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martes, 15 de abril de 2014

Los ocho magníficos


Hace más de medio siglo se fundó la hermandad de Santa Genoveva. Muchos de los cofrades de la década de los cincuenta del siglo pasado pensaban que era una auténtica locura la llegada de esta cofradía hasta la Catedral por la distancia desde su sede canónica, circunstancia que por otra parte cíclicamente ha ocurrido en nuestras cofradías, como pudimos constatar en décadas posteriores con las corporaciones de la Sed, el Cerro del Águila o más recientemente con el Polígono de San Pablo.

El olor a barrio de las capas negras de sus nazarenos es estandarte fiel que perdura desde aquella primera salida procesional y que representa de alguna manera una forma singular de sentir y vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, siendo uno de los ejemplos más claros de identificación de un barrio y una cofradía, lo que evidentemente la hace si cabe más grande. 


Atrás quedaron los difíciles comienzos con Antonio Lerate Santaella agrupando al primer germen de personas, el paso de la vía del tren a la salida y entrada del barrio, las nuevas avenidas, la imagen de Don Antonio González Ábato confesando a los hermanos durante la estación penitencial, aquel cíngulo del Gran Poder, la Coronación de la Virgen en el año 1972, el palio granate sin bordar, aquel manto blanco, el Vía Crucis de las Cofradías de Sevilla presidido por el Señor, la vieja candelería de la Macarena, los Lunes Santo de lluvias, aquella primera representación de ocho nazarenos en el cortejo procesional de Santa Marta un año antes de la primera salida procesional a la S.I.C., etc.

Pero lo que ha perdurado desde el año 1956 ha sido el magnífico patrimonio humano que forma esta Hermandad y que ha sido una constante en estos años. El tesón de sus hermanos y el amor de todo un barrio al Señor Cautivo y la Virgen de las Mercedes, han hecho de esta corporación una cofradía plenamente consolidada. Las mujeres tras el paso del Señor simbolizan todo este amor y son el ejemplo fiel de esta gran familia que es la hermandad de Santa Genoveva, la cual ha cincelado en oro de ley, en estas cinco décadas y por un mundo mejor, el día a día de su historia, haciendo impensable hoy en día un Lunes Santo de Sevilla sin esta ejemplar cofradía, cuya dimensión actual era impensable para aquel primer grupo de ilusionados jóvenes que iniciaron el camino, y que comenzó de alguna manera con aquellos primeros ocho nazarenos de capa en la procesión de Santa Marta.













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