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viernes, 2 de mayo de 2014

Historia de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Huelva


Las primeras noticias de la devoción onubense por la Virgen del Rocío datan de 1747, donde hay referencias de donativos para una “misa rezada a nuestra Señora del Rocío de la villa de Almonte”.  La leyenda dice que, estando unos barcos pescando en las marismas del Rocío, los marineros vieron un resplandor y unos fuegos artificiales que les llamaron la atención, y al aproximarse vieron la fiesta a la Virgen, no cesando de ir desde entonces cada año.

Desde 1813 ó 1814  parece ser que iban familias por su cuenta, cada vez más numerosas, pasando después a ser grupos que se reunían en la Iglesia Mayor de San Pedro y en la de la Concepción. A mediados de siglo comienza la futura Hermandad a hacer acto de presencia en el Santuario de Almonte con recogimiento mariano, alegría y gran amor hacia la Blanca Paloma. El 25 de mayo de 1845 nace en la calle Miguel Redondo D. Francisco Carrasco Ortiz, “el polaco”, que como su padre José sería seguidor de la facción llamada polaca del partido moderado, liderado por D. José Luis Sartorius, conde de San Luis, de supuesto origen polaco. Nuestro hombre se dedicó a las faenas de la mar, y en su casa de la calle Sevilla (hoy Berdigón) siempre tuvo una imagen de la Virgen del Rocío, alrededor de la que se reunían regularmente amigos de su padre y suyo, como Juan Hernández Toscano, Juan García García y Juan de la Corte y Mora, acaudalado terrateniente. A finales de los setenta cambia los golpes de la mar por un trabajo en los talleres de la Compañía Minera Río Tinto Limited, y en 1878 ó 1879 plantea la organización de una Hermandad con el propósito de peregrinar todos los años al Santuario, para allí rendir pleitesía a la Reina de las Marismas; falleció poco tiempo después en trágicas circunstancias en noviembre de 1883, según noticia publicada por el diario “La Provincia”

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En 1880, D. Juan de la Corte y  Mora, D. Juan García García y otros rocieros elaboran unos estatutos que el primero de ellos va a trasladar a Almonte, según consta en el “Libro de Actas del Ayuntº y Junta Municipal de la Villa de Almonte, Provª de Huelva” y en el acta de la sesión extraordinaria fechada el  31 de mayo del citado año, bajo la Presidencia de D. Marcos Valladolid en calidad de alcalde y como secretario don Antonio García Cabrera, textualmente dice así:

“Se dio cuenta y lectura de una instancia a nombre de don Juan de la Corte y Mora vecino de Huelva, en solicitud de que se admita oficialmente la Cofradía de  Nuestra Señora la Virgen del Rocío, que han formado varios vecinos de la expresada Capital, y se le señale el sitio que ha de ocupar en el Real de la Aldea de este término, donde existe el Santuario de la referida Imagen, los días en que se celebre la función anual; y los Sres. del Ayuntº. Considerando: que los vecinos de la capital de Huelva vienen hace muchos años dando evidentes pruebas de su mucha devoción a la milagrosa Imagen de Nuestra Señora la Virgen del Rocío, y tributándole el más ferviente culto, acudiendo en peregrinación a su Santuario a pesar de la distancia, y sin reparar en las dificultades y molestias del camino, los Sres. del Ayuntº.  por unanimidad, Acordaron: Que desde esta fecha quede admitida la cofradía de Huelva como tal Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío con la prelación, derechos y preeminencias que le corresponden, debiendo figurar en todos los actos religiosos a continuación de los demás pueblos que con fecha anterior tienen constituidas hermandades; y para la colocación de la hermandad durante los días de la función anual, se designa el sitio  próximo a la casa que en el Real posee Dª. Dolores Toro y Bejarano de esta vecindad, remitiéndose copia autorizada de este acuerdo al recurrente don Juan de la Corte y Mora, y al Mayordomo de la Hermandad de esta Villa, para los efectos correspondientes”


En el año 1881 hizo su primera presentación oficial en la Romería del Rocío, y para conmemorar la fundación  se acuñó la primera medalla de la Hermandad, en fecha posiblemente cercana, siendo Huelva la primera que tuvo medalla propia. En esos primeros años se celebraba en Huelva en la calle de Enmedio una velada rociera, que alcanzó su apogeo más tarde en la calle Berdigón. En 1886  fue la Placeta el escenario que resultó más idóneo, siendo el mayordomo el encargado de su organización, cada vez más cuidada y haciendo toda clase de esfuerzos para que fuese un éxito, continuando esta costumbre hasta bien entrado el siglo XX.

