El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, titular de la hermandad de la Hiniesta, presidió este sábado un via crucis que resultó multitudinario tanto en su cortejo como en los fieles y devotos que participaron en este culto externo que tradicionalmente abre el ciclo de estos actos en el calendario cofrade del año.
Amplio cortejo
Minutos antes de las ocho de la noche salió la cruz de guía desde la parroquia de San Julián, que estaba repleta de público. La comitiva estuvo formada por casi cuatrocientas personas, entre los que se encontraban 275 hermanos portando cirios de color tiniebla.
La cruz de guía y el estandarte corporativo fueron las dos únicas insignias en el cortejo, además del cuerpo de acólitos que antecedía las andas del Cristo, y costaleros y hermanos que portaron a hombros al crucificado que ejecutó el insigne imaginero Antonio Castillo Lastrucci. La familia Ariza, capataces de la hermandad, fueron los que mandaron las andas.
En la presidencia estaban presentes, además del hermano mayor, José Antonio Romero, los máximos responsables de las hermandades de la Resurrección y de los Panaderos. Por parte del Consejo General de Hermandades y Cofradías acudieron Francisco Vélez, delegado de Domingo de Ramos, y Milagros Ciudad, delegada de Sacramentales. También estuvo representada la hermandad del Buen Fin.
Los ex hermanos mayores de la Hiniesta Adolfo Arenas, Francisco Granados y Andrés Alcántara también acompañaron al Cristo de San Julián en el cortejo.
Agrupación musical «Santa María Magdalena»
Como dato curioso, varios miembros de las agrupación musical «Santa María Magdalena» de Arahal, vestidos de uniforme, portaron en varios momentos al Cristo de la Buena Muerte.
Es un año muy especial para este colectivo musical ya que cumplen sus bodas de oro. Por este motivo, la junta de gobierno tuvo a bien que varios músicos participaran en este culto. Esta agrupación está muy ligada a la Hiniesta, por ser la responsable cada Domingo de Ramos de acompañar musicalmente desde hace varias décadas al Crucificado.
Por su parte, el acompañamiento musical estuvo a cargo de la capilla musical de la Sociedad Filarmónica del Carmen de Salteras, banda que acompaña cada Domingo de Ramos al palio de la Virgen de la Hiniesta.
El Cristo de la Buena Muerte, que llevaba a los pies de su cruz claveles de color rojo, visitó los conventos de Santa Paula, Santa Isabel y San Cayetano, además de los templos de San Marcos y la capilla de los Siete Dolores, sede canónica de la hermandad de Los Servitas. El Señor fue portado sobre unas andas con un paño funerario con el escudo de la Hiniesta.
Este via crucis marca el inicio del tiempo de precuaresma en la ciudad. Su cuidada organización, participación, singular recorrido y recogimiento lo ha convertido en uno de los más hermosos que se celebran en la ciudad de Sevilla.
Recordatorio La Hermandad de la Hiniesta en Gente de Paz