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miércoles, 27 de agosto de 2014

El Candil: La conciencia moral



La conciencia es uno de los conceptos o fenómenos más complejos de definir, su significado es considerado uno de los grandes enigmas de la humanidad.  Continuamente se hace referencia a ella de distintas formas y en ambientes muy diversos, con sentidos también discordantes.

La Filosofía considera que la conciencia es la facultad humana para decidir acciones y hacerse responsable de las consecuencias de acuerdo a la concepción del bien y del mal. De esta manera, la conciencia sería un concepto moral que pertenece al ámbito de la ética. Para la Psicología, la conciencia es un estado del conocimiento que permite que una persona interactúe e interprete lo que conocemos como la realidad. Si una persona no tiene conciencia, se encuentra desconectada de la realidad y no percibe lo realizado.

Hace poco un grupo de científicos de la Universidad de Oxford ha descubierto la parte del cerebro donde se encuentra la conciencia humana. Según los investigadores, la voz de la conciencia se encuentra en la corteza prefrontal, una región del cerebro.  Pues bien, los científicos creen que esta región es la fuente de la voz interior que nos azuza cuando nos inclinamos a tomar decisiones que nosotros mismos consideramos malas o buenas.

Pero no se inquiete, querido lector, no pretendo realizar una exposición científica en este candil de hoy, tan solo intento reflexionar sobre la honorabilidad y la rectitud, sobre la conciencia moral con la que actuamos dentro de este ámbito cofrade que, el que más y el que menos, no perdemos de vista.

Pienso que el ser humano tiene capacidad para comportarse moralmente, llevando a cabo actos elegidos de forma libre, reflexionados racionalmente, asumiendo la responsabilidad de sus consecuencias gracias a que posee lo que se conoce como conciencia moral, una capacidad exclusivamente humana que nos hace aptos para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo y que es capaz de juzgar nuestros propios hechos, nos permite saber íntimamente si actuamos bien o no, produciendo sentimientos de satisfacción o remordimientos y que es la que nos hace sentirnos responsables de las consecuencias de nuestras acciones. 

Teniendo esto en cuen­ta, la moralidad constituye uno de los elementos esenciales de todas las religiones, las cuales se ocupan de sus límites, tratando de definir lo lícito o lo ilícito dentro de cada una de ellas.  La conciencia es testigo, fiscal y juez de nuestros actos y de nuestros motivos. Nos orienta al tomar decisiones y nos indica si el camino que pensamos seguir es bueno o no. Nuestra realización personal exige coherencia y madurez. Para ello nuestro obrar debería buscar ensalzar los valores morales y las normas establecidas como aquello que nos lleve hacia Dios en la esfera de nuestras Hermandades.

El hombre es plenamente libre cuando elige lo que es bueno para sí mismo y para los demás; es decir lo justo, lo verdadero, lo que agrada a Dios, pero puede también escoger beneficios aparentes o falsos y optar contra sí mismo eligiendo el mal, lo que nos daña. En esta categoría podrían entrar los “tarados morales”, los que niegan los principios éticos. Esta es una manera cobarde de escaparse de toda responsabilidad delante de Dios y de la sociedad. Y es que, a veces, la moralidad no siempre funciona como es debido, la conciencia de muchos está, a todos los efectos, muerta. No siente ningún dolor. Por eso se queda muda cada vez que hacen algo innoble; no les avisa ni les produce remordimiento, culpabilidad o vergüenza.

La conciencia no es la misma para todos, porque cada uno de nosotros hemos adoptado unos valores, una filosofía de vida. Es única, como únicos somos cada uno de nosotros. Una buena conciencia puede compararse a una tierra fértil que ha sido limpiada, desalojando piedras y  mala hierba, para que produzca una buena cosecha.

Como decía Martin Luther King: “Tarde o temprano los seres humanos serán juzgados, no por el color de su piel, sino por el color de su conciencia”.


Mª del Carmen Hinojo Rojas










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