En aquellas fechas, los preparativos para el adorno de los carros eran una alegre convivencia, donde intervenían los brotes de fe popular acompañados del buen humor y del gusto artístico, a base de cintas, lazos, pabellones de gasa y farolillos de papel. El Simpecado de la Hermandad, bordado de oro sobre raso blanco con una imagen de la Virgen en el centro, se llevaba en los primeros años a caballo, hasta que los rocieros fundadores y los vecinos de las calles de Enmedio y Berdigón costearon una carroza de madera que sirviera de trono al mismo.

La Hermandad estaba inicialmente establecida canónicamente en la Iglesia de la Concepción, y en el año 1897, siendo Hermano Mayor el Sr. Gilabert Cordero, se elabora un nuevo Reglamento en el que se establece celebrar una novena anual en dicha parroquia, y una misa a la Virgen antes de la salida para la Romería. En 1900 se revisa este Reglamento y se redactan nuevos Estatutos, con una nueva Junta Directiva en la que figuraban nombres tan notables como D. Miguel Báez Quintero, D. Manuel Siurot Rodríguez, D. Antonio Gilabert Cordero y D. Antonio Gilabert Naranjo, junto a dieciocho miembros más. Esta Junta fue decisiva para que la Hermandad alcanzase gran espiritualidad. Como Mayordomo efectivo figuraba D. Eduardo Figueroa López.

Siglo XX

Durante los primeros años, la Hermandad traslada su sede canónica a la Iglesia de San Francisco, y a partir de 1910 a la Iglesia Mayor de San Pedro. La responsabilidad de la subsistencia de las romerías en los albores del siglo recae en la familia Figueroa, y al parecer algún año hubo serios problemas para cumplir la cita con la Señora, relacionados con el mal estado de la carroza que conducía al Simpecado. Éste hacía su salida de la casa del mayordomo, situada en la calle Tetuán (hoy Mora Claros), y se tomó el acuerdo que la Camarista, a la sazón esposa de D. Eduardo Figueroa, custodiase la preciada insignia en su domicilio.

En 1910 estaba seriamente enfermo el Sr. Gilabert Cordero, dando la impresión de que la Hermandad no peregrinaría al Rocío. En esta situación, D. Manuel González García, Arcipreste de Huelva, encargó a Manuel Oliveira y a Manuel Siurot que se hiciesen cargo de organizar la expedición. Y tras un penoso viaje, en el que resultó destrozada la carroza y con graves deterioros el Simpecado, Huelva entró en El Rocío sin carroza y con el estandarte roto, pero según refiere el propio Siurot “… llevábamos a Gilabert, que valía más que todas las carrozas del mundo, porque sobre él se había posado el Espíritu de Dios en un momento de tribulación y angustia. Y cuando montado en mi caballo presentaba yo a las autoridades de Almonte en la puerta de la ermita aquel estandarte que parecía venir de una batalla, las gentes que ya conocían el suceso lloraban y vitoreaban”. En 1911 estrena la Hermandad una magnífica carroza, que al año siguiente estuvo situada en la Plaza de las Monjas.


Un hecho a resaltar en este primer cuarto de siglo es que fue elegida como Hermana Mayor en 1914 Ana Gómez Varela, mujer de temperamento enérgico, que ante la noticia de que la Hermandad pudiera no pernoctar en Almonte como era costumbre, manda un comunicado a la prensa local donde se indica claramente a todos los rocieros, entre otras instrucciones, “el itinerario que ha de recorrer el día de su salida tanto en la capital como cuando atravesemos los pueblos hasta llegar a Almonte”. Y prosigue “el jueves día 28 del corriente, a las ocho en punto de la noche saldrá de la calle Cánovas (hoy del Puerto) acompañada de todos los carros que están dispuestos… por San Juan del Puerto, Niebla, Villarrasa, La Palma, Bollullos del Condado y Almonte… El día 30, a las ocho de la mañana, deberán estar todos los carros dispuestos para la salida de Almonte en dirección a El Rocío”.

