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domingo, 20 de abril de 2014

El buen tiempo engalana el intenso final de la Pasión


Día de Nazarenos y de Soledades, el fervor popular vivió ayer su cenit en la provincia en una jornada engalanada por un buen tiempo como no se había disfrutado en los últimos años. Las tradiciones se perpetuaron en bendiciones, desfiles de romanos, mujeres de mantilla y multitud de detalles que hacen peculiar el día central de la Pasión de Cristo en cada municipio.

Lucena

Decir Viernes Santo en Lucena es hablar de Jesús Nazareno, imagen que concita la devoción de todo un pueblo que le demuestra su cariño al grito de "viva Nuestro Padre" allá por donde discurre su larguísimo itinerario. Minutos antes de las seis de la mañana se producía la llamada a cargo de la Hermandad de Tambores de Lucena, lo que puso sonido a los ríos de personas que encaminaron sus pasos a la Capilla de Jesús para disfrutar de la salida del Señor. La oscuridad solo fue rota por el destello de los flashes fotográficos que intentaban recoger el momento. Tras él cuatro pasos más realizaron estación de penitencia: la Verónica, María Magdalena, San Juan Evangelista y el palio del Socorro. Ya en la Plaza Nueva se dispusieron en paralelo para asistir a una de las tres bendiciones que realiza Jesús Nazareno. La particularidad de esta Archicofradía es que también realiza estación de penitencia por la tarde, si bien el recorrido se reduce.

Puente Genil

En la madrugada del Jueves, se vivió uno de los momentos cumbres de la Semana Santa, con la interpretación por parte del Imperio Romano de la tradicional diana al Nazareno, una pieza musical de Manuel Medina de mediados del siglo XIX cuya interpretación congregó a miles de personas en la plaza del Calvario. La presencia del Terrible, como popularmente se conoce al patrón de la villa, hizo del Viernes Santo el día grande de la semana. Los pontanenses disfrutaron de numerosos momentos emotivos, como las reverencias de las figuras bíblicas, la representación de la sentencia o el paso por el puente de Miragenil, todo ello aderezado con la vistosidad y colorido que ofreció la constante presencia del Imperio Romano en las calles.

Montilla

San Agustín abría sus puertas a primera hora de la mañana para la salida de la Hermandad del Nazareno y la Virgen de los Dolores, la de mayor devoción de toda la Semana Santa montillana. En el paseo de Cervantes, tenía lugar la tradicional bendición a los campos y, ya de regreso, ante las puertas del templo agustino, se producía el momento más esperado: la bendición a los vecinos. La tarde también se vivió con intensidad con dos procesiones: la del Descendimiento, con un espectacular misterio, y la del Santo Entierro, también muy querida.

Baena

La procesión del Silencio acaba de encerrarse en la iglesia de Santa María la Mayor tras hacer su estación de penitencia y los baenenses caminan desde la Almedina hasta la iglesia de San Francisco, desde donde el Nazareno iniciará la carrera oficial camino de la muerte. Un año más apareció puntual, a las seis de la mañana, acompañado por las emocionadas marchas de su centuria romana. Ya en la noche, las colas blancas ponen el único toque de color en el entierro de Jesús. En esta procesión, que se caracteriza por su seriedad y solemnidad, participa la única cuadrilla de judíos arrepentido, los Enlutados. Nuestra Señora de la Soledad es la encargada de cerrar el cortejo y su entrada al templo es una bellísima imagen en la que se unen el sonar de los tambores y la luz de las bengalas de los hermanos.

Cabra

El Viernes Santo comenzó en Cabra de madrugada con las procesiones del Silencio y de la Humildad y Paciencia. Largas filas de nazarenos negros con calaveras en sus cubrerrostros enfilaron a medianoche por la calle Priego, mientras que el sonido de las cadenas en sus tobillos marca el camino del Señor, un crucificado manierista que despierta la devoción de toda la collación de Santo Domingo. Antes del alba, la Humildad realizó su recorrido por las calles de la feligresía para, después, recibir el amanecer en el centro. Ya por la mañana, y con el regreso de la hermandad del Rocío de Pasión tras su ausencia del pasado año, tres fueron las cofradías que hicieron recorrido oficial: el Nazareno y el Mayor Dolor junto a la ya citada corporación pasionista. La tarde está reservada para la muerte del Señor, materializada en una línea cronológica perfecta: Descendimiento, Angustias, Sepulcro y Dolores. Sin embargo, la narrativa de la jornada quedó sin prólogo puesto que la última corporación en incorporarse a la Semana Santa, el Descendimiento, no pudo realizar estación de penitencia debido a los problemas internos que atraviesa.

Palma del Río

La hermandad del Santo Sepulcro, que partió de San Francisco a las 19:00, volvió a deslumbrar por la solemnidad de sus pasos, a los que acompañaron las mujeres de mantilla y una representación de cada hermandad palmeña. La Virgen de los Dolores estrenó puñal y el paso del Cristo yacente, un quinteto de metales. Especialmente emotiva resultó la salida de la cofradía por la cantidad de gente que esperaba y el discurrir por las estrechas calles de Muñoz y de Cuerpo de Cristo.

Pozoblanco

La madrugada de Pozoblanco se rompió como cada año con la voz de Poncio Pilatos en la plaza de Santa Catalina. Tras este tradicional acto, comienza pla rimera procesión del Viernes Santo pozoalbense,en la que desfila la imagen de Jesús Nazareno. Por la tarde, la ciudad vallesana asiste a la estación de penitencia del Santo Entierro y, por último, se encuentra con la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad.

Peñarroya-Pueblonuevo

El Viernes Santo comenzaba con el vía crucis del Cristo en la Cruz desde la parroquia de Santa Bárbara. Ya por la tarde, del Salvador partió el Santísimo Cristo en su Santo Sepulcro y María Santísima de los Dolores, mientras que a las 22:00 salía de la parroquia de Santa Bárbara la segunda procesión que en el municipio conmemora la despedida de Cristo.

Montoro


Después de una madrugada intensa vivida junto al Rey de Montoro, el inicio de la tarde del Viernes Santo se inicia con un esplendoroso desfile desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de San Sebastián integrado por el Imperio Romano, la banda de música Juan Mohedo, autoridades civiles y eclesiásticas, estandartes e insignias de las cofradías y su varas correspondientes. Seguidamente, el Cristo de la Misericordia, el de los Estudiantes, aparece por el arco de la iglesia de San Sebastián iniciando un cortejo al que le seguirá Nuestra Señora de las Angustias. La Cofradía Sacramental del Santo Entierro y la Soledad cierra los desfiles del día grande de la Pasión.





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