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martes, 1 de abril de 2014

La Chicotá de Nandel: Sobran los mendigos


"Todos los pueblos serán llevados a su presencia; y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui emigrante y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, preso y fuisteis a estar conmigo.

Entonces los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos emigrante y te acogimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?

Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui emigrante y no me acogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.

Entonces responderán también ellos diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o emigrante o enfermo o en prisión y no te asistimos?

Y él les contestará: Os aseguro que cuando no lo hicisteis con uno de esos pequeñuelos, tampoco conmigo lo hicisteis. Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna".


(Mateo 25:15)

San Mateo, tanto en la Parábola de las diez mujeres, la cuál me aludía Don Juan Miguel Ezpeleta en su entrevista, nos recuerda que las enseñanzas del Señor muestran, que siempre hay que estar atento, siempre hay que tener todo preparado para la vida, para el amor, nunca sabes cuándo llegará, pero siempre hay que obligarse a que todo esté preparado, previsto. Ni la vida, ni el amor esperan.

En la Parábola de las monedas de oro, o talentos, el Señor nos dice, que los dones o talentos que nos hayan sido entregados, hay que utilizarlos, engrandecerlos, el que no haga uso de ellos, el que no los use por el bien, que al que no los cultive, le serán quitados y será abandonado en la oscuridad.

Pero hoy me quedaría con “LA PARÁBOLA DE LAS OVEJAS Y LAS CABRAS”.

Como ya dije en algún artículo en tiempos navideños, parece que los necesitados, sólo comen en Navidad.

Estamos prestos, dispuestos ya a hacer profunda y testimonial pública protestación de fe, como el Concilio de Trento dispuso.

¿Recuerdan haber visto algún mendigo al echar la vista atrás en Semana Santa? ¿O sólo recuerdan el pasito ´palante de aquél majestuoso Paso de Misterio? ¿Recuerdan que alguien les haya dicho que han visitado antes de ir a ver procesiones a su familiar, el que estaba postrado en la cama? ¿Haberlo ustedes mismos realizado? ¿O sólo recuerdan aquél sólo de corneta o trompeta en aquel día que nunca olvidarán? ¿Recuerdan ese... “pelillos a la mar” antes de hacer Estación de Penitencia con algún hermano de su Hermandad, con el cual “por h o por b”, han tenido algún que otro rocecillo”? ¿O sólo estuvieron atentos a quién le daba dos besos de hermano a hermano, para luego retirarle a él también el saludo?

Ainsss, Hermandades, Cofradías... Cuántas veces servidor ya ha puesto la otra mejilla... Cuántas veces Señor, cuántas Veces...

Hablando hoy con la vida misma, con mi vida, pues si me preguntan que si con la vida se habla, desde luego, le comentaba que lo más sano a veces, en un día aciago, donde todo ha salido torcido, o donde todo al contrario ha salido a pedir de boca, hay sólo un gesto que si lo recuerdas antes de dormir, realiza el momento plácido para el alma del cristiano, que consiste en que parezca que la cama te eleve como si flotaras. Unos dicen que es lo llamado “buena conciencia”.

También hablando con la vida misma, me interrumpió el ver a lo lejos a un mendigo, con el cual digamos, tengo relación de trabajo de vez en cuando.

Un músico gaditano que trabajó en y se adentró en las fiestas de los años dorados de Marbella, donde las drogas pusieron final a la música festiva, para si no hubiera frenado, haberle adornado un solitario velatorio con la fúnebre de Chopin. La droga, como me refirió alguna vez, había conseguido lo que él nunca en la vida pudiera haber imaginado...

“Por su culpa, ya no tengo nada en mi tierra, allí ya no volveré nunca. Ya no tengo familia, bueno si, pero como si no la tuviera, yo ya no soy de su familia. Mi aseo como verás, no es el que llevas tú o cualquier persona, y por supuesto, mi vida, es lo que ves, no puedo aspirar ya a nada mejor que pasar un día aparcando coches, coger un buen dinero, porque, gano mucho ¿sabes? Y me da para vivir, duermo en la calle, si, pero a todo uno se acostumbra”

Le pregunté por centros, por cambiar, y su mirada me dijo, que de vez en cuando volvía a caer al pozo, y que, ya todo poco importaba.

No es tarde para hacer el bien, pero si creo que se nos pasó la hora, cosa que no espero que se nos haya pasado para ataviarnos con una bonita mantilla, unos costales a la última moda, y con el dibujo más bonito de un Cristo, una Virgen, unos cuadritos de colorines “tela de chulos”, túnica a estrenar, que la otra ya tenía muchos años, traje negro nuevo, que he engordado o adelgazado, o ya la cera de otros años me lo tenía estropeadísimo. Que hay que ir guapo, que hay que ir acorde con lo que vamos a celebrar.

Y yo me pregunto, ¿hemos realizado algún acto cristiano cuando ha venido a buscarnos (ya no digo ni que lo busquemos)? ¿Qué tendríamos que celebrar entonces en esta fiesta? ¿Se verá alguno fuera de lugar?

Nadie separará a ovejas ni cabras en nuestras Hermandades (no tiene por qué haber alguien que no separe a buenos de malos, ¡ojo, que hay quien lo hace! Yo sólo he hablado de ovejas y cabras).

Nadie nos hará arreglar nada con nadie, aunque sea la más mínima chorradita la que nos separe de un abrazo de Hermano.

Hoy, iba escribir rimas cofrades, pero creo que no era día de rimas, puesto que muy señorial que sea una Imagen del Señor, o preciosa la carita de una Talla de Nuestra Virgen, más bonito es ser cristiano, dar todo sin pedir, y como también me decía la vida, disfrutar queriendo, aunque no te quieran igual.

Nueve días y algunas horas, para que la Señora de Córdoba sea visitada por los cordobeses que quieren agradecerle que nos siga protegiendo, para que la Reina de la Paz y Esperanza, nos mire frente a frente, a los ojos, al interior, como a mí me mira la vida cuando estoy delante de ella, tanto la vida como la Paloma de Capuchinos, calan los huesos con su calor, espero que a alguno, no se le hiele al solo poder ver a una Imagen, una Talla...


Fernando Blancas Muñoz















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