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martes, 29 de julio de 2014

Mezquita y Catedral: la propiedad


Vamos a pasar, muy someramente, a tratar lo que desde hace un tiempo se especula sobre la titularidad de la Mezquita-Catedral, ya que algunos partidos políticos y algunas personas están detrás de conseguir que sea de "utilidad pública" y con ello darle la propiedad al Estado, en este caso a la Junta de Andalucía, y quitárselo a la Iglesia. Para el que esto escribe y como opinión muy particular, la titularidad de la Mezquita-Catedral pertenece al Cabildo de la Santa Iglesia Catedral por lo que a continuación expongo:

Verdaderamente ningún documento oficial existe donde esté escrito que en 1236 el rey Fernando III dio la Mezquita a la Iglesia, entre otras cosas, porque eso en ningún momento, en casos semejantes, se hacía. Pero sí le encomendaría su conservación, protección y mantenimiento. Pero además existen otros datos que hacen ver que sí es de su pertenencia.


La Capilla Mayor

Alfonso X El Sabio mandó construir entre los años 1257 y 1260 una nueva Capilla Mayor de la Catedral de Córdoba paralela al Mihrab. Esta nave se iniciaba en la actual Capilla de Villaviciosa y terminaba en el muro Oeste y fue la Capilla Mayor que existió antes de la actual. El Mihrab se libró de ser deteriorado en el siglo XIV al otorgarle a don Alonso Fernández de Sotomayor la capilla de San Pedro para enterramiento de su familia, pero a Dios gracias, el Cabildo le indicó que le ponían una sola condición, que no tocaran ni hicieran obra que pudiera afectar al Mihrab, ya que iba a estar ubicada la capilla en la Maqsura, por lo que lo cubrieron con un políptico que fue realizado entre 1368 y 1390, que ocultaba el nicho del Mihrab, los mosaicos musulmanes y las puertas. Este políptico fue desmontado en 1826 en tiempos del obispo Pedro Antonio Trevilla (1805-32). De esta forma, aunque estuvo el Mihrab tapado 436 años, no fue apenas dañado.

En 1521 el entonces obispo de Córdoba, Alonso Manrique de Lara, pensó construir una nueva Capilla Mayor, ya que la actual era muy pequeña y el Coro del Cabildo Catedralicio se encontraba alejado y medio escondido. Para realizarla, no le pidieron permiso a ninguna institución del Estado, entre otras cosas porque al parecer no estaba reglamentado. En España se habían construido muchísimas catedrales y todas eran muy espaciosas y en Sevilla incluso se había destruido una Mezquita para en el solar construir una Catedral de las más grandes del mundo. En cambio en Córdoba el obispo sólo deseaba construir una más suntuosa Capilla Mayor dentro de la que fuera Mezquita aljama con las medidas justas.

La Catedral

Para acometer la obra convocó al Cabildo Catedralicio el 22 de julio de 1521 y en él acordaron proceder a levantarla y decidieron que un cantero extendiera los planos necesarios para poder labrar lo que ellos deseaban. Después de realizar el proyecto se iniciaron las obras en el año 1523 bajo la dirección del alarife cordobés Hernán Ruiz I, o el Viejo , nombrándole Maestro Mayor y colaborador a su hermano Juan, que modificaron el proyecto inicial colocando la planta en el centro de la Mezquita y adaptando la Catedral a la columnata, proponiéndose como su principal trabajo la construcción del Crucero, que se comenzó el 7 de septiembre de 1523, según una inscripción que está en una escalera de acceso a las bóvedas.

Enterado el corregidor Luis Messía de la Cerda del comienzo de los trabajos, se opuso por considerarlo una herejía arquitectónica. Reunió al Cabildo de la Ciudad y decidieron hacer un requerimiento ante el escribano Antonio de Toro para que se suspendieran las acciones. El Concejo se personó ante el indicado funcionario el 2 de mayo de 1523 y el cuatro de ese mes fue entregado el acto judicial en el Cabildo Catedralicio, en el cual se le indicaba que pararan las obras y dejaran las cosas como siempre estuvieron, dada "la antigüedad y fábrica particular que no había en otra parte". Como el obispo y canónigos no hicieron caso alguno a la exigencia, Luis Messía de la Cerda se vio obligado a firmar un edicto el 4 de mayo de 1523 prohibiendo tocar ni una sola piedra y el que así se lo hiciere sería condenado a pena de muerte, hasta tanto se pronunciase el emperador don Carlos.

Corregidor excomulgado

El obispo Alonso Manrique, indignado por el proceder del corregidor, no se le ocurrió otra cosa que excomulgar a don Luis y seguir con los trabajos. Esto demuestra que la Alcaldía no tenía potestad para prohibir las obras. El corregidor escribió al Rey comunicándole lo que en el bando se decía e informándole de que como respuesta del obispo había recibido la excomunión. Llegado a oídos del rey, que se encontraba en Loja, decide el 14 de julio de 1523 conceder la autorización al Cabildo para que se iniciaran las obras y ordena que se suspendiera la excomunión del corregidor.

El rey se arrepiente

En febrero de 1526, el rey pasó por Córdoba camino de Sevilla para celebrar su boda con Isabel de Portugal y aprovechó para visitar las obras. Cuando vio el monumento arquitectónico se espantó de lo que había ordenado y, arrepentido de haberlo permitido, le dijo al entonces obispo, fray Juan de Toledo: "Si yo tuviera noticia de lo que hacíades, no lo hiciérades; porque lo que queréis labrar hállase en muchas partes, pero lo que teníades no lo hay en el mundo".

Y esto fue todo lo que el monarca dijo. Si la propiedad hubiera sido del Reino muy posiblemente hubiera dicho el rey que se parasen los trabajos y volviera a colocarse todo como estaba. Menudo era el rey para lo que era de su competencia.

Cabe la duda de si hoy estaría en pie tan maravilloso y antiquísimo monumento si hubieran conseguido su propósito Luis Messía de la Cerda y su Concejo, con el beneplácito de Carlos I de España, si éste hubiera dado su autorización para construir la Catedral en otro lugar. Pero esto último es especular.

Las obras de la actual Capilla Mayor de la Catedral fueron terminadas por Juan de Ochoa en 1607 y, a partir de ahí, la Capilla ordenada hacer por Alfonso X se convirtió en la Capilla de Villaviciosa, llamada también Capilla del Lucernario, y se le rindió culto a la imagen auténtica de Villaviciosa.

Otro testimonio que parece indicar que la propiedad de la Mezquita-Catedral es de la Iglesia es el siguiente: en 1312 Fernando IV El Emplazado murió en Jaén y sus restos fueron llevados a Córdoba y enterrados en una de las capillas de la Mezquita-Catedral y en 1350 muere su hijo Alfonso XI en Gibraltar de peste y son trasladados sus restos a Jerez de la Frontera para embalsamarlo, pasando luego a la Catedral de Sevilla. Enrique II de Castilla, hijo de Alfonso XI, a pesar de que su padre quería ser enterrado en la iglesia de San Hipólito de Córdoba pensaría que una sepultura en la Catedral era más de su rango y, con el beneplácito del Cabildo, empezó a construirse la Capilla Real detrás del Altar Mayor de la entonces Capilla Mayor de la Catedral de Córdoba mandada hacer, como se ha apuntado, por Alfonso X.

La Capilla Real mudéjar

Esta Capilla Real fue construida en estilo mudéjar, más propio de las construcciones contiguas y en ella está colocada esta inscripción: "Este es el muy alto rey Don Enrique por honra del cuerpo del rey su padre esta capiella mando facer. Acabose en la era de M e CCCCIX ans".

Cuando en 1371 se dieron por terminadas las obras, los restos de Alfonso XI y los de Fernando IV fueron depositados en sendos ataúdes de madera en el cuerpo superior.

Pero los Austrias tenían la intención de hacer una nueva Capilla Real para que en ella descansaran dignamente, según ellos, los dos reyes y en 1659 Felipe IV presentó al Cabildo catedralicio un proyecto para rehacer la que ya existía.

Esto de querer construir una nueva Capilla Real lo debía de saber Bernardo José Aldrete o Alderete (1565-1645) y para evitarlo redactó un informe en 1637 que decía, entre otras cosas, que el enterramiento de Fernando IV está colocado en el lado del Evangelio y el de Alfonso XI en el lado de la Epístola y lo redacta con el fin de que esa nueva Capilla Real que tenían en mente los Austrias no fuera construida allí por ser una obra muy artística y digna. Por lo que fue rechazada por el Cabildo Catedralicio.

Otros proyectos, posteriormente, fueron enviados por Felipe IV, dándose el caso de llegar a saltarse al Cabildo y dirigirse el rey directamente al obispo para conseguir su propósito y en la carta le decía textualmente: "obispo de Córdova don Francisco de Alarcón, como dueño lexítimo de la fábrica de la dicha iglesia". Uno de esos proyectos era el de construir la Capilla Real en la ampliación de Almanzor, lo que ocasionaba casi la destrucción total de esta y, por tanto, fue también negada.

En vista de que nada de lo que proyectaban se lo aceptaban, enviaron un nuevo estudio para edificar la tan ansiada Capilla Real en el Patio de los Naranjos y también este fue impugnado. Es curiosa la paciencia que tuvo un rey autoritario para consentir que uno tras otro fueran objetados sus proyectos, lo que indica que si el monarca hubiera tenido la propiedad del edificio no hubiera consentido que todas sus órdenes fueran rebatidas. Todo lo indicado hace ver claramente que no tiene más propietario que el Cabildo Catedralicio.

Con el tiempo, los restos de ambos monarcas fueron depositados donde Alfonso XI deseó. Felipe V de Borbón mandó terminar el templo de San Hipólito y con su real presencia, el 13 de agosto de 1736, en el 425 aniversario del nacimiento de Alfonso XI, se consagró, llevándolos en procesión desde la Capilla Real de la Catedral al mencionado templo. Primero fueron enterrados en unas arquetas y en 1846 se construyeron sendos arcosolios en mármol rojo colocando uno en frente del otro en el presbiterio. Encima del sepulcro de Alfonso XI hay una lápida que dice: "Esta losa/ mandó facer/el muy noble e/muy alto e muy/poderoso señor/don Alfonso por/la gracia de Dio/s rei de Castilla/e rei de León e la r/eina doña María/su muger este/rei ganó la villa/de Alcalá e ven/ció a los reyes de Benam/arin (benimerines) e de Granada/sobre la cerca de/Tarifa e ganó la/noble cibdad de Algeciras".

Ha surgido últimamente lo que aclara la postura de la Unesco y es como sigue:

El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en Doha (Qatar) el 23 de junio de 2014, aprobó declarar el Casco Histórico de Córdoba y la Mezquita-Catedral Patrimonio de la Humanidad de Excepcional Valor Universal, "Statement of Outstanding Universal Value". Esta nueva declaración proviene de un informe elaborado en 2011 que está incluido en la documentación aprobada y que está basado en que "el uso religioso ha asegurado en gran parte la preservación del monumento", incluso con las ampliaciones y reconstrucciones que ha tenido, entre ellas la realizada en el siglo XVI al colocar, en el centro de la antigua Mezquita, la Capilla Mayor de la Catedral.

La declaración parece acallar dudas a los que desean que la propiedad pase al Estado y temían que la Unesco denegara el Patrimonio de la Humanidad a la Mezquita. Este nuevo manifiesto pone al día la declaración que el principal monumento de la ciudad recibió en 1984 y que una parte del centro histórico, en el que está incluida la Mezquita-Catedral, esté considerado como Patrimonio Mundial desde 1994.

La declaración de Excepcional Valor Universal forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde que la Unesco modificó las normas para llegar a esa cualificación, en 2005.

En esta declaración el informe nombra al monumento varias veces "Mezquita" y otras "Gran Mezquita", pero también en una ocasión la nombra "Mezquita-Catedral". Este último dato es para tenerlo muy en cuenta.

Casi a la par de lo relacionado, la mayor cadena de viajes del mundo, la Trip Advisor, en su web ha elegido, en los premios Travellers Choicee , entre 39 países del mundo a la Mezquita-Catedral de Córdoba como el mejor lugar de interés turístico de Europa y dice textualmente: "La mezcla musulmana y cristiana de este edificio te quita el aliento. Para apreciar todo su esplendor se tiene que ver de día y de noche" y la pone por encima de todos los grandes monumentos de Europa, como el Partenón y la Acrópolis en Atenas, la Basílica de San Pedro en el Vaticano y tantos y tantos grandes edificios y la pone como la cuarta de mejor lugar turístico del mundo tras el Machu Pichu en el Perú, la Gran Mezquita Shei Zayed en los Emiratos Arabes Unidos y el Taj Mahal en Agra en la India.

Por todo lo expuesto se desprende que la titularidad de la Mezquita-Catedral es propiedad del Cabildo catedralicio, o sea, de la Iglesia Católica cordobesa porque así lo es y por ende de todos los cordobeses. La Iglesia del siglo VIII tuvo que soportar la privación de su Basílica catedralicia de San Vicente, aunque le dieran dinero por comprarla, y quién sabe si ahora estaríamos disfrutándola si los musulmanes hubieran edificado la Mezquita en otro lugar.

Nuestra Mezquita-Catedral es patrimonio de todos los cordobeses, por descontado que lo es, aunque la pertenencia sea del Cabildo. Y todos los cordobeses podemos visitarla, contemplarla y disfrutarla sin pagar "una sola peseta".

Además, si somos prácticos, estará muchísimo mejor conservada por el Cabildo, con parte de lo que recauda por las visitas, que por la Junta de Andalucía. Además, el resto de lo recaudado lo destina a obras sociales de caridad. Parece que no se dan cuenta del abandono que nos tiene la Junta y en poco tiempo tan magnífico edificio no estaría como está actualmente si a ella pasara.

El Cabildo Catedralicio siempre está muy abierto a la propuesta de los colectivos cordobeses y les indico el trato que le dio al Club Filatélico de Córdoba cuando le propuso conmemorar el XII Centenario de la Mezquita.

Los directivos del Club Filatélico empezaron en 1984 a trabajar para que dos años más tarde pudiera ver a luz una gran Exposición Filatélica Nacional en el mejor marco inimaginable. Inmediatamente fueron a presentar el proyecto a las autoridades religiosas y de la ciudad y por todos fue muy bien acogido y los organismos y entidades comprendieron que la exposición era pieza importante en los actos culturales que se iban a celebrar. El obispo José Antonio Infantes Florido y el Cabildo Catedralicio se volcaron y dieron toda clase de facilidades, tanta como autorizar que la muestra se instalara en la mismísima Mezquita, en la parte construida por Abd al-Rahman I. La muestra tuvo un éxito extraordinario. Además, coincidió con el 750 aniversario de su consagración como templo cristiano.

Por lo expuesto, olvídense señores deseosos de darle la titularidad al Estado y dejen todo como estaba, que los cordobeses estamos muy contentos y orgullosos de nuestra Mezquita-Catedral con el trato que tiene.










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