La Hermandad de la Macarena presentó anoche la restauración de la conocida como saya de los volantes, que vestirá la Virgen esta misma Madrugada o el 31 de mayo, día en el que, en la Plaza de España, se pondrá punto y final a los actos que se celebran con motivo del cincuenta aniversario de la coronación canónica de la imagen, según anunció ayer a ABC de Sevilla el hermano mayor, Manuel García.
La saya de los volantes fue diseñada por Ignacio Gómez Millán y bordada por Victoria Caro en 1936, y, según el profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla Andrés Luque Teruel, «tiene una gran importancia debido a su significado histórico y a su calidad artística».
Luque Teruel explicó que «hay que tener en cuenta que la Esperanza Macarena había perdido todas sus sayas en el incendio de San Gil en 1936, excepto la más antigua, la de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que llevaba puesta mientras estuvo oculta, por lo que era la más deteriorada de todas. Por ello -añadió- la Hermandad encargó una saya lo más rica posible desde el punto de vista material».
El diseño de esta saya, «es muy representativo de la última etapa del regionalismo sevillano, caracterizado por la división en campos determinados y motivos de pequeño tamaño que le proporcionan sentido», dijo el profesor, que desarrolló la ponencia titulada «La saya de volantes de la Esperanza Macarena: la plenitud creativa de Ignacio Gómez Millán y Victoria Caro», para presentar el trabajo, en la que también intervinieron Concepción Álvarez Moro, Gabriel Ferreras Romero, Antonio Mañes Manaute, Rosario Bernardino Díaz y Reyes Romero Bernardino.
Para la restauración de esta importante pieza se ha contado con el diseño original y la participación de Rafael Rueda en la adaptación de los dibujos y con el taller de Charo Bernardino, que, según Luque Teruel ha realizado «una impecable labor técnica», porque la saya de los volantes tenía «tres niveles de deterioro: la modificación del diseño en de los años ochenta en el taller de las hermanas Martín Cruz; el deterioro del soporte de tisú, con el original montado sobre otro de los años ochenta y el oscurecimiento de las piezas bordadas».
Todas estas cuestiones se han subsanado «con un planteamiento conservacionista que ha permitido mantener la totalidad de los bordados originales, montados sobre un nuevo soporte de tisú, así como la recuperación del diseño original, incluida la cinturilla».
En cuanto a este último elemento citado, explica Rafael Rueda en su blog http://rafaelderueda.blogspot.com.es tras el análisis de una copia fotográfica del diseño de Gómez Millán, se apreció como, «al ser bordada, se habían cambiado dos piezas laterales de la parte superior y se había eliminado la parte superior de la cinturilla». Algo que pudo deberse «a cuestiones estéticas, buscando un mayor ajuste de la saya al candelero» de la Macarena.
Comprobó que a pesar del deterioro del diseño, «que impedía ver con claridad el mismo, aún conservaba todavía la calidad suficiente para afrontar la reconstrucción, por lo que se procedió a ello, incorporando la parte superifor del diseño que nunca llegó a ser realizada».