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martes, 22 de abril de 2014

La Chicotá de Nandel: Otra Semana Santa más, otra menos


Iré directo, no deambularé por el sentimiento, ya que el sentimiento en estos días atrás ha sido nuestro único parecer en la vida, y es que el amor, el amor a esta Semana Santa nuestra, la andaluza, nos aviva la llama de vivir como nada lo consigue hacer, al menos, en cuanto a momentos vividos, apartando a las personas que si consiguen hacerlo.

Una Semana Santa, que como dije en artículos pasados, comenzó para mí en Ciudad Real, tras el Nazareno el Domingo de Pasión, el Viernes de Dolores tras Jesús de la Bendición, bendiciendo a un Barrio como es el Polígono Sur sevillano, que tanto de Él necesita.

Sevilla, te sorprende con la claridad con que lo llevan todo, a piñón fijo con sus ideas se podría decir. Ya hay hasta Capataces, o Bandas, que sabrán que no estarán en el mismo lugar que esta Semana Santa, y es que en Sevilla, no se juega al escondite, se va de frente, como deben de ir las personas, y también las instituciones a las que representan.

La Semana Santa de la provincia de Sevilla tiene argumentos suficientes para sobrepasar el buen gusto, estilo o capacidad para la organización de este tipo de eventos, para ensalzar la fe, frente a cualquier ciudad de Andalucía o España, no hay más que ver algún vídeo de cualquier Hermandad de la Provincia sevillana, y compararlo con la salida de otras. Ya ustedes juzguen cuando lo comprueben.

Es más, ya no es un problema de hermandades sino de dirigentes, los que se supone que dirigen a estas en su conjunto, permitiendo las cosas que permiten. El que haya estado el Martes Santo en Córdoba, se habrá preguntado por qué en Córdoba, o por qué la Semana Santa de Córdoba, no busca lo atractivo más allá de lo “raro”.

Llegué a Córdoba el Domingo de Ramos en una contra reloj, ya de madrugada para ver aquello que tantos años llevaba sin poder ver, como muchas otras cosas, la entrada de la Hermandad de la Esperanza, en un Domingo de Ramos que ya agonizaba aunque yo, encontré un soplo fresco de aire cuando vi a una de las niñas de Cerrillo pasar precisamente por su casa, donde la alcancé.

El Señor de las Penas, (cuánto agradezco y qué poquito he oído esta cuaresma y esta Semana Santa lo de “Gitano”, incluso, en el Cartel de la Hermandad ha desaparecido) llegaba ya al giro de San Andrés, con su siempre pausado andar, dulce y acompasado; nuevos capataces para un Señor, que demuestra que con su mirada, todo mal puede irse o quedarse en olvido.

La Esperanza, por contrario, no dejaba atrás la pena que algunos llevaban en el corazón viendo como el pueblo venía comentando la belleza de la Señora. LA BELLEZA Y GUSTO CON LA QUE VENÍA ATAVIADA. La pena de algunos por no poder tirar el trabajo presente por tierra a pesar de haberlo intentado, buscando destrozar a su Hermandad, ahora que están fuera.



Esperé el Lunes Santo con muchísimas ganas. Hacía muchísimos años que no podía estar en Córdoba, y tenía un solo pensamiento, ver al Remedio de las Ánimas y Ntra. Sra. de las Tristezas, entrar en San Lorenzo. Otra Semana Santa más que he podido vivir este hermoso momento, y con la mejor de las compañías, y otra Semana Santa menos, ya que no me dejaron disfrutar de él.

Los focos que alumbran a la Iglesia, ya que los de las calles, se encontraban apagados, estaban totalmente encendidos, haciendo que este momento místico, miserere, incienso... y el vislumbrar la figura del Señor acercándose, y bajando su Cruz para entrar por el pórtico, no fuera lo que yo iba a ver, lo que yo recordaba. Quédense también como no, con el respeto del personal cuando el Señor entró a la Parroquia de San Lorenzo. Podía haber sido una procesión... hasta que se convirtió en el carnaval de Brasil. Las latas del suelo, eran golpeadas por los pies a ritmo de samba, y la Virgen que ya giraba para la Iglesia, y que traía el coro de mujeres como siempre acompañándola, no hizo más que caminar entre un bullicio que quería desaparecer de allí tras entrar el Señor, como si no estuviera pasando ya nada por su lado, sin mirar siquiera a la cara de Ntra. Madre. Córdoba, en estado puro, aquella que no queremos recordar que existe, la Córdoba Kofrade.

Venía de disfrutar tantas cosas... La tarde, me recibió con un Señor Coronado de Espinas, que para mí, es una de las obras iconográficas más impactantes y bellas del mundo de la imaginería. Andando por derecho, elegante, dejando a su paso vislumbrar a la también bellísima imagen de Ntra. Sra. de la Merced.

En Colón, pude ver al Señor de la Redención, con su Banda, la que siempre lo acompaña. Algunos de los que abogábamos por más días para dicha banda en nuestra Semana Santa, ahora dudamos que así tenga que ser. Sentí mucho cariño en el abrazo con algunos amigos de la misma, pero ellos saben que... El rumbo está totalmente perdido, y hay que girar el timón. Ya hay muchos que han abandonado el barco, puntales de este navío, y lo peor... Es que la calidad, ya no frena el hundimiento que desde fuera se advierte.

La Virgen de la Estrella, tras muchos años sin verla en la calle si me sorprendió con grata alegría, de esas que alegran el corazón. Su andar, al fin, parece que es más adecuado con lo que esta Hermandad es, al menos para mí, una Hermandad de Barrio, con la idiosincrasia que eso conlleva.