En 1917 será nombrado Hermano Mayor el ilustre médico onubense D. Fernando Pérez Sevillano, que donó un altar de cerámica artística para la Virgen en la Iglesia Mayor de San Pedro, donde se conserva actualmente, aunque en lugar diferente al que ocupaba inicialmente. Desde este año puede decirse que la Hermandad comienza una etapa de prestigio creciente, propiciado por las personas notables que se incorporaban a ella.

En 1919 la Hermandad participará en un acontecimiento grandioso, la coronación canónica de la Virgen del Rocío, concedida por el Papa Benedicto XV, promovida desde tres años antes por el párroco de Niebla, D. Cristóbal Jurado e impulsada finalmente por el canónigo de la Catedral de Sevilla D. Juan Francisco Muñoz y Pabón. Tuvo lugar el domingo de Pentecostés 8 de junio, y el lunes la procesión se hizo con la Reina de las Marismas luciendo su flamante presea. En el Real del Rocío se levanta una estatua de mármol, conmemorativa de tan fausto acontecimiento.

En 1928 el monarca D. Alfonso XIII acepta el título de Hermano Mayor Honorario de la Hermandad, que desde entonces añade el epónimo de Real a su nombre, pasando a llamarse Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva. Este título será refrendado por la Casa Real española en 1995, a petición de la Junta de Gobierno de entonces, otorgado por D. Juan Carlos I.

En 1930, la Hermandad realiza la que pudiera considerarse su primera Peregrinación Extraordinaria, encabezada por el Gobernador Civil de la provincia D. Manuel Monge, el domingo 16 de marzo, habiendo constancia en el acta del Ayuntamiento de Almonte de fecha 13 de marzo, de la contratación de la Banda de Música de Bonares para tal acontecimiento.

Ante las proporciones que iba adquiriendo la comitiva de la Hermandad, y el elevado número de carros que acompañaban al Simpecado, el 12 de enero de 1935 el Ayuntamiento de Almonte decide “En virtud de lo solicitado, fue acuerdo conceder a la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Huelva, un solar en el Rocío de cincuenta metros de frente por veinte de fondo a continuación de las cuadras de Pedro Jiménez y bajo las condiciones que determine la Comisión”. Este solar será desde esa fecha el patio de los carros. 

Años difíciles para los rocieros, por los sentimientos anticlericales, serían los de la Guerra Civil. En 1936 acudieron a la Romería un número muy reducido de hermanos de Huelva, que llevaron el Simpecado oculto entre la sal en un carro, haciendo la Presentación ante la Virgen a caballo. En 1937 y 1938 no se celebró el Rocío.
En 1939 figura como Hermano Mayor el Tercio de Requetés de la Virgen del Rocío, de Huelva, y se construyen carroza y Simpecado nuevos. Este Simpecado perdura hasta nuestros días, y preside todos los actos de la Hermandad desde 1980 en que fue parcialmente restaurado, para serlo en su totalidad en 2002. El 23 de mayo se trasladó el Simpecado desde la iglesia de San Pedro hasta la casa de la Camarista en la calle Albornoz, desde donde saldría para El Rocío dos días más tarde.

En 1946 hace donación D. Rafael Mathé, Hermano Mayor, de una carroza plateada bellamente repujada, que desde entonces ha sido portadora del Simpecado de la Hermandad. Esta carroza ha ido incorporando a lo largo de los años una hermosa candelería plateada, que da un magnífico realce a su estilizada y esbelta figura, siendo probablemente la más alta que entra en El Rocío.

En 1949 ingresa como hermano el torero Miguel Báez Espuny, “a Ella le debo- dijo-muchos de mis triunfos, porque a Ella me encomiendo al empezar la faena.”. La Hermandad tiene ahora su sede en Casa Alpresa, y el azulejo que adornaba la fachada de la casa en la calle Bailén es trasladado a la barriada frente al Hospital Manuel Lois García, a petición de un vecino.

