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sábado, 31 de mayo de 2014

Un costal de Triana irá bajo el paso de la Macarena


¿Existe la fe y la devoción en las trabajaderas? Es un secreto oculto. Siempre se ha puesto en entredicho si el costalero realiza una actividad deportiva o lo hace por fe, pero lo cierto y verdad es que existen debajo de los pasos historias marcadas por lo que llevan encima. Detalles entre compañeros y amigos que bien pueden dar para mucho más que un libro.

Un ejemplo claro sucede con la Esperanza de Triana y la Macarena. El penúltimo de los ratones, Francisco Reyes Páez «El Boli», el dueño y señor de la primera trabajadera de los pasos allá donde iba, aprendió de los más grandes como los Ariza, Rafael Franco o Alfonso Borrero entre otros.

Era un trianero de pro, vecino en la calle Pureza de la Virgen de la Esperanza, sin duda fue a la que más ha quiso junto a su patrona, Madre de Dios del Rosario, de la que fue uno de los promotores del patronazgo.

Aquel trianero formó parte de la cuadrilla de la Macarena el 31 de mayo de 1964, el año de su coronación canónica a la llevó. Tal y como lo recuerda en la entrevista que Javier Macías realizó en la revista Pasión en Sevilla, el costalero aseguraba sentirse orgulloso por ser uno de los días más hermosos de su vida, para que luego digan si lo que prevalece es la Esperanza. Un costalero de la Esperanza de Triana debajo de la Macarena. 

Han pasado cincuenta años y la historia volverá a repetirse. La casualidad no existe y la cuadrilla del Cristo de las Tres Caídas estará representada bajo las trabajaderas del paso de palio de la Macarena.

Lo hará en el trayecto de la Catedral a la plaza de España, cuando los costaleros del Señor de la Sentencia lleven sobre la séptima vértebra a la Esperanza. Allí estará representada la cuadrilla de la hermandad de Triana, hermanada con la de la Macarena.

Un costalero del Señor de la Sentencia ha querido que así sea. Portará un costal verde esperanza del Cristo de las Tres Caídas en la mañana del 31 de mayo.

Una historia de fe es lo que ha hecho que se produzca este hecho. Pequeños y grandes detalles. Todo ello proviene a las dos devociones que le une a este costalero con uno de Triana, unidos por la Pastora de Capuchinos y la Esperanza. A través del rezo y la oración de dos devociones que les une como es la pastoreña y la Esperanza, ha hecho posible la recuperación de una persona muy cercana a uno de ellos. Para seguir consiguiendo que pueda continuar hacia delante, con ese pequeño gesto, seguirán buscando la Esperanza para quien la necesita.

Una muestra más de que no existe rivalidad alguna. Hemos visto a la Esperanza de Triana lucir en su talle el escudo de oro de la Macarena, con un centro de flores a los pies de la Virgen en el besamanos extraordinario del Sagrario o el regalo del ancla como símbolo de la Esperanza.

Son los pequeños detalles que lo único que hacen es engrandecer lo que a un sevillano no puede faltarle: la Esperanza.

Escrito por Manuel Jesús Rodríguez Rechi para Pasión en Sevilla














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