Ha vuelto a suceder. Uno de los iconos fundamentales de la ciudad de Córdoba ha sido objeto del ataque de aquellos que no conocen el significado de la palabra respeto. Tal y como sucediera en 2013, el entorno de la Imagen que Fray Diego de Cádiz quiso que fuese la inconfundible seña de identidad de la mundialmente conocida Plaza de Capuchinos ha sufrido destrozos.
El Ayuntamiento, a través del Área de Infraestructuras, será el encargado de reparar los desperfectos ocasionados, con el consiguiente coste que deberá ser asumido por todos los cordobeses, gracias a la inexistencia de civismo de estos impresentables.
En los últimos años, hasta en tres ocasiones la popular talla de Jesucristo ha sido objeto de agresiones callejeras. Las dos anteriores se produjeron en mayo del 2009, cuando hubo una oleada de actos vandálicos y el ataque fué sufrido por el propio Cristo, y en 2013, durante la celebración de las Cruces de Mayo. ¿Cuántos ataques más serán necesarios para que "a quienes corresponda" pongan los medios adecuados para evitarlo, como vigilancia física o a través de cámaras?. No parece que este tipo de sucesos vayan a desaparecer de manera espontánea, por lo que será preciso que los poderes públicos se impliquen de una vez para que no se repitan. O al menos, eso esperamos muchos, antes de que algún día, el destrozo no tenga tan sencilla reparación
Raquel Medina
Recordatorio El Cristo de los Faroles objeto de vandalismo