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miércoles, 5 de marzo de 2014

El Besapiés del Cristo de la Fundación según Miguel Ángel Badía Álvarez


Magnífico reportaje de nuestro colaborador Miguel Ángel Badía Álvarez (Cámara Cofrade) del Devoto Besapiés celebrado en honor del Santísimo Cristo de la Fundación de Sevilla Titular de la Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles de Sevilla conocida popularmente como Hermandad de Los Negritos.



Esta imagen de Cristo Crucificado fue realizada por el escultor Andrés de Ocampo en el año 1622.

Su atribución está felizmente documentada gracias a la restauración llevada a cabo en el año 1940 por Agustín Sánchez Cid, quien encontró en su interior un documento autógrafo del artista, donde se citaba la autoría y fecha de esta talla:

"Este Cristo se hizo en Sevilla, año de mil seizientos y veinte y dos. Hizolo Andrés de Ocampo, maestro escultor".


Se trata de una talla de Crucificado realizada en madera policromada, de 1,60 metros de alto.

Este Cristo de la Fundación es una réplica de otro anterior de Honduras tallado en 1620 por el mismo autor, y muestra sutilmente la influencia de la obra plástica del maestro Juan de Mesa.


Aunque cronológicamente debería estar enmarcado en el movimiento Realista de su época, responde al gusto manierista de su autor, mostrando una figura idealizada y apolínea que huye intencionadamente de toda estridencia o exageración. Representa a un Cristo muerto cuyo cuerpo se desploma en la Cruz con una total naturalidad y elegancia; así, la cabeza que cae sobre el lado derecho se adapta a la suave y arqueada disposición del resto del cuerpo.

Tallado con austera sobriedad y serenidad de expresión, su acertada imagen responde aún a la concepción idealizante y mística de los años finales del siglo XVI.


No obstante el autor sabe imprimir unas incipientes notas de barroquismo en esta obra, que se aprecian en algunos detalles, tales como la composición del sudario, la cabellera o los pies del Cristo, que expresan las señales hipostáticas de la muerte.

Al poco tiempo de fallecer su autor (10 de enero de 1623), la imagen pasó a ser propiedad del pintor luxemburgés afincado en Sevilla, Pablo Legot, quien lo encarnó con la palidez propia de un cadáver y lo vendió posteriormente a la Cofradía de Nuestra Señora de los Ángeles por la cantidad de 1.400 reales.


Este Cristo de la Fundación fue restaurado desde junio de 1988 hasta febrero del año siguiente en Madrid, en el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, donde le fue aplicada una consolidación general del soporte de la cruz y repaso de ensambles, al tiempo que se le levantaron repintes de intervenciones anteriores.

Además, Juan Mayorga le labró una nueva cruz realizada en madera de caoba.


El origen de la Hermandad está en la fundación que hiciera a finales del siglo XIV el arzobispo de Sevilla don Gonzalo de Mena, su Hermano Mayor y protector: un hospital llamado de Gracia o de los Reyes, cuya finalidad era principalmente la de atender a los individuos de raza negra que habitaban la ciudad. Este hospital estaba ubicado inicialmente cerca del Humilladero de la Cruz del Campo, trasladado en 1549 a un solar adquirido del convento de San Benito que pronto fue reedificado.


La Cofradía, con el fin de reformar su capilla, arrendó en 1576 una casa del hospital, colindante con ella; y en 1584 se fusionó con una corporación de sangre, también de personas de color, que desde 1558 y con el título de Nuestra Señora de la Piedad tenían constituciones y residían en la iglesia del hospital de San Antonio Abad.

Sus Reglas, del año 1554, indican que hacía estación de penitencia en la noche del Jueves Santo con un cortejo donde se incluían cofrades de luz y de sangre, y con hermanas con el rostro descubierto. Hasta 1604 se hacía al humilladero de la Cruz del Campo, pero tras el decreto del arzobispo Niño de Guevara hubo de hacerse hasta la iglesia catedral, lo cual ocasionó graves incidentes con la Cofradía nobiliaria de la Antigua y Siete Dolores por el orden de paso.


En 1622 Andrés de Ocampo realizó la talla del Crucificado para la Corporación, conocida al menos desde 1728 como "de la Fundación", en recuerdo y testimonio del antiguo origen de la Hermandad.

Desde mediados de este siglo XVII la Cofradía realiza su estación de penitencia de forma regular, encargándose cada año a un maestro pintor la composición del monte o Calvario del Crucificado. Entre ellos lo hicieron Miguel Miranda en 1642 y Domingo Pérez en 1674, año en el que se reforma el paso del Cristo por Jerónimo de Arellano y se recibe, donado por la Cofradía de Columna y Azotes un paso de palio, y de la del Cristo de San Agustín veinticinco túnicas como donativo. En el cortejo penitencial iba además la primitiva insignia de la Cruz de las Toallas


El 16 de noviembre de 1690 realizó la hermandad su primer Rosario público, saliendo de la Capilla de los Ángeles, e instituyéndose por la hermandad el Rosario público, similar a otros ya instaurados por distintas cofradías, siendo éste el número 21 de los existentes en la ciudad. [1]

Hacia el siglo XVIII la corporación pasó por una etapa de esplendor, a la que colaboró un personaje popular, Salvador de la Cruz, conocido como el Negro de la Casa Honda. Afanado en aumentar el culto en la capilla consiguió que el cardenal Solís se hiciera su hermano protector, consiguiendo con su ayuda que el papa Clemente XIV les concediera bulas con distintos privilegios.


No obstante en 1712 solo salía un paso en la estación de penitencia, el de el Santo Cristo. Pero catorce años después se realiza uno para la Virgen, en 1730 se nombran diputados y se reencarna al Cristo de la Fundación y en 1732 se inicia la construcción de un local para los pasos y una sala de Cabildos.

Tras la ocupación francesa casi se arruina la Hermandad, quedando sus cofrades reducidos a un pequeño número de personas, por lo que en 1807 se acordó la progresiva inclusión de individuos de raza blanca, que no obstante, no podrían estar en la Junta de Gobierno, salvo como secretarios.
 

Para entonces hubo que reconstruir la capilla y el local para los pasos y sala de cabildos, con unos gastos ue obligaron a vender parte de sus enseres, dejando de realizar estación de penitencia durante años. En 1850 se acordó salir con un solo paso donde, junto al Cristo, figurarían la Virgen, San Juan y la Magdalena.

La capilla que constituye su sede sufrió graves daños en las inundaciones de los años 1948 y 1962.


La Hermandad procesiona con dos pasos que aparecen presididos por sus imágenes titulares, el primero con Santísimo Cristo de la Fundación y el segundo con Nuestra Señora de los Ángeles, bajo palio.

Tiene su sede canónica en la Capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, que se encuentra situada en la calle Recaredo de Sevilla.

La Hermandad de los Negritos tiene su salida procesional haciendo estación de penitencia desde su sede hasta la santa iglesia Catedral en la tarde-noche del Jueves Santo de la Semana Santa sevillana.













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