Desconsolada azucena, de mirada que conmueve e inspira al alma a la oración. Elegida por el creador, en la noche más oscura muestra su reino de luz. Como el Buen Suceso, en Nazaret que contempló en ti la vida, Virgen niña. Susurras una plegaria impregnada de santidad, pidiendo misericordia, por los que laceran la ungida flor de tus entrañas. La pureza de tus manos acunó a Jesús niño, ahora expresan al firmamento la Piedad, que aguarda abrazar a Jesucristo.
Eres Señora Nazarena, sendero sin espinas. Venero cristalino de gracia que sacia de espiritualidad, las tribulaciones de los seres. A tus pies, Divina Nazarena, los pesares del corazón sanan, permíteme enjugar con mi sacrificio tus seis lágrimas, escucha las simples palabras de este pecador.
Extraño Reflejo
Admito que me provoca cierta extrañeza la bicefalia en la iglesia católica. ¿ Confunde al creyente una Encíclica, con dos pensamientos tan opuestos en la forma y lo que es más importante, en el fondo?. Siempre he defendido que Ratzinger, es la teología llevada a su extremo más complejo. Científico, pulcro, distante. En continua búsqueda de la palabra convencido de la fe hallada en el estudio.
El Papa Francisco, buen conocedor de los vaivenes del ánimo, en el ser, desde la fe, labrada y conquistada poniendo la otra mejilla, habla del Divino Nazareno sin artificios, con la humildad de saberse un mero conductor de un mensaje tan precioso, que los intereses del hombre han intentado manipular con poderes terrenales. Francisco ora abrazado al madero de Cristo y no es conveniente desvirtuar su obra. Solo un hombre tocado por la mano de Dios puede expresar, dentro del propio Vaticano, un mensaje tan diáfano como revolucionario.
Qué el arcángel San Miguel guarde tu sueño, pontífice de la fe y que el espíritu santo guíe tus palabras y tu caminar.
José Antonio Guzmán Pérez.
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Recordatorio Calvario de Iris: Corona de Amargura