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viernes, 30 de mayo de 2014

La leyenda de la Macarena


¿Quién hizo a la Macarena? Es el secreto más escondido. Muchos han querido desencriptar el código secreto de la Esperanza, aventurándose a poner nombres sobre la mesa. La legendaria historia de la Macarena se inicia con la llegada de un viajero italiano a Sevilla, que iba a embarcarse hacia las Indias, pero enfermó antes de subirse al barco. Fue trasladado al antiguo hospital de las Cinco Llagas, donde falleció sin testamento alguno y sin que nadie reclamara su cadáver. Al año siguiente, el hospital decidió apropiarse de las pertenencias del misterioso viajero. Abrieron su maleta y allí apareció la mascarilla y las manos de una hermosa imagen de la Virgen.

Cuenta la leyenda popular que tuvieron que ser las monjas del hospital quienes se hicieron cargo de la Virgen, que por falta de espacio en la capilla del sanatorio quedó guardada sin recibir culto. 


Una hermandad recién fundada en el cercano templo de San Basilio, en el siglo XVI, y que tenía como titular al Santo Crucifijo, tenía la idea de adquirir una imagen para que llevara la advocación de Esperanza. Fue así como, según cuenta la tradición, miembros de la corporación conocieron a la preciosa imagen que guardaban con celo las monjas. Dio la casualidad que, por aquellos tiempos, al hospital le hacía falta un reloj con campanas. Al enterarse de ello la hermandad, les propuso cambiar la Virgen por un reloj que recientemente le habían donado al convento. Lo aceptaron, pero bajo una premisa irrompible: si la Virgen volvía a entrar alguna vez en  el hospital, actual Parlamento, de allí no volvería a salir. 

Durante cientos de años, la hermandad respetó ese pacto no escrito y nunca más volvió al hospital... hasta el año 1937. Aquel Viernes Santo, aunque la Virgen entraba en la Anunciación por la quema de San Gil, la hermandad decidió ir hasta el hospital, donde recogió a varios militares heridos, que se incorporaron al cortejo y la acompañaron de vuelta al templo universitario. Se incumplía entonces el mítico acuerdo, pero la Virgen siguió perteneciendo a la hermandad. 


Buscando al autor

Si la leyenda fuera cierta, la pregunta entonces sería: ¿a quién le adquirió la Virgen aquel viajero italiano? Hay quien afirma, también, que la Macarena era primitivamente una Virgen de gloria adaptada, y de ahí le viene la asimetría de su rostro, la sonrisa y la pena. Según el profesor Arquillo, que es su médico de cabecera, «la Virgen es de la primera mitad del XVII», por lo que no puede ser ni de Roldán, ni de La Roldana, ni de Hita del Castillo ni de Ruiz Gijón». ¿Acaso Juan de Mesa? ¿Montañés? «Lo que sí me aventuro a decir es que la Virgen no es una transformación. Es original». 

El profesor Juan Manuel Miñarro sí apunta a un nombre: Juan de Mesa. Miñarro cree en la adaptación de una Virgen de gloria y que la hermandad contactó entonces con el imaginero más importante de la época, que tenía su taller cerca de San Basilio. A través de la técnica de la fotometría, Miñarro encuentra grafismos parecidos con la Virgen de las Angustias de Córdoba, pero también con el Gran Poder. 

Otro escultor, Luis Álvarez Duarte, tiene una visión particular: «Yo he podido verla y por el moldeado y corte de gubia, por su policromía primitiva, la forma de tallar la boca... del círculo de Ruiz Gijón es seguro». «Es igual que los ángeles del paso del Gran Poder», afirma. Lo que está claro es que nadie se pone de acuerdo respecto de su autoría, sólo los macarenos: «La hicieron los ángeles».












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