No hay nada más bonito que mudarse a una ciudad e ir descubriendo cada día lo que entrañan las costumbres, creencias y tradiciones de los lugareños.
En el artículo de esta semana me gustaría dar a conocer una especial festividad que descubrí el año pasado por estas fechas; se trata de la romería de la Virgen de Alarcos de Ciudad Real.
Cuando llega Pentecostés es bastante difícil arrebatar de nuestros pensamientos festividades como la peregrinación al Rocío, es la romería por antonomasia, pero cuando convives con otras usanzas religiosas de otros lugares, una se da cuenta de que la fe va mucho más allá de lo que estamos habituados a ver.
Por eso, cuando llega el Domingo de Pentecostés, los ciudadrealeños quizás tengan puesto un ojo en Almonte, pero inevitablemente sus corazones están a 8 kilómetros de la capital, donde en la ermita de Alarcos se encuentra la imagen de la Virgen Santa María.
Ntra. Señora de Alarcos se baja a la iglesia de San Pedro de Ciudad Real el día 1 de Mayo, hasta que el Domingo de Pentecostés se celebra la romería trasladándola de nuevo a la ermita. En el período que la Señora de Alarcos se encuentra en Ciudad Real se suceden numerosos actos religiosos en su honor organizados por la Hermandad.
Cuando la Virgen llega a la ermita de nuevo, se realiza una ofrenda floral, colmándola de cariño por doquier, siendo testigo de la actuación de coros y danzas tradicionales manchegas.
Para finalizar la celebración se reza el Rosario de la Aurora, se realiza la Solemne Función Religiosa en su honor y todos los manchegos llegados a Alarcos desde cualquier punto de la provincia sacan a su Señora en procesión, agradeciéndole todo aquello por lo que han pedido, entre lágrimas y vítores.
Termino estas líneas con la humilde intención de ampliar el abanico de las festividades religiosas, para que cuando llegue la fecha no sólo nos acordemos de que la Virgen está en Huelva. Nuestra Madre se encuentra en todos los sitios donde se la quiere, que seguramente sea en infinidad de localidades de nuestra geografía, y uno de esos sitios pequeñitos se llama Alarcos.
Estela García Núñez
Recordatorio La Saeta sube al Cielo