Permitan que lo diga aquí y bien claro, cuando pude ver a la Hermandad de la Sentencia, entendí que tanto por cortejo, tanto por insignias, tanto por gusto, tanto por Imágenes, por Pasos... Tenía frente a mí a la Hermandad más señora de la Semana Santa. Otros tendrán otros gustos, pero a San Nicolás, deben de peregrinar algunos que quieran saber cómo se debe sacar una Hermandad a la calle para hacer Estación de Penitencia... ¡A LA SANTÍSIMA IGLESIA CATEDRAL!

Me sorprendió también, por qué no decirlo, el bueno gusto musical y el andar de las dos bellas Imágenes que llegaban San Fernando arriba, Vera Cruz y Dulce Nombre. Fueron para el que pudiera observarlos con detenimiento, el claro ejemplo de cómo una Hermandad humilde, y de barrio humilde, parece llevar 100 años en nuestra Semana Santa.

Del Martes Santo, me quedo con la entrada de la Hermandad de la Sangre, me quedo con el grano y semilla de hacer las cosas bien que ya vislumbramos en la Hermandad del Prendimiento, el pasito a paso de la Hermandad de la Agonía, a ver cuándo podemos ver tras al Cristo a su Madre de la Salud. Santa Faz, lleva muchos años caminando por Córdoba, pidiendo el cambio, pero para mí, no de estilo de Agrupación, sino encontrar un andar más amplio con Cornetas y Tambores. Trinidad, Madre de los trinitarios de corazón, que así, con corazón la llevan. Buen Suceso y Caridad, con otro aire al que lo recordaba, ni mejor ni peor, me quedo con las Imágenes que siempre me gustó ver subiendo San Pablo, girando para un Ayuntamiento que yo ya esperaba pisar con mi Hermandad del Miércoles.

Otro año más, que no he estado con mi Cristo, pero he visto que pase lo que pase en las entrañas de la Hermandad, el Cristo de las Penas, acompañado por, para mí, la Reina de Santiago, Desamparados y San Juan, hacen el más bello misterio y más dulce que Andalucía puede tener.

Este año, hay elecciones, espero que ese cualquier tiempo pasado, que fue mejor vuelva, de mano de quien sea, pero vuelva... vuelva la Hermandad a ser una Hermandad. Precioso detalle de algunos costaleros poniendo el lazo en recuerdo al “Maestro” Rafael Muñoz, el cuál, entregaron el Miércoles Santo a su hijo Rafael, que también lo puso en el Palio de María Stma. de la Paz y Esperanza. Gracias Don Rafael Moreno Torres.


Y así llegó mi último día en Córdoba, “mi” Miércoles Santo. Miércoles de Humildad y Paciencia y Paz y Esperanza. Es gracioso, no me río de la advocación de mis dos Titulares, me hace gracia el pensar en qué Hermandad estarán algunos, cuando ni el nombre de los Titulares, les hace reflexionar en nada.

Humildad, ni por asomo. Tensión, más bien rencor es lo que se notaba en el ambiente. ¡Qué gran ambiente para estar todos juntos con Él, que nos enseñó a amar al prójimo, a perdonar, a ser humilde!. La Paciencia, no la demostraron tampoco otros, que hasta última hora, han querido, con una túnica inadecuada, echar, permítanme la expresión “la última meadita fuera del tiesto”. Y no se queden con la túnica. Vergüenza de ver a una Agrupación Musical tras el Señor dejándose el alma, como siempre, y pena que también les embargaba a ellos, puesto... 

A estos chavales, a los que yo llamo SEÑORES, no se les ha dorado la píldora como a otras bandas, Vinieron a un lugar que no conocían, dónde eran desconocidos... Y si se van, el que desconocerá este mundo, y por completo, seré yo.

Díganme qué Paz se puede encontrar, más que en el bello rostro de Ella, si nada más empezar la procesión, la primera mujer que perteneció a una Junta de Gobierno en nuestra Hermandad, cosa que me ha recordado un comentario hoy, y que había olvidado, puesto que esta señora no lo va pregonando a diario, por humildad, calmaba a una niña, que no había visto en mi vida, que a voz en grito casi reducía a la nada lo que para muchos significa el Miércoles Santo.

¿Esperanza? Cuando la cofradía vuelva al pasado, en caridad, cristiandad y HERMANDAD, entonces la tendremos.

Quien pudo ver al palio de espaldas o de frente, sin mirar a la cara de Ella... Quien pudo ver el paso de la Paz en Sevilla, ya supo qué vería el Miércoles. Un diseño sin sello, una copia... HASTA QUE VOLVIMOS A VER ANDAR A LA PALOMA DE CAPUCHINOS, COMO REINA Y EMPERADORA DEL MIÉRCOLES SANTO... GRACIAS A SU CAPATAZ -ENHORABUENA RAFAEL- Y A SU CUADRILLA DE COSTALEROS. Hacía años que no se veía un andar, con tal majestuosidad, pero con ese son que siempre, siempre, tuvo la Señora. Como este año, Rafael, ni más, ni menos. LA PAZ Y ESPERANZA.

OTRA SEMANA SANTA MÁS EN LA QUE PUDE DISFRUTAR CON JOSÉ “EL AMERICANO” BAJO SU SEÑOR, COMO SIEMPRE, Y COMO ASÍ SEGUIRÁ. NO ESTARÀ DEBAJO, PERO SIEMPRE ESTARÁ CON ÉL.

LA ÚLTIMA JOSE, LA ÚLTIMA... PERO DEJAS TU CORAZÓN DEBAJO, QUE NO ES OTRO QUE TU HIJO, HIJO QUE CONSIDERAMOS MUCHOS TAMBIÉN HIJO O HERMANO PEQUEÑO.

SABES QUE APARTE DE NOSOTROS, HUMILDAD VELARÁ POR ÉL.

Fernando Blancas Muñoz











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