerse a las restricciones para poder abortar. Según explicó Jesús Mesa, teniente hermano mayor de la Hermandad de las Penas, una de las afectadas, debieron realizarse en las primeras horas de la mañana del pasado lunes. «Descubrí las de nuestra capilla sobre las siete y media de la mañana y todavía no estaban hechas las de la iglesia de Viñeros, en la calle Arco de la Cabeza, que aparecieron un poco más tarde y que fueron borradas esa misma mañana por el colectivo de comerciantes y vecinos de la zona», relató Mesa, quien apuntó que es la segunda vez que el oratorio de su cofradía sufre pintadas 'proabortistas'. La última vez fue hace un año aproximadamente. «Aprovechan que se trata de un lugar de poco paso para hacer las pintadas sin que puedan ser cazados», añadió este responsable de las Penas, quien apuntó que lo más probable es que la cofradía presente una denuncia sobre esta acción vandálica al igual que lo hizo en la anterior ocasión.
Mosaicos bañados en pintura
En las Penas, el daño no se ha ceñido solo a la pintada del citado lema efectuada con una plantilla, sino que sus autores también han lanzado pintura roja, posiblemente introducida en globos, contra el retablo cerámico que reproduce la imagen de la Virgen. «Ya hemos podido quitarla con cierta facilidad porque está formado por azulejos vidriados, pero la pintura ha quedado impregnada en la pared y ha salpicado a las jambas de la puerta de la capilla, por lo que hemos tenido que comprar productos 'antigraffiti' para poder reparar los desperfectos de nuevas acciones, que esperamos que no se repitan», señaló Jesús Mesa.
El 'modus operandi' de los autores de las pintadas ha sido el mismo en el caso de la capilla de la Cofradía de la Paloma, situada en la plaza de San Francisco, donde los mosaicos de sus titulares también amanecieron con pintura roja encima. El hermano mayor, José Carretín, explicó que dieron parte de forma inmediata a los autores de estos retablos cerámicos para que los limpiaran. En cambio, una pintada hecha con plantilla aún permanecía ayer en el lateral de la capilla. «Es la primera vez que nos atacan con lemas 'proabortistas', pero por desgracia ya estamos acostumbrados a las pintadas porque estamos en una zona conflictiva de bares de copas, aunque la situación ha mejorado un poco respecto a años anteriores», indicó Carretín, quien pidió una mayor presencia policial en el entorno para evitar estos ataques.
En San Julián, que estos días alberga una exposición sobre el nacimiento y la infancia de Jesucristo, también han aparecido las mismas pintadas tanto en la puerta cegada que da a la calle Muro de San Julián, como en la de Nosquera, en concreto en el conjunto de azulejos en los que se suelen colocar convocatorias de cofradías.
Estas iglesias del Centro de Málaga no son las únicas que en los últimas días han sufrido pintadas del movimiento feminista a favor del aborto. También en algunos templos de la localidad sevillana de Dos Hermanas han aparecido graffitis, en este caso sin plantillas, con frases como 'María quería abortar'.
 |
| Pintadas en Dos Hermanas |
Fuente Diario Sur