El año 1950 sería el último que los carros caminaran de noche hacia El Rocío, rompiéndose una tradición que duraba ya casi un siglo. A partir de 1951 la Hermandad sale para la aldea almonteña a primera hora del jueves. De este mismo año hay un acta de Junta de Gobierno de fecha 28 de marzo, en la que figura como Presidente D. Arturo López Damas, como Vicepresidente D. Juan Martín y como Hermano Mayor D. Juan Vázquez, hasta un total de 23 miembros.

En 1952 queda para el anecdotario que la carroza se “trambucó” de regreso hacia Almonte, bajo una lluvia torrencial, levantándola entre todos los hermanos que la acompañaban, con el Hermano Mayor D. Ricardo Terrades a la cabeza, teniendo que llegar al pueblo por el camino de “Los Taranjales”. Este Hermano Mayor donó el Guión de Camino, que portaba la Camarista.

Por esta misma fecha, aunque se desconoce exactamente cuándo, se acuña la cuarta medalla de la Hermandad, que es la que actualmente se luce en los actos. En sus primeros tiempos tenía en el reverso un imperdible para prenderla a la ropa, que hoy se ha sustituido por una anilla para llevarla al cuello con cordón. Sobre la figura del escudo de Huelva con sus muebles, en color plata, la imagen en dorado de la Virgen del Rocío y la leyenda “Real Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío Huelva”.

El día 4 de mayo de 1953, con las hermandades de Triana, Moguer y San Juan del Puerto como invitadas, es bendecida e inaugurada la nueva casa de la Hermandad en la calle Gravina número 16, dónde actualmente puede verse todavía el azulejo con la imagen de la Virgen que adornaba la fachada. Esta casa se reformó expresamente para  albergar de forma permanente la carroza portadora del Simpecado.

En 1954 llega a Huelva su primer Obispo de los tiempos modernos, D. Pedro Cantero Cuadrado, de feliz memoria para la ciudad. Ese mismo año ya participó en el Santo Rosario en la aldea, que presidió junto con los miembros de la Hermandad Matriz y las autoridades, presenciando después la procesión de la Virgen desde el balcón de la Ermita.

Otro acontecimiento notable sucede en 1956, cuando se pronuncia el primer Pregón Rociero de la Hermandad, a cargo del poeta onubense D. Diego José Figueroa, presentado por D. Rafael Vázquez Martín. El Gran Teatro de la ciudad se constituyó en marco incomparable de su buen hacer, recogiéndose también impresa su magnífica alabanza de la Señora, con prólogo del canónigo de la Santa Iglesia Catedral D. Luis Moreno Pardo.

En 1958, siendo Hermano Mayor D. Pedro Garrido Garrido, se fundió, bendijo y colocó en la espadaña de la casa del Rocío la campana que repica en la actualidad, a la que se dio el nombre de “María Dolores”. Este mismo año fue nombrado capellán de la Hermandad D. José Mª Roldán Fernández, que habría de dirigirla  espiritualmente hasta 1961.

En el solar donde se despidiera de la ciudad durante décadas la Hermandad, cuando dejaba atrás la barriada de la Isla Chica, se levantó una Iglesia con el nombre de Nuestra Señora del Rocío. La primera piedra se colocó en 1958 y se inauguró el 25 de abril de 1961, siendo bendecida por D. Pedro Cantero estando presente el entonces Jefe del Estado D. Francisco Franco. El 10 de mayo del año siguiente, coincidiendo con el primer día del Triduo de la Hermandad, se bendijo la imagen de la Virgen del Rocío que tutela desde entonces el templo.

En 1964 la Hermandad estrenó nuevo Simpecado, por encargo del Hermano Mayor D. Manuel Garrido Garrido, bordado en oro sobre terciopelo por las R.R.M.M Adoratrices de la capital , que desde la Iglesia del Rocío fue trasladado hasta la Catedral para ser bendecido por el Obispo antes de la salida. Este mismo año se estrenó también vara de Hermano Mayor. El Simpecado se utilizó hasta 1980, habiéndose restaurado en 2004, y la vara fue igualmente retirada en 1980, recuperándose y restaurándose en 2005. Ambos se encuentran en la Sala de Juntas de la casa de Huelva.

Y otra novedad en 1964: la Hermandad decide partir el camino en dos mitades semejantes, recorriendo el primer día treinta y ocho kilómetros, en lugar de los 58 que se hacían para pernoctar en Almonte,  pasando la noche en Rociana en la bodega de D. Francisco Ferraro. Además, al día siguiente tampoco pasaron por Almonte, ya que estaba recién construida una carretera que bordeaba el pueblo.

