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domingo, 2 de marzo de 2014

El Traslado de San Juan Bautista de la Concepción por Tomás Y. B.

El Año jubilar Trinitario finalizó con el Traslado y posterior Salida Extraordinaria de San juan Bautista de la Concepción. Dicho traslado se produjo el pasado 15 de febrero desde la Iglesia de los Trinitarios. A continuación reproducimos el magnífico reportaje que realizó ese día Tomás Y. B 


San Juan Bautista de la Concepción, religioso nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 10 de julio de 1561 y fallecido en Córdoba el 14 de febrero de 1613.

Fue el gran reformador de la Orden Trinitaria y fundó en Córdoba uno de los 19 primeros conventos que tuvo esta orden, el que sería conocido como Convento de los Padres de Gracia o simplemente, de los Trinitarios (actualmente desaparecido). Está enterrado en ese convento.

Fue canonizado el 25 de mayo de 1975 por el Papa Pablo VI.



Juan Bautista Rico tuvo desde niño gran inclinación hacia la religión, hasta el punto de observar a muy temprana edad grandes períodos de ayuno.

Estudió teología en Baeza y Toledo, siendo en esta ciudad donde decide ingresar en el convento de los Trinitarios el 28 de junio de 1580. Justo un año más tarde, el 29 de junio decide profesar.

Prosiguió sus estudios de teología en Alcalá de Henares, al cabo de los cuales se traslada al convento de su orden en Sevilla. Su espíritu austero y piadoso no estaba de acuerdo con la vida relajada del convento, por lo que comienza a pregonar una vuelta a los orígenes de la regla de la Orden de la Santísima Trinidad y de la Redención de Cautivos, fundada por San Juan de Mata en el Siglo XII.




Encontró gran oposición en su entorno, por lo que decide viajar a Roma para su defensa. El 20 de agosto de 1599 Clemente VII aprueba la Congregación de los hermanos reformados de la Orden de la Santísima Trinidad. La humildad y austeridad de la Orden hace que se les llame Trinitarios descalzos, frente a los Calzados, como comenzó a llamarse a la rama original. Curiosamente, ésta se extinguió en el Siglo XIX, siendo desde entonces la única orden existente la reformada.

En 1607 llega fray Juan a Córdoba para fundar un convento. Pese a la oposición inicial, el obispo fray Diego les cede la antigua ermita de Nuestra Señora de Gracia, sobre la cual construirán el Convento de Nuestra Señora de Gracia o Convento de los Padres de Gracia, nombre que les dio la ciudad.



Tras haber fundado 17 conventos masculinos y uno femenino de clausura, fue apartado de las labores de Padre provincial. Estando colaborando en la fundación del convento de San Lúcar de Barrameda, recibió la orden de desvincularse del proyecto. Resignado, se retira al convento cordobés, donde morirá como consecuencia de una infección y de los años de privaciones y ayunos, siendo enterrado en la Capilla de Santísimo Cristo de Gracia de la iglesia del convento.











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