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martes, 15 de julio de 2014

1990: El año de las iglesias cerradas al culto


1990 fue un año en el que estuvo marcado por las salidas de las hermandades en otros templos. Hasta siete corporaciones realizaron su salida fuera de sus sedes a causa de las obras padecidas en varias iglesias. Estas fueron, la Hiniesta, Santa Marta, San Esteban, San Isidoro, las Aguas, los Gitanos y Jesús Despojado. Pudieron ser ocho ya que en San Nicolás de Bari hubo obras pero la hermandad decidió aguantar en su casa.

Eran situaciones desesperantes. Ya lo padeció pocos años antes dos implicados, San Isidoro y las Aguas. La más afectada fue Jesús Despojado, al ser declarada en ruina su capilla. Las imágenes estuvieron en la desaparecida residencia Tartessos situada junto a la plaza de Molviedro, anexa a la capilla. 

La Hiniesta a Santa Marina, los Gitanos a Santiago, San Esteban a San Ildefonso, San Isidoro en la Anunciación, Santa Marta a San Martín, Jesús Despojado desde la parroquia de San Gil, las Aguas lo hizo desde los Terceros y la Candelaria desde el Convento de Madre de Dios.

La Hiniesta tuvo problemas con las cubiertas de San Julián. En verano se trasladaron a San Hermenegildo, un lugar donde los pasos no disponían de la medida necesaria para hacer la estación de penitencia, por lo decidieron ir hasta la iglesia de Santa Marina. 

San Esteban lo hacía desde San Ildefonso. Sede donde permaneció cuatro años. Una iglesia a la que le une unos estrechos lazos de unión a lo largo de su historia. Por aquel entonces, su hermano mayor era Manuel Román, una persona que llegó a ser posteriormente presidente del Consejo de Cofradías. 

Por otro lado, Santa Marta. Abandonaba San Andrés para ir a San Martín. Muy cerca y tan lejos a su vez. Una década permaneció allí, hasta 2000.

Una grieta en la capilla del Rosario producida por la casa de la cultura tuvo como consecuencia que las Aguas salieran desde la iglesia de los Terceros. 

Por no acabar las obras de San Isidoro, los titulares fueron trasladados a la Anunciación para salir. Al poco tiempo de concluir las obras, fue las Penas las que visitó este templo por el cierre de San Vicente. 

En la antigua residencia Tartessos de Molviedro estuvieron las imágenes de Jesús Despojado. La salida la hicieron de un sitio lejano, desde la parroquia de San Gil. 

Un caso duro lo padeció los Gitanos. Tan solo cuarenta años antes volvió a estar cerrada por obras. Desde ahí pasó por Santiago. En 1994 Santa Catalina y los Terceros hasta obtener la antigua iglesia del Valle, hoy Santuario del Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias.

Son varios los templos que en los últimos años han tenido que ser cerrado por mal estado de conservación. No solo hemos padecido a Santa Catalina y actualmente San Roque, sino que a lo largo de estas últimas décadas han sucedido por peligro de derrumbe. 

Son datos al fin y al cabo históricos. Dentro de la gravedad del asunto, a causa de la desgracia deja estampas únicas para el recuerdo. 









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