En 1969 se modifica el itinerario por San Juan del Puerto y Almonte, al abrirse el nuevo puente sobre el río Tinto, dejando atrás un camino centenario que nos había llevado por el condado hacia la Blanca Paloma, acercándonos ahora a la ría de Huelva y al mar, recorriendo parajes naturales que poco a poco han ido configurando el espacio natural de Doñana, y que hoy tenemos el privilegio de poder transitar.

En 1977 nace una costumbre que se impondría en la Hermandad en el Rocío: en el momento de la Presentación ante la Virgen, un buen rociero, D. Francisco Robles Justo, inflamado por la intensidad del momento, comenzó a gritar “Huelva, Huelva, Huelva…”, con ese ritmo acompasado que tanto nos caracteriza, y que hoy sigue siendo la forma de manifestar nuestra identidad en los encuentros con la Señora.

En 1980 , siendo presidente D. Felipe Bravo y Hermano Mayor D. Manuel Millán, se cumplió el centenario de la fundación de la Hermandad, celebrándose numerosos actos para conmemorarlo, entre ellos un ciclo de conferencias sobre cultura y divulgación rociera, con oradores tan relevantes como D. Juan Infante Galán, D. Juan Mairena Valdayo, D. Francisco Garfias y Tico Medina. El 27 de abril se hizo el traslado procesional del Simpecado de 1939, restaurado y enriquecido, desde la Parroquia del Rocío a la Santa Iglesia Catedral, donde se celebró el Triduo los días 1,2 y 3 de mayo. La Función Principal de Instituto fue concelebrada por D. Rafael González Moralejo, Obispo de Huelva, con participación de la Peña Flamenca de Huelva bajo la dirección de D. José Mª Roldán, Maestro de Capilla de la Santa Iglesia Catedral. Hubo también exposición de fotos rocieras y homenaje a Hermanos Mayores.

Hay nuevos Estatutos en 1982, y en 1983 la multitudinaria caravana rociera había sido esperada en la Comandancia Militar de Marina por su Comandante, que ofrendó flores a la Virgen, mientras la marinería, por su parte, canta la Salve Marinera, siendo piropeada con mil ¡Guapa! en un adiós con brisa de sal.

En diciembre de 1989, siendo presidente D. Fernando de la Torre y Hermano Mayor D. Pedro Parra,  se dio feliz término a la nueva casa de Hermandad en la Plaza de Paco Toronjo de Huelva, tras arduos esfuerzos de todos los hermanos. Fue bendecida el 12 de diciembre, trasladándose el Simpecado en su carroza desde la Iglesia del Rocío, quedando entronizado en la capilla como podemos verlo en la actualidad. La cinta fue cortada por D. Alejo Ojeda, gran impulsor del proyecto, y D. José Silva, mayordomo, entrando la carroza hasta el patio, en presencia de numerosas autoridades y hermandades. Ese mismo 1989 el Santo Padre  Juan Pablo II recibió a las hermandades rocieras, entre ellas Huelva con su Simpecado, en una peregrinación organizada por la Hermandad Matriz de Almonte.

Hecho peculiar de estos últimos tiempos fue la aparición de varios casos de peste equina en nuestra región, por lo que las autoridades prohibieron la concentración de caballos y mulos, motivo por el que en 1990, primer año que el Simpecado hacía su salida de la nueva casa, los únicos animales de tiro fueron los mulos de la carroza, haciendo la mayor parte de los hermanos el recorrido a pie por la ciudad, y el resto del camino en tractores. El estreno de la casa se completó con la celebración de la Misa del Gallo por primera vez ese año.
Con motivo del V Centenario del descubrimiento, las hermandades de Huelva y Emigrantes llevaron sendas carabelas, por encargo del entonces alcalde D. Juan Ceada, para que fuesen bendecidas en la aldea. A su regreso, ambos Simpecados coincidieron en la puerta del Ayuntamiento, cruzándose en la entrada por primera vez en la historia, entregando al alcalde las carabelas ya bendecidas, y recibiendo de la corporación municipal dos banderas de la ciudad como símbolo de unión. Ese mismo 1992 la imagen de la Virgen de la Cinta, en su carroza, fue trasladada al patio de la Hermandad el 26 de septiembre, para salir desde allí hacia la Avenida de Andalucía, donde fue coronada canónicamente por el Legado Pontificio D. Eduardo Martínez Somalo, que se revistió para este magno acontecimiento en la propia casa Hermandad, firmando en su libro de honor.

