Algunas lágrimas han sido derramadas en la tarde noche de este sábado en la parroquia de San Julián ante la retirada del culto del Cristo de la Buena Muerte. Una iglesia abarrotada o, lo que es lo mismo, un barrio entero volcado, no ha querido faltar a la en despedida temporal aunque para los hermanos de la Hiniesta será larga.
En la noche del viernes, el Señor era descendido del paso después de vivir un gran Domingo de Ramos. Con una eucaristía con el crucificado de Castillo Lastrucci en el altar mayor y un posterior besapiés, la hermandad de la Hiniesta retira al Cristo del culto hasta dentro de unos ocho meses.
Con ésta restauración, se inicia la segunda de las tres fases que componen el trabajo de restauración en la Hiniesta, el ya realizado con la Virgen de la Hiniesta, en la actualidad con el Cristo de la Buena Muerte y posteriormente el año próximo hará lo propio la Virgen gloriosa.
Como sucedió con la Virgen dolorosa, es la primera vez que el Cristo abandona su sede para ser restaurado desde su ejecución.
Restauración
Los trabajos de restauración en el taller de Pedro Manzano Beltrán, consistirán principalmente en un proceso integral de la imagen ante el oscurecimiento de talla y la reparación de varias grietas en 8 existentes en varias zonas del Cristo.
El 8 de abril de 2013, el Cristo de la Buena Muerte era trasladado al hospital Infanta Luisa al que le fueron sometidas unas pruebas basadas en un TAC y radiografías para comprobar el estado de conservación y efectuar el informe del mismo.
Pocos días después, el 24 de abril de 2013, los hermanos aprueban en cabildo general, la intervención de la tres imágenes expuestas.
Recordatorio Los Cristos de la Buena Muerte de la Hiniesta