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viernes, 16 de mayo de 2014

Huesca: Un café con el obispo


Hablar sobre fe y religión, pero en un ambiente distendido. Eso es lo que pretenden los 'cafés teológicos' organizados durante el curso por el área de Infancia y Juventud de la Diócesis de Huesca. El último tuvo lugar este viernes en los locales de la iglesia de Santiago y tuvo como temática 'el noviazgo cristiano'. Al igual que en encuentros anteriores, el obispo de Huesca, Julián Ruiz, fue el encargado de dirigirse a los jóvenes asistentes, con edades entre los 13 y los 18 años, quienes después se encargaron de realizar preguntas por escrito y de forma anónima que Ruiz se encargó de responder. Todo ello al tiempo que disfrutaban de café, refrescos, aperitivos y dulces.

Ruiz recordó así "las tres claves" ofrecidas por el Papa Francisco sobre el matrimonio y que, en su opinión, "valen para cualquier relación entre un chico y una chica". Se trata así, aseguró, de "Por favor, gracias y perdón". "El Papa Francisco dice que hay un momento en la vida del matrimonio en el que pueden volar los platos. No os preocupéis, pero no dejéis pasar el día sin pedir perdón", propuso a los jóvenes asistentes.

Hizo referencia además a una leyenda oriental en la que Dios avisa que depositará un grano de arena sobre una extensa pradera por cada pecado que cometieran los hombres, hasta que al final, se creó un desierto. "Una relación cuando empieza, es como un inmenso prado, con perspectivas, con horizonte, pero se puede ir llenando de estos granos, que pueden ser de desconfianza o pequeñas mentiras", señaló además Ruiz, quien animó también a los jóvenes "a dialogar sobre estos temas con sus padres".

En busca de diálogo

Como explicó Antonio Gállego, organizador de esta actividad desde la Diócesis de Huesca junto a Munia Corcuera, la idea surgió en Tarragona, "con el fin de facilitar la cercanía y el diálogo con el obispo". "Se trata de una forma de que el obispo mantenga encuentros con los jóvenes en un ámbito distinto a las celebraciones litúrgicas, en las que él habla y punto. Aquí, en cambio, se establece un diálogo", señaló Gállego. Con el fin de que los jóvenes se sientan libres para preguntar se establece, de este modo, un sistema en el cual se escriben las cuestiones en un trozo de papel que después Ruiz se encarga de responder. “La anterior sesión trató sobre qué puede ofrecer la iglesia a los jóvenes y, modo de anécdota, uno de los chavales preguntó sobre los exorcismos”, relata el responsable de la actividad.


Antes de escoger un tema, asegura, se consulta primero a los jóvenes. "Los jóvenes, aunque parezca que en ocasiones no se enteran de nada, tienen una inquietudes que deben responderse de forma coherente", afirma Gállego. De este modo, la temática del próximo encuentro, comenta, "todavía no la conocemos, debemos preguntarles primero a ellos".





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