Una notabilísima presencia en El Rocío ocurre el 14 de junio de 1993: por primera vez en la historia, un Papa, Su Santidad Juan Pablo II visita la aldea, a donde llega en helicóptero procedente de la capital onubense. Postrado ante la imagen de la Virgen orando durante 6 largos minutos, rodeado de un silencio roto solo por el canto de los pájaros, en una calurosa tarde del casi verano andaluz, se dirige a los rocieros que tuvimos la dicha de verlo, desde un balcón expresamente abierto en la fachada del Santuario para la ocasión: el balcón del Papa. A su salida, los Simpecados de todas las Hermandades como escolta de honor a ambos lados, en el interior del templo, pareciéndonos que hizo un gesto de bendición y saludo hacia el nuestro.

En 1994 la carroza portadora del Simpecado, ya finalizada la Romería, estaba en un estado deplorable. Todo el carro, que era de madera, estaba herido de muerte por la acción de la polilla. Esto obligó a construir todo el conjunto con nuevos materiales, fundamentalmente acero inoxidable, siendo únicamente la bóveda y los faldones los que permanecen de madera. Los talleres de Villarreal de Camas se encargaron del plateado y los Talleres de Agustín López de San Juan del Puerto de la estructura metálica. La carroza completamente restaurada llegó a Huelva tirada por mulos desde San Juan del Puerto, llegando hasta la Iglesia del Rocío, donde se depositó en ella el Simpecado, partiendo en rezo procesional del Rosario hasta la casa Hermandad.

En 1997, por razones de seguridad debido al mal estado, casi en ruinas, de las casas del poblado de Bodegones, la Junta Directiva solicita de Medio Ambiente y del Ayuntamiento de Almonte permiso para la demolición del poblado, quedando indemne solamente la casa que ocupaba tradicionalmente el Hermano Mayor.


El año 1999, estando la Virgen en Almonte, la Hermandad hace un donativo destinado al nuevo Camarín y Retablo de la Virgen en su ermita de El Rocío. Este año, al no haber Hermano Mayor, será la Junta Directiva la que se haga cargo de todo lo concerniente a la Romería, siendo elegido entre sus miembros para dicho cargo D. José Antonio Ruiz Romero, en cumplimiento de un Decreto del Sr. Obispo de Huelva. El Pregón rociero será pronunciado por D. Adolfo García, por primera y única vez en la historia en la Iglesia del Rocío de Huelva. En agosto, las Hermandades de Huelva y Emigrantes peregrinaron a Santiago de Compostela con motivo del año Jacobeo, acompañándolas el Obispo de la Diócesis, D. Ignacio Noguer Carmona, y D. Manuel Remesal como representante del Ayuntamiento de Huelva.

El 5 de marzo de 2000, coincidiendo con la Peregrinación Extraordinaria de la Hermandad al Rocío se coloca la primera piedra de la nueva casa de Doñana, en el lugar donde durante 70 años se habían albergado los carros adornados de la Hermandad en las romerías, según proyecto aprobado por la Asamblea General de Hermanos, siendo presidente D. Antonio Arias y Hermana Mayor Dña. Cipriana Jiménez

Siglo XXI

El primer acto importante de este siglo fue precisamente la inauguración de la nueva casa de Doñana, el 11 de marzo de 2001, siendo presidente D. Adolfo García y Hermano Mayor D. Rafael Garzón, instalándose en su gran patio central un improvisado altar, presidido por el Simpecado, bendiciéndose en el curso de la misa celebrada en el mismo, con presencia de numerosos hermanos. En ambos lados del patio se colocaron sendos rótulos de cerámica, recordando que durante años fue patio de los carros y también residencia de la familia Damas, muy unidos a la Hermandad.

