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En Córdoba, hasta pasadas las Cruces de Mayo, y si me apuran, hasta la Feria de la Salud, no llega el tiempo de la reflexión, que perfectamente podría ser este el título del escrito de hoy martes. El tiempo de la reflexión, de los cambios.
No creo que nadie haya pasado por alto el fallo que ocurriera, o bien en el mes de Octubre, o en la misma Estación de Penitencia de este año. Fallos, siempre hay, y parece que van ligados a cambios, o en ocasiones, a tapados parches, según sea la casa, y según amueblada ande la cabeza de los dirigentes de una u otra Hermandad.
Este tiempo de cambios pueden abarcar también, cómo no, a las Juntas de Gobierno, nos llegan un sin fin de procesos electorales en los que van a estar inmersos nuestras Cofradías, de hecho, algunas ya están en ellos.
Para las Juntas de Gobierno que continúen su labor, este tiempo de cambio debe de ser para una continua mejora de la Hermandad, y para los entrantes, creo que no es tiempo más que de ver lo que la Hermandad tiene, su sello, sin intentar inventar ahora la pólvora, y sobre todo, intentar ayudar a los hermanos más necesitados, y por ende, a los que sin serlo, puedan acercarse a la Hermandad para bajo el rostro de los Titulares, poder recibir esa ayuda.
Las Bandas de nuestra ciudad, con ese avanzar hacia un futuro esperanzador, firme, firmísimo, deberán también hacer cuantos cambios, retoques sean posibles en su medida y, sobre todo necesarios para que este caminar, se asiente mucho más.
Ayuntamiento, Agrupación de Cofradías, creo que han de mirarse también el ombligo, que hace tiempo que no saben de su existencia, para hacer congregación en este mundo cofrade, todos con todos, y sin dejar al margen a nadie. Ni siquiera a un público, nada contento con los últimos avances en paneles en unos tramos de Carrera Oficial, que hacen para el cordobés de a pie, el que no tiene recursos, más difícil todavía poder disfrutar de esta Semana Santa, que es de todos/as los/as cordobeses/as.
Son muchos cambios los que ya se han producido este año, cosa que me ha cogido, la verdad, desprevenido a veces, y casi por sorpresa. No hablo de aquellos cambios que se han tenido que hacer ya por razones obvias en los martillos, o por razones de dimisión de algún que otro capataz, pero como siempre, pienso que esos cambios serán a mejor, y que todos los hermanos así lo verán.
Y en cuanto a las Juntas de Gobierno salientes, algunas, que más celebrar sus años en la Hermandad, ven celebrar a los hermanos su salida, al dejar paso a las Juntas entrantes, no deben permitir que este relevo sea en un puro estruendo. (Me consta, que hasta hoy mismo, pueden estar pidiéndose avales para la presentación de alguna que otra candidatura en alguna Hermandad).
También es hora de que los hermanos aprendamos que hay que dar tiempo al trabajo, tiempo al proyecto que se avecine, pero que tampoco sean proyectos amelonados, como proyectos económicos de gran esfuerzo para la Hermandad, en estos tiempos, es mejor comprar un melón para dar de comer a quien lo necesita, que obnubilarse.
Ahora en Feria, seguiremos conociendo de primera mano cambios, seguiremos observando el cabreo de unos, la alegría o serenidad de otros, pero creo que con charla y buen coloquio, todo puede llegar a buen puerto. Cada día, hay más hermanos hastiados con su Hermandad, o en su Hermandad, cada día hay más gente que no pasa por sus Hermandades, por estar fulanito o menganito. Salvo casos en los que sea molesto incluso mirar a la cara a algún individuo, creo que todos, todos, debemos al menos dar esa... Oportunidad, al tiempo de cambio, y hacer nuestro propio tiempo de reflexión.
Fernando Blancas Muñoz
