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lunes, 17 de febrero de 2014

El Consejo anuncia medidas para que no se repita la filtración del Cartel

«Ha fallado el factor sorpresa» por «un acto tan despreciable como cobarde»


Dice que no pertenece a ninguna hermandad y que vive la Semana Santa «a pie de calle» con «largos tiempos de espera en alguna esquina». Una visión de la fiesta que está presente en el cartel de la Semana Santa 2014 que Beatriz Barrientos ha pintado para Sevilla. En él recoge «el discurrir de una cofradía por la calle» dentro de un justo homenaje a la caridad y la obra social de las hermandades, «especialmente en estos tiempos de crisis».

Las filtraciones del jueves habían adelantado la imagen, pero no la intrahistoria. Ayer en el acto de presentación oficial del cartel en la sede de la Caja Rural del Sur, su autora desgranó los detalles encriptados en una gran acuarela que se mantiene fiel al hiperrealismo de sus pinceles. Barrientos, que recibió una de las mayores ovaciones que se recuerdan a una cartelista, explicó que encontró en «la vocación de caridad un elemento común a todas las hermandades». Esta virtud teologal le llevó al Cristo de la Caridad de Santa Marta, cuyo misterio no había sido protagonista de un cartel y que aquí reproduce en el ángulo superior izquierdo. Precisamente, la cabeza del Señor es «el centro físico y simbólico del altar del jubileo de la Catedral», otro nexo común de las corporaciones durante la estación y una clara referencia a las sacramentales de penitencia «en una atmósfera etérea, ligera y transparente».


La escena se completa con «algunos nazarenos» de Santa Marta que flotan ante el paso y «un acólito turiferario» en un primer plano que produce toda esa nube de incienso que hace de «guía visual» de la obra. Tanto el incienso como la figura del acólito son recursos pictóricos propios de la autora. El chaval simboliza el compromiso de la juventud con la Iglesia a través de las hermandades, y «la ilusión que vive cada casa cuando llega el momento de vestirse… un año, y otro, y otro, y así creciendo dentro de la cofradía». El muchacho está sacado de una foto de 2006 que llamó la atención de la artista «por su puesta en escena». Se llama Ricardo Romero Viñuelas (foto adjunta), tiene 23 años y estudia tercero de Turismo. Él fue el primer sorprendido: «Me enteré por las redes, cuando se filtró. Me ha encantado, aunque la verdad mido 1,80», dice mientras recuerda que su padre fue prioste de Santa Marta y falleció tres años antes de aquella instantánea.

Pero hay más historias ocultas. Los bordados de la dalmática, el incensario de plata y el dorado y la orfebrería del paso recuerdan el esfuerzo de los artesanos del sector «que sufren los rigores ante la falta de encargos» por la crisis y que «también son Semana Santa». No falta la clásica referencia a la Giralda, cuya silueta corona el ángulo superior derecho sobre «un cielo de atardecer en primavera».


Barrientos dijo haber empleado «más de 100 días» para concebir esta acuarela de grandes dimensiones –«la de mayor tamaño» de su producción–, que culminó con la rosa roja que marca el lugar donde cayó la gota de sangre del Señor en su traslado al sepulcro.

La pintora no eludió la polémica de las filtraciones de la obra: «Las redes sociales y los medios acaban hoy en día con la mayoría de las ilusiones, con ese esperar ansioso y también con muchos de nuestros ritos y tradiciones, incluido éste de la presentación del cartel de la Semana Santa. Pero todo tiene sus tiempos y hoy [por ayer] es el día del cartel», lamentó en su discurso.

Un tema que también mencionó el presidente del Consejo al reconocer que «ha fallado el factor sorpresa» por «un acto tan despreciable como cobarde». Carlos Bourrellier anunció «medidas», entre las que se baraja posponer la impresión a la presentación del cartel.








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