El 15 y 16 de junio de 2002 nuestra Hermandad participó en Zaragoza como madrina, junto con la Hermandad de Emigrantes, en la quinta etapa del Camino Europeo al Rocío, primera etapa en tierras españolas, promovido por la Hermandad de Bruselas, con la asistencia de más de 600 peregrinos, participando también las hermandades que amadrinaron etapas anteriores, Bruselas, Ronda, Arcos de la Frontera y Matriz de Almonte.

Ese mismo año 2002, promovida por el Hermano Mayor D. Antonio Sánchez de Piña, se reforma la casa del Real, situando salón de protocolo en la planta baja y dependencias del Hermano Mayor arriba, construyendo una barra de obra en el patio. El día de la Presentación en la Romería, la carroza entró por primera vez en el patio de la recientemente inaugurada casa de Doñana.

El Simpecado de 1939 estaba de nuevo en malas condiciones de conservación, y la Junta de Gobierno decide proceder a su restauración, que se llevó a cabo en los talleres de Fernández y Enríquez de Brenes (Sevilla), haciéndose un paso a terciopelo nuevo completo y una revisión y remozamiento profundos de todo el bordado, respetando religiosamente el dibujo original y la riqueza ornamental.

El año 2005 marca otro hito importantísimo en la historia de la Hermandad, se cumplen los 125 años de su fundación, coincidiendo además con un traslado de la Virgen a Almonte. La Junta de Gobierno, presidida por D. Dalmiro Prados, siendo Hermano Mayor D. Juan Domínguez, acuerda la conmemoración de esta efeméride mediante diferentes actividades a lo largo de todo el año. Se acuñó una medalla especial para la ocasión, con troquel según diseño del hermano Manuel Silván, que dibujó igualmente un pergamino para recuerdo del acontecimiento por las generaciones venideras, obras ambas de gran calidad artística.

El Triduo de la Hermandad se celebró los días 5, 6 y 7 de abril en la Santa Iglesia Catedral, y el Simpecado fue trasladado el primer día en procesión desde la casa Hermandad, acompañado de numerosas hermanas ataviadas con mantilla blanca, precedidas por los tamborileros, que guardaron un sentido silencio por el reciente fallecimiento de Su Santidad Juan Pablo II. La Función principal fue concelebrada por D. Ignacio Noguer Carmona, Obispo de la Diócesis.

Las casas de Huelva y de El Rocío ostentaron rótulos de “125 AÑOS” con los colores blanco y azul, y durante la Romería, la cinta de sombrero y la cartelería fueron alusivas a la fecha. La casa de Doñana, por iniciativa de sus ocupantes, adornó los balcones con colgaduras  de la bandera de Huelva, en las que figuraba la medalla de la Hermandad, la de los 125 años ó el escudo mariano y los carros adornados se decoraron con motivos representativos del gran acontecimiento.

La noche de Bodegones tuvo una luminaria de excepción, con un letrero hecho de bombillas que también servían de pórtico de entrada, con “Hermandad de Huelva- 125 aniversario”, gentileza del Ayuntamiento de la ciudad. Las Fiestas Colombinas fueron dedicadas, por iniciativa del alcalde D. Pedro Rodríguez, al mundo rociero, realizándose en la caseta municipal una exposición de las Hermandades de Huelva y Emigrantes, con numerosos documentos, fotografías, insignias, sin faltar en nuestro caso un carro antiguo y otro actual de los que hacían los caminos.

Un hermano, D. Manuel Díaz, propone a través del Hermano Mayor D. Antonio Ponce, colocar un templete con los colores blanco y azul de Huelva delante de la casa del Real, para que la Pastora se cobije bajo él cuando pase en su recorrido hacia Almonte. El 19 de agosto de 2005, a las 6 de la tarde, la Señora dejó un recuerdo imborrable en nuestros corazones al cumplir nuestro deseo a hombros de los almonteños.

El broche de oro de la conmemoración lo puso la celebración en la Casa Colón, el día 11 de noviembre, de un acto especialmente emotivo, en el que se fundieron rocieros nuevos y antiguos, entregándose los premios del I Concurso de Dibujo y Redacción Infantil y Juvenil sobre el Rocío y la Hermandad, organizado con la colaboración de la Delegación de Educación, se hizo por primera vez un homenaje a los rocieros antiguos, a los que se entregó un pergamino de recuerdo, y actuó un coro extraordinario en el que se unieron voces de más de 60 hombres y mujeres que habían cantado en los coros anteriores y en el actual de la Hermandad.

