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miércoles, 14 de mayo de 2014

El Cirineo: Cofrades


Se nos llena la boca con la palabra mientras se diluye el contenido entre el desdén y el vídeo reiterativo. Jugamos a ser cofrades prolongando la Cuaresma durante los doce meses del año en lugar de intentar extraer la sustancia de cada uno de los instantes que las hermandades nos regalan.

La Semana Santa terminó incompleta con la Resurrección y de manera inmediata nos precipitamos en el Tiempo de Glorias. Y del mismo modo que hemos aprendido poco a poco a paladear cada instante de la semana más bonita del año, deberíamos ir descubriendo esas maravillosas gotas de gloria que rocían los rincones de nuestra bendita ciudad.

Cuando iniciamos este proyecto de Gente de Paz hará poco más de un año y medio, uno de los retos planteados fue demostrarnos a nosotros mismos y por extensión a nuestro universo más cercano que el interés por todo lo que huele a incienso iba mucho más allá de los que piensan los medios de comunicación tradicionales de esta ciudad. Resulta exasperante acceder a la web de cualquiera de “nuestros” periódicos y que o bien no exista una sección específica dedicada a las cofradías o si existe que permanezca inédita desde el lunes de pascua hasta prácticamente el inicio de la próxima Cuaresma. Y al mismo tiempo comprobar que en ciudades de nuestro entorno, y no estoy hablando sólo de nuestra ciudad hermana de más abajo del Guadalquivir, el caudal de noticias se mantiene a lo largo de todo el año de manera suficientemente intensa como para que sea absolutamente lógico y coherente mantener una publicación de estas características a lo largo de 365 días.

¿Acaso no generan noticias suficientes nuestras corporaciones? ¿La miopía de “nuestros” medios de comunicación tradicionales es tal que no permite dar una respuesta afirmativa? ¿O sencillamente es que no les parece rentable? Podemos hablar en primera persona y decir que están absolutamente equivocados. El interés no sólo no ha decaído con la llegada del Tiempo de Glorias, sino que se ha incrementado. En nuestro caso particular, hemos pasado de una audiencia media de 2000 visitas día a una de 2500 e imaginamos que en el caso de nuestros compañeros (que no competidores) sucederá algo parecido. Obviamente no todos los asuntos interesan por igual. Es evidente que cuando se ha hablado de martillos el interés se dispara del mismo modo que si el tema tratado hace referencia a la música cofrade. Por el contrario cuando la noticia se circunscribe al ámbito de las hermandades de gloria, con la salvedad de la temática rociera –aviso para despistados, las hermandades del Rocío son hermandades de gloria, exactamente igual al resto-, el interés parece decaer sensiblemente. No obstante, aún siendo cierta esta premisa, la atención es mucho mayor de la esperada, en gran medida porque el cofrade medio está ávido de todo lo que implique sacar un paso a la calle y por supuesto por el buen hacer que en los últimos años están desarrollando las hermandades de gloria de nuestra ciudad y algunas de penitencia como las del Huerto o el Cister, que partiendo de un nivel que, con carácter general, estaba a años luz de las cofradías penitenciales, han ido reduciéndolo a pasos agigantados, para empezar a otorgar poco a poco a las glorias, el sitio que deben tener.

Y aquí es donde empieza o debe empezar la labor pedagógica de todos los que tenemos alguna cuota de responsabilidad en todo este mundillo. Los que humildemente intentamos escribir sobre esto y crear o aventar estados de opinión y los que ostentan cargos de responsabilidad. Es nuestra obligación enseñar a toda esta corriente que tiene un potencial incuestionable, a ver más allá del costal y la corneta, a aprender a degustar la esencia de cada una de las salidas que trufan fundamentalmente los meses que van de mayo a septiembre y lograr el triunfo definitivo de nuestras hermandades de gloria más allá de que hayan quienes acuden a una salida procesional porque toca la banda que toque.

No ayuda desde luego que el pregonero de glorias nos regale su verbo en un foro menor respecto al de Semana Santa –no hablo del número de asistentes, sino del escenario elegido- pese a que, sin necesidad de ser mediático, el magnífico pregón de Miguel Ángel de Abajo tuviese un nivel a años luz del “experimento” de Cuaresma, ni debates impensables en nuestro entorno más cercano sobre si Nuestra Patrona debe salir o no a la calle. ¿Se imaginan plantear esto con la Virgen de los Reyes? Y no vengan a decirme que allí es un acontecimiento y que los sevillanos desde Chipiona a Isla Cristina cogen el coche el 15 de agosto para verla salir y luego regresan a la playa. Eso ya lo sabemos. Pero “Zamora no se conquistó en una hora” y si queremos que las cosas vayan calando lo último que podemos hacer es plantear dejar de hacerlas. Habrá que sentarse a analizar la cuestión para llegar a un consenso y determinar el mejor modo de llevarla a cabo. Pero plantear que la Fuensanta vuelva a quedarse en casa es inaudito. Y que quienes tienen responsabilidad eludan tomar decisiones también, que para eso están, que escuchar la opinión de todos es un sano ejercicio democrático, pero un dirigente tiene que tomar decisiones, va implícito en el cargo, y eso deberían haberlo sabido antes de presentarse, no lo olviden.

Eventos desarrollados el pasado año demuestran fehacientemente que las glorias pueden mover masas en esta ciudad, ahí está el Rocío de la Fe para demostrarlo. Ya hemos dicho que el tirón no es el mismo para todos, como ocurre por otro lado con nuestras cofradías de penitencia, cuestión que tenemos perfectamente asumida. Pero también es cierto que la extraordinaria labor desarrollada por hermandades como la de Nuestra Señora del Carmen de San Cayetano han puesto en evidencia a los que decían que era impensable que una procesión de gloria llenase las calles cordobesas. Sólo hay que hacer bien las cosas, muy bien en este caso, y recoger los frutos del pueblo sabio y soberano. El gentío que se mueve alrededor de la Señora no tiene nada que ver con el de hace unos lustros y en la gestión de los que han dirigido la corporación de una manera u otra está el incuestionable éxito cosechado.

Muchos dirigentes de nuestras hermandades, de gloria y penitencia, han debido tomar buena nota de cómo se hacen las cosas para sembrar adecuadamente y recoger cuando la semilla florezca. Y si no lo han hecho, háganlo. Porque esta es la manera, trabajo bien hecho y excelente labor de comunicación. 

Aprendamos todos y otorguemos definitivamente a las glorias el sitio que merecen. Y un poquito de esfuerzo a nuestros medios de comunicación. No hablen sólo de la procesión. Cuéntenle a Córdoba y al mundo que nuestras maravillas no terminan cuando se cierran las puertas de Santa Marina. Estamos seguros de que con el trabajo de todos engrandeceremos aún más nuestro Universo Cofrade, que de eso se trata.

Guillermo Rodríguez












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