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viernes, 9 de mayo de 2014

Sevilla: El día que el Cristo de la Buena Muerte estuvo en una caseta de Feria



Entre las imágenes curiosas que podemos encontrar en el archivo de ABC aparece esta fotografía del Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes en la caseta del Círculo de Labradores en la Feria del Prado. Uno podría preguntarse qué hacía un crucificado en la Feria, e incluso hoy en día habría quien se llevara las manos a la cabeza.

El año 1965 estuvo cargado de instantáneas inéditas, que se han quedado guardadas para la Historia, con motivo de las Misiones Generales que se celebraron hace 49 años. En el caso de esta fotografía, la historia comienza a principios de la década de los cincuenta del siglo pasado. Entonces, la joven hermandad de los Estudiantes tenía su sede canónica en la iglesia de la Anunciación y en la antigua Fábrica de Tabacos estaba las Cigarreras.

En 1950, la Universidad de Sevilla decidió trasladarse desde la calle Laraña a la Fábrica de Tabacos y, con ello, la hermandad acordó también trasladarse con ella el 7 de febrero de aquel año, llevando al Señor en hombros al año siguiente para presidir la inauguración del Rectorado.

No obstante, el traslado definitivo de la hermandad a su nueva sede no se produjo hasta 1966, ya que estaba condicionado a la marcha de las Cigarreras de allí y a que debían hacerse obras de ampliación de la capilla del Rectorado.

Por ello, como experiencia previa al traslado definitivo, el Cristo de la Buena Muerte participó en las Misiones Generales de 1965, trasladándose a la caseta permanente que el Real Círculo de Labradores tenía montada durante todo el año en la Feria, que por entonces estaba en el Prado de San Sebastián. Allí se celebraron cultos y la gente acudió a postrarse ante impresionante crucificado de Juan de Mesa.

Se dio la circunstancia que durante las Misiones de 1965, el Cristo de las Misericordias de Santa Cruz también estuvo en el Círculo de Labradores, en esta ocasión en las instalaciones que tiene en el barrio de Los Remedios.

Aquella experiencia del Cristo de la Buena Muerte en el Real de la Feria sirvió para que la hermandad celebrara actos en la antigua Fábrica de Tabacos, dada su cercanía, que fueron el preludio del traslado definitivo de la corporación desde la iglesia de la Anunciación al Rectorado, donde permanece hoy en día.







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