La carroza necesitaba  un nuevo remozamiento, y se realiza un plateado completo de la misma, donado por una familia rociera, reforzándose y mejorándose el cajón de madera que la sustenta. El 9 de enero de 2006 llega al patio de la Hermandad, donde se monta pieza a pieza, delicadamente. Ese mismo año, al volver de la Romería, se encargan ruedas nuevas, que se estrenarán al año siguiente.

Desde que finaliza la Romería de 2005 hay una idea común en toda la Junta de Gobierno: es necesario cambiar el itinerario actual por la Calle Maestra y antigua carretera de Mazagón, por razones fundamentalmente de seguridad. En una reunión mantenida en la Hermandad con todos los responsables de camino, se acuerda por unanimidad estudiar y solicitar una alternativa mejor. Desde ese momento las visitas a posibles itinerarios son constantes, finalmente en una reunión mantenida con responsables de Medio Ambiente y de la Hermandad Matriz se decide un cambio por  un carril que discurre bordeando el Parque Natural de Doñana, para llevarnos cerca del Milanillo.

Un puente arrastrado por las aguas y un gran barranco parecen un obstáculo insalvable, hasta que el 10 de abril, lunes de Semana Santa,  recibe D. Justo Mañas, a la sazón Delegado del Gobierno, al Presidente D. Dalmiro Prados y al Hermano Mayor D. Antonio Ponce, consiguiendo de su excelente disposición para la Hermandad el compromiso firme de la construcción de un nuevo puente. Un mes escaso después la promesa estaba cumplida, y la carroza con el Simpecado de la Hermandad de Huelva, seguida de los carros tradicionales y toda la comitiva, atravesaba por primera vez este camino nuevo el 1 de junio de 2006.

En 2007 hay otra novedad que viene a dar mayor lucimiento a la Hermandad: a propuesta del Hermano Mayor D. Francisco Acevedo, el Presidente D. Dalmiro Prados solicita a la Hermandad Matriz un cambio de recorrido en la Peregrinación, dado que desde nuestra Capilla en El Real hasta el Santuario hay un corto trecho, y la comitiva procesional es muy numerosa. El 4 de marzo de 2007 el Simpecado llevado por su Portador, D. Antonio Herrero, recorre las calles La Romería, Almonte y Las Carretas, haciendo un camino similar al de la Presentación del sábado, resultando notablemente mejor que el antiguo.

El día 1 de febrero se firma un Convenio con la Diputación Provincial, tras diversas gestiones de la Junta de Gobierno, para destinar una becaria de archivo a la organización y clasificación de toda la documentación que posea la Hermandad, habiéndose traducido en cerca de año y medio de trabajo muy fructífero para nosotros, contando con un archivo histórico como debe tener una institución como la nuestra, aunque con grandes carencias de material de años anteriores.

El 22 de abril de este año, tras solicitud formulada por varias personas del pueblo de Alosno, a nuestra Hermandad y a la Hermandad Matriz de Almonte, se celebra en dicha localidad una misa solemne para formalizar el amadrinamiento por Huelva, que resultó sumamente emotivo por el gran acervo cultural de esta localidad. El día 24 de mayo, a la salida de la carroza de nuestra casa de Huelva, el grupo juvenil de los cascabeleros de San Juan Bautista danzaron delante de nuestro Simpecado, y lo hicieron de nuevo a las puertas de la parroquia del Rocío, mientras se saludaba a la imagen de la Virgen que preside su altar.

Como colofón excepcional y magnífico de 2007, la Hermandad tuvo el privilegio de organizar en Huelva el III Homenaje Rociero a la Inmaculada Concepción, los días 7 y 8 de diciembre, convocando a una hermandad de cada capital andaluza. Estuvieron presentes Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla, acompañándonos Emigrantes, dando culto público a la Virgen y haciendo una ofrenda floral ante su monumento en la plaza de la Arquitectura. El acto terminó con un certamen de coros rocieros en el Gran Teatro de Huelva y una comida de confraternidad a la que asistieron más de quinientos rocieros de toda Andalucía.












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