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domingo, 29 de junio de 2014

Imaginería forense en la Semana Santa... a través del TAC



Cada vez son más las imágenes que se someten a los rayos X en busca de patologías para posteriormente ser restauradas. La ciencia se ha impuesto en la conservación de las obras de arte y los profesionales han logrado compatibilizar las últimas técnicas, como el TAC, con las antiguas, para preservar a las imágenes sagradas y eliminar sus patologías.

Esta «imaginería forense» es ya algo tan extendido que en Sevilla han pasado por la «clínica» imágenes de hermandades como los Panaderos, Pasión, Montesión, las Cigarreras, el Museo o el Calvario, entre otras muchas. No ha lugar ya al ocultismo y secretismo que envolvían a estos procesos antiguamente, y que derivaron en teorías conspiratorias incluso. Las hermandades han comprendido que estos delicados procesos deben ser transparentes, respetando la intimidad de las imágenes.

Mucho se ha hablado esta semana de la fotografía enviada por el Hospital Quirón Sagrado Corazón del Señor del Soberano Poder en su Prendimiento pasando un TAC en sus instalaciones, en presencia del hermano mayor y del restaurador. Hay quien no está de acuerdo con que las imágenes se presenten de este modo. Enrique Gutiérrez Carrasquilla, el profesional que está llevando a cabo la intervención, indica que «no me parece una imagen poco decorosa ni una falta de respeto, salió sólo la cabeza, se tapó dignamente para que no saliera desnudo». Para Gutiérrez Carrasquilla, «la información cuanto más clara esté y menos ocultismo haya con las restauraciones, mejor». 

Pero... ¿para qué sirve un TAC?

Enrique Gutiérrez explica que «antes no salíamos de la radiografía, que decía más bien poco. A lo sumo se detectaban elementos metálicos pero no su ubicación». De esta forma, con la tecnología del TAC, y gracias a los rayos X, se pueden localizar estos elementos «y todos los que queramos, como los desperfectos en los ensambles, un ataque de insectos xilófagos o microbiológico de hongos en su interior o, incluso, cuántas capas de policromía puede tener una escultura».

Las técnicas de restauración y estudio de las imágenes han evolucionado desde hace años y cada vez que se plantea una restauración, los profesionales recomiendan pasar un TAC para comprobar las patologías, pero no siempre es fácil. «Tiene sus limitaciones, ya que la máquina tiene un aro por donde no todas las imágenes caben. En el caso del Señor del Prendimiento, como le íbamos a quitar la peana para hacerle una nueva, pudo entrar completo, pero no siempre se puede», indica Gutiérrez Carrasquilla.

Por otro lado, los profesionales descartan las resonancias magnéticas ya que, aunque quepa cualquier imagen, los imanes pueden dañar la estructura por lo elementos metálicos.

«Expediente X» en el interior de las imágenes

Otro de los beneficios que tiene la prueba del TAC a las imágenes es que, en algunos casos, aparecen documentos que desvelan secretos ocultos. Es el caso, por ejemplo, de la Virgen de las Lágrimas de la Exaltación o el Cristo del Mayor Dolor del Dulce Nombre. En el primero de los casos, gracias a los rayos X se pudo descubrir en 2006 un manuscrito que revelaba un cambio importante en la imagen, toda vez que dejaba constancia de la sustitución de los ojos originales por unos de cristal. El documento, además, refiere quién fue el autor de aquel cambio, en 1779: Joaquín Cano.

El TAC sacó a la luz, además, que a la Virgen se le cortó el cuello, introduciéndose una pieza de madera en forma de cuña para así propiciar la inclinación de la cabeza hacia el lado izquierdo y posteriormente se le metió un gran clavo metálico que sujeta la cabeza, como puede apreciarse en la radiografía a la derecha de estas líneas. También aparecen en el interior de la talla gran cantidad de clavos y elementos metálicos.





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