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domingo, 10 de agosto de 2014

Candelabro de cola: De cómo sí se hace un paso (trono) de Semana Santa



Hace varias semanas el Candelabro de Cola trató de ilustrarnos sobre cómo no se debe hacer un paso de Semana Santa a través del ejemplo real que, lamentablemente, protagonizó una Cofradía de Córdoba. Hoy pues toca mostrar la otra cara de la moneda. El año pasado tuvo lugar en Málaga la magna exposición “El legado de nuestra fe”. En la misma, quienes tuvieron la suerte de visitarla, pudieron contemplar el magnífico e impresionante trono que la Muy Antigua, Venerable y Pontificia Archicofradía Sacramental de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención y Nuestra Señora de los Dolores ha realizado para su Titular Cristífero. Un servidor, que es el tonto de los catálogos y de las guías, no pudo resistir la tentación de hacerse con un ejemplar del libro “Un trono para la Redención” que la propia Cofradía editó para describir el proceso de realización de su trono. Gran punto final al ejemplar trabajo realizado por la Hermandad, muestra de cómo se planifica y se lleva a cabo un proyecto de gran envergadura haciendo las cosas francamente bien.


El libro-catálogo se estructura en tres capítulos principales que se desarrollan tras una breve presentación. El primero de ellos detalla el proceso de realización del trono, abordando en el mismo cómo se identifica la necesidad de ejecución, la puesta en marcha de una comisión que buscara ideas para el diseño y la selección de los artífices del proyecto (entre los cuales finalmente se contó el orfebre cordobés Manuel Valera) o cómo se planteó finalmente el diseño del mismo basándose en las aportaciones de la citada comisión. Una clara aplicación de la cita de Abraham Lincoln: “Si tuviera ocho horas para cortar un árbol pasaría las seis primeras afilando el hacha”. Para que se hagan una idea, el grupo de personas que conformó la comisión se formó en 2003 y el diseño acabó por plasmarse sobre el papel en 2006. Por su parte los artistas rubricaron sus contratos a finales de 2008, una vez que se aprobó un estudio económico que recogía los ingresos necesarios, los plazos y las formas de pago estipuladas. Es decir: las cosas hechas como Dios manda (nunca mejor dicho).

El segundo capítulo pormenoriza el discurso conceptual del trono y su iconografía. A continuación extraemos unos fragmentos del capítulo en el que justifica la elección del estilo del trono que, a nuestro juicio, es sencillamente para enmarcar:

El Renacimiento es el modelo más clásico del Arte. Es tan clásico, que se trata quizá del único estilo artístico que cualquier persona, instruida o analfabeta, es capaz de asumir porque su influencia ha sido y es tan colosal que articula e informa la memoria y el imaginario colectivo. La simple contemplación de cualquier escultura monumental en una calle obedece a una lectura renacentista del arte, pues es el Renacimiento el estilo que independiza a la escultura de la anterior subordinación a la arquitectura.  […]

El Renacimiento sustenta la Cultura Occidental desde hace cinco siglos y por lo tanto es un estilo comprensible, al tiempo que también susceptible de nuevas e innumerables relecturas.

Las prototípicas líneas rectas en aristas y perfiles de la arquitectura renacentista, así como sus entablamentos clásicos, tan simples y tan limpios de trazo, facilitan por sí mismos la contemplación y subdivisión de los espacios y, en consecuencia, la comprensión de las secuencias narrativas. Por eso el casetón y el tondo renacentistas no han podido ser sustituidos por unos mejores elementos compositivos en la retablística a la hora de presentar un discurso o narrar una historia.

La adopción del Renacimiento como estilo global del nuevo trono conlleva, en síntesis, una garantía de equilibrio y pureza en las formas. El repertorio escultórico de cartelas, tondos y figuras podrá ser de mayor o menor calidad artística, pero si la arquitectura que lo enmarca y sustenta es renacentista, el trono siempre estará “bien vestido” y siempre presentará un equilibrio y una armonía de conjunto que facilitarán la lectura y entendimiento de su mensaje.

[…]

Sin embargo, a nuestro juicio, existen otras razones aún mucho más importantes para elegir al Renacimiento como estilo artístico del nuevo trono. Razones de coherencia conceptual. Coherencia en la adaptación y subordinación del lenguaje artístico al mensaje del discurso que ha de narrar el trono.

Si la idea temática es la Redención del hombre por Cristo, si el eje es Cristo Dios hecho hombre para salvar al hombre, y si queremos comunicar esa idea a una sociedad que, […], ha arrinconado la presencia de Dios para otorgarle todo el protagonismo al propio hombre y su libre albedrío, entonces el estilo que encarna a la perfección ese discurso es precisamente el surgido del Humanismo renacentista y, en concreto, del Humanismo español.

De este modo los autores del libro nos anuncian ya el mensaje claramente evangelizador que desarrollará el trono a través del rico programa iconográfico cuyo hilo argumental será la advocación del Titular de la corporación malagueña: la Redención. La Redención del hombre por Cristo crucificado en el madero.

El tercer capítulo recoge la memoria sobre el desarrollo escultórico de la iconografía del trono, que elabora el propio imaginero José María Ruíz Montes. Así pues se detallan:

-          El templete central: sobre el libro de los siete sellos aparece el Cordero Pascual degollado derramando su sangre en un cáliz.

-           Los tondos representativos del camino de la salvación (Moisés con las tablas de la Ley, la Anunciación, la Epifanía y Pentecostés) y del camino de la perdición (Lucifer, la tentación de Dios y Eva por el Demonio, la muerte de Abel a manos de Caín y el Dragón de las siete cabezas –alegoría de la bestia que aparece en el libro del Apocalipsis-).

-          Las cartelas de las virtudes teologales y cardinales frente a la de los pecados capitales y, en la trasera del trono, la que muestra el juicio final: con tres figuras en altorrelieve que representan las tres edades del Hombre que tienen tras de sí un Crismón del que sobresale el brazo de Cristo portando la Balanza para proceder al pesaje de las almas de cada individuo (“Psicostasis”).

-          Las sibilas de la Razón, la Pasión, la Soledad y la Libertad.

-          Los cuatro jinetes del Apocalipsis que figuran coronando las esquinas del trono.

-          El Águila de San Juan ubicada en la trasera del trono posada sobre el libro del Apocalipsis.

-          Los atlantes de medio cuerpo (la parte superior es una figura humana y la inferior una columna en forma de estípite)

-          Los grutescos, motivos ornamentales de los paños que recorren el perímetro del trono.

Para concluir, el libro presenta varias fotos de la primera salida procesional del Cristo de la Redención en su nuevo trono, que tuvo lugar en el año 2013.  Es decir, diez años después del comienzo de maduración del proyecto. Por supuesto, con el retablo andante completamente finalizado.

Miembros de Juntas de Gobierno de nuestras queridas Hermandades: así se hace un paso (trono, en este caso) de Semana Santa. Si ustedes se decidieran a llevar a la práctica todo lo que se puede aprender de esta Cofradía malagueña no nos veríamos abocados a ver per saecula saeculorum pasos no ya sin terminar, sino en fase de carpintería (de los que aquí tenemos unos cuantos), proyectos a medias o cambiados sobre la marcha por falta de capacidad económica. Aprendan a rodearse de gente que sepa (porque uno no tiene por qué saber de todo, pero sí puede y debe buscar buenos asesores), a buscar nuevos talentos más allá de los autores consagrados y a tener paciencia en la realización de proyectos, que Zamora no se conquistó en una hora. Insistimos de nuevo: es preferible madurar una buena idea y asegurarse de que uno es capaz de llevarla a buen puerto que lanzarse con el cuchillo entre los dientes a tontas y a locas embarcando a una Cofradía en un proyecto que no se sabemos si podremos culminar, que no estemos seguros de que valga la pena y que empantane económicamente a la Hermandad de turno. Finalmente, no estaría de más tomar nota de la originalidad y coherencia del proyecto descrito. Tomen nota de que no por mucho fulgor que muestre el pan de oro se hace un paso para pasar a la historia y, asimismo, observen que es posible utilizar las cuatro esquinas del paso para algo más que para representar a los cuatro Evangelistas manidos hasta la saciedad, que, francamente, ya cansan mucho… Señores: ¡un proyecto que conjugue originalidad, personalidad propia y elegancia es posible!

 Vayan desde estas líneas nuestra más sincera enhorabuena a la Hermandad del Cristo de la Redención y Ntra. Sra. de los Dolores de Málaga por el excelente ejemplo de trabajo y sentido común que han mostrado elaborando su trono. Asimismo damos las gracias por el regalo que ha supuesto para quien escribe la lectura de esta guía que, a nuestro entender, debería considerarse LECTURA OBLIGATORIA para todos aquellos que se acerquen al mundo de la Semana Santa.

Marcos Fernán Caballero



Fuente Fotográfica, “Un trono para